Capítulo 36

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Damon

Hace un año y medio.

Cuando llego a casa, finalmente acepto que mi mera existencia es un chiste para quien sea que la creó. Hace años que no soy capaz de llorar, sobre todo luego de Scott. Me seguía repitiendo que se me habían acabado las lágrimas, pero solo estaban escondidas esperando a que las cosas se pusieran peores de lo que ya eran.

Nunca había creído en el amor a primera vista, pero en cuanto la vi hoy en el lago, todas mis preconcepciones se desvanecieron en el aire. El amor a primera vista sí existía, y tenía la forma de Blakely Brooks.

Una Brooks.

Intento calmarme, pero hay algo en la situación que me carcome por dentro. Pensé que con la muerte de Helen Brooks, mi martirio finalmente acabaría, y en cierta forma había sido menos malo, pero todo comenzó a reproducirse en mi cabeza en cuanto ella me dijo que la mujer que invadía mis pesadillas era su tía, y estaba viviendo en su casa, una casa donde todas las cosas que habían orillado a Scott a suicidarse habían pasado.

Era demasiado injusto.

No pude parar de pensar en ella en todo el fin de semana, a pesar de que me seguía repitiendo que esa familia era la descendencia del diablo, y que a pesar de lo que había creído, Blakely no podía ser muy diferente con un padre como Steven Brooks, incluso si no tenía mayor relación con su él o con su tía.

Scott estaría tan decepcionado de mí si me viera ahora, burlándome de su memoria mientras pienso en ella y en sus ojos azul verdosos.

Y su sonrisa.

—¿Está todo bien, cariño? —la voz de mamá me trae de vuelta a la realidad.

—¿Por qué no me dijeron que los Brooks estaban de vuelta en la ciudad? —pregunto secamente, sin mirarlos. Si me hubieran dado una advertencia, si tan solo hubieran dicho algo... quizá no me habría acercado a Blakely y perdido en su mirada.

Mamá mira a papá en busca de ayuda, pero él está tan descolocado como ella.

—Pensábamos hacerlo, Damon, pero no queríamos que te sintieras mal —dice él finalmente.

Lo que mis padres no sabían es que siempre me sentía mal y muerto por dentro. Había conseguido convencer a los psicólogos de que estaba bien y había superado a Scott, pero en realidad, cada día era una tortura constante. El único respiro que había tenido fue con la única persona que no debí, traicionando a mi hermano de paso.

No se podía poner peor que eso, y no podía ser un peor hermano.

—Iba a saberlo tarde o temprano —mascullo, intentando contener mi voz. Si hacía una escena, solo les demostraría cuánto en realidad me afectaba, y mi vida estaría llena de psicólogos y psiquiatras de nuevo.

—Preferíamos que fuera tarde —mamá me sonríe con tristeza—. Steven Brooks no está aquí, cariño.

—Lo sé, pero su hija sí.

—Si te causa problemas, podemos arreglarlo.

—No, está bien —comento, suspirando. La única que iba a tener problemas era Blake, porque me encargaría de asegurarme que nunca más pudiera pensar en sus ojos ni en su sonrisa de esa manera.

Así que me permito recordar cada una de sus facciones que me había encargado de memorizar en el lago una última vez antes de decidir que haría hasta lo imposible para que se alejara de mí, y yo me alejara de ella.



***

Esto sería por hoy, espero disfruten los capítulos. Ya queda poco para que termine AAAAH 48 capítulos tendrá y ya vamos en el 36 </3. (Para las que preguntaron: no, no habrá segunda parte, es un stand-alone. Quizá más adelante suba escenas extra <3).

Espero voten y comenten mucho, amo leerlas. Besitos <3


Stone cold touchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora