CALEB.
Me levanté del sillón blanco en el que me encontraba, y salí de aquel reservado sin despedirme de nadie, solo tenia mi mente fija en una cosa y era que esa chica debía recordarme, al menos esta noche.
Me moví entre la multitud, buscando con la mirada desesperadamente a esa chica rubia, y de repente la vi, dirigiéndose hacia el baño de chicas, entonces acelere mis pasos para no perderle el rastro y me interpuse en su camino.
Puse una de mis manos en la pared dejándola aprisionada contra mi cuerpo y la mencionada anteriormente, acerque mi cabeza a su cuello inspirando su olor, vainilla, no está mal, pensé.
Comencé a sentir que aquella chica temblaba contra mi pecho, me aparté quedando a pocos centímetros de su rostro y con uno de mis dedos acaricié un mechón de su pelo rubio y luego lo metí por detrás de oreja.—Mucho mejor así.— sonreí mirando sus labios y seguidamente sus preciosos ojos color esmeralda.
Sus mejillas comenzaron a teñirse de un color rosáceo casi rojizo, a pesar de las luces color Neón que nos iluminaba podía distinguir perfectamente algo así, además de que su rostro se encontraba caliente, como si mis caricias hicieran que su piel ardiera.
—¿Que haces?— espetó aquella chica casi rozando mis labios al hablar por la cercanía.
Apartó su rostro bruscamente y mis dedos dejaron de sentir su piel caliente, de un momento a otro, dejé de sentir esa electricidad que me había recorrido el cuerpo en cuanto la toque.
Decidí no responder a su pregunta y volví a intentar tocarla, lo único que recibí fue un leve empujón que ni siquiera me movió del sitio dado que aquella chica era bastante pequeña a mi lado.—¿Cuál es tu nombre?— pregunté sin rodeos.
—¿Que te importa mi nombre? Aparta.— frunció el ceño y eso me hizo bastante gracia.
Aparte un poco mi cuerpo del suyo sin dejar de tener mi mano puesta en la pared para que aquella chica no pudiese irse, y simplemente me limite a contestar a esa absurda pregunta dándole algún dato sobre mí que nunca daba, pero dado que esta vez no sería tan fácil, tenía que seguir intentándolo.
—Mi nombre es Caleb, ¿ahora puedo saber el tuyo, preciosa?— suspiré intentando tener una paciencia que jamás había tenido.
Aquella chica sonrió vacilante, su mente parecía haberse quedado en otro lado, puesto que solo me miró los labios y entreabrió los suyos, haciendo que de un momento a otro la imaginase haciendo cosas que estaba seguro que disfrutaría más que nunca.
—Creo que tienes que ganártelo, guapo.— vaciló.
—¿Que tengo que hacer para ganármelo?— pregunté al instante.
—Si te lo digo, entonces perdería la gracia, nos vemos, Caleb.— se agachó y segundos más tarde, pasó su cabeza por debajo de mi brazo escabulléndose de mi agarré.
Después de eso, mire hacia atrás esperando que volviese a mi, sin decirle nada, pero no ocurrió, para mi sorpresa ella solo miró atrás para sonreírme, y decir un simple "Espero volver a verte.", después de eso contoneo sus caderas y yo no pude evitar mirar aquel espectáculo como si fuese el mejor regalo que el universo pudo darme en años.
Esa noche regresé a aquel reservado pensando en aquella chica de ojos esmeraldas, deseando volver a cruzármela, cumplir todo lo que había pensando en unos simples minutos con ella, y sin más preámbulos agarre a la primera chica que se me cruzó por el camino, y acabé saciando mi necesidad en aquellos baños de Moog como cada noche que decidía pasar por allí, esperando que aquella morena solo fuese una rubia con ojos esmeraldas que me volvieron loco en cuestión de minutos.
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Secretos Oscuros. (PAUSADA)
Romance⚠️ Advertencia: Contenido adulto. Mi vida no había sido nada fácil, y mucho menos cuando tuve que huir de casa sin ningún tipo de pertenecías, dejando atrás mis recuerdos, la única familia que pensaba tener, y lo más importante para mi, aquellos tr...