Al otro día, al final de mi entrenamiento, decido que no voy a dejar que Damon me desestime tan fácilmente. Quiero llegar al fondo de su odio y al fondo de sus actos caritativos y hacer sentido de ellos, y no lo haré si dejo que me intimide, así que espero a que el entrenamiento de hockey se termine para volver a hablar con él.
Cuando Damon me ve casualmente apoyada en la pared junto al vestidor de los chicos, me lanza una mirada cargada de odio que yo le devuelvo. Puede que diga que no le importa hablar conmigo, pero espera a que todos sus compañeros de equipo se vayan del vestidor para encontrarse conmigo.
—¿Qué quieres ahora, Brooks? ¿No te cansas de que te humille en la escuela y ahora quieres que lo haga aquí?
—Bueno, tú siempre te metes a acosarme al vestidor de las chicas, así que pensé que ya era tiempo de que yo hiciera lo mismo —digo y entro al vestidor. Damon gruñe algo por lo bajo y me sigue.
—Me pregunto qué dirá la opinión pública si se enteran de que estás acosándome en el vestidor de chicos.
—Me pregunto qué dirá Evangeline si le digo que fuiste tú quien compró mi traje para la competencia.
Damon aprieta los labios, y me mira de una forma que nunca pensé que haría.
Lo he derrotado, aunque sea por un breve momento
—Supongo que ahora finalmente tengo algo en tu contra, Hunter —le sonrió—. Oh, cómo las cartas se han volteado.
—Blake, Blake, Blake —usa mi apodo casi como burla—. A veces eres muy inocente. ¿Crees que porque hice mi obra de caridad del mes automáticamente me he ablandado?
Lo miro titubeante mientras lo veo cerrar la puerta con seguro. La última vez que eso había pasado, las cosas se habían subido de tono demasiado rápido solo para hacerme aterrizar en mi trasero al final.
—¿Eso quieres, Brooks? ¿Aburrirme tanto que decida destruirte? —dice, y está demasiado cerca. Al igual que la vez anterior, no me toca, pero su cercanía me marea.
—Solo estoy intentando entenderte—mi voz se hace pequeña. Damon sabe qué es lo que causa en mí, y a pesar de que sé perfectamente que lo hace para intimidarme, no puedo evitar caer ante él.
—Ese es el problema, gatita —se acerca un paso más y yo doy otro hacia atrás, chocando con los casilleros. Casi parece la copia perfecta de la escena en los vestidores, solo que esta vez es en el de los chicos—, y es que si sigues fisgoneando, no me portaré tan amable.
Pensé que tenía el control, pero claramente estaba más allá de equivocada.
—Atácame con todo lo que tengas entonces, Damon —digo con más valentía de la que en realidad tengo.
En un movimiento rápido, toma mi cabello entre sus dedos y tira de él. Gimiendo por el repentino dolor, echo mi cabeza hacia atrás intentando aligerar la presión.
—No sabes lo que estás pidiendo —su voz es un susurro letal.
Su agarre es tan firme en mi cabello que no puedo moverme. Me está obligando a sostener su mirada, pero de pronto el miedo se convierte en algo más, y el agarre de mi pelo se siente más como una provocación sexual que como una amenaza. Sé que estoy loca, sé que no debería sentirme así, pero mi cuerpo es traicionero y no puedo evitarlo. Cada parte incorrecta de él se siente atraído por toda la superficial belleza de su cuerpo y su rostro, y la parte primitiva de mi cerebro se siente excitada por su comportamiento cavernícola.
Me odio. Me odio. Lo odio.
—¿Finalmente vas a suplicarme que te bese, gatita?
En este momento daría todo porque lo hiciera, excepto mi dignidad. Sé que está jugando conmigo de nuevo; yo no lo afecto como me afecta él, y mientras para Damon esto es una mera entretención, para mí significa todo.
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Stone cold touch
Storie d'amoreBlakely "Blake" Brooks es una prolija patinadora artística. Damon Hunter es un aclamado jugador de hockey local. Luego de que su padre las deja sin nada, Blake y su madre se ven obligadas a mudarse a la única propiedad que aún poseen en la hermética...