ALEX.
Llevaba un par de días en Barcelona, lo estaba gracias a un ERASMUS+ que había conseguido gracias a mis notas y a mi dominio de los idiomas, bien era cierto que sabía hablar español por que provenía de un país latinoamericano, pero también dominaba el inglés a la perfección.
Esa noche había decidido salir por las calles y antros de Barcelona, después de ver y analizar varios de mala muerte, me decidí a entrar en uno que parecía normal, un pub donde los adolescentes bailan, bebían y charlaban sin perder la oportunidad de perderse por un algún reservado del lugar.
Moví mis caderas al ritmo de "Matemáticas" despacio, enredando mis brazos en mi cabello largo y rubio, cerré los ojos despacio y dejé que la música inundará mis sentidos, me daba igual quién me observará, me daba igual lo que estuviera ocurriendo, solo quería desaparecer del mundo, y bailar era mi única vía de escape para ello, aún con mis ojos cerrados sentí que alguien en especial me observaba, pero con esos espejos de cristal que se levantaban desde el suelo creando enormes habitaciones ni siquiera podía imaginarme quién lo hacía, podía ser un señor de cincuenta años como podía ser un chico de ventitantos.
Me dirigí a la barra de aquel antro, pedí un chupito de tequila y el barman que vestía con una camiseta negra simple, lo dejo en la barra justo frente a mis ojos, pose mis dedos en el pequeño vaso y lo acerqué a mi nariz, primero lo olisqueé y justo después me lo lleve a los labios dejando que el líquido quemará mi garganta a la vez que la boca de mi estómago ya que no había ingerido demasiada comida esa noche.
Después de unos minutos más bailando, me dieron unas ganas terribles de ir al servicio, finalmente después de perderme un par de veces mientras observaba aquellos cristales, encontré el servicio,entonces un chico bastante alto, moreno, de ojos verdes se acercó a mi y me interceptó.
Dejo uno de sus brazos entre la pared, mi cuerpo y el suyo, consiguiendo así que mi cerebro se pusiera en alerta, veía que solo me observaba directamente a los ojos y me decidí a preguntarle qué coño era lo que hacía, estaba jodidamente loco.
Aquel chico puso sus dedos encima de mi mejilla, giré el rostro y de nuevo volvió a intentarlo ganándose un empujón de mi parte que ni siquiera llego a desestabilizarlo, creando una sensación de electricidad en mis dedos que nunca había sentido por haber tocado a alguien, ¿es que acaso tenía cables por dentro? Eso era lo que mi cabeza imagino, y por un instante me vi capaz de sonreír ante su forma de acorralarme y tratarme.
En ese instante pregunto mi nombre, y ahí entonces comenzó mi juego, decidí vacilarle, una pequeña táctica para dejarlo prendado de mi, para hacer que se preguntase a cada segundo quien coño era la chica del baño.
—Creo que tienes que ganártelo, guapo.— vacilé.
—¿Que tengo que hacer para ganármelo?— preguntó casi al instante, cosa que me dejó un poco fuera de juego.
—Si te lo digo, entonces perdería la gracia, nos vemos, Caleb.— me agaché y pasé su cabeza por debajo de aquel brazo grande y fuerte que me mantenía prisionera entre aquella pared y ese chico llamado Caleb.
Me giré para observar su reacción y lo vi resoplando y pasando sus manos por su cara y su pelo a modo de frustración, volví a caminar mirando hacia delante y no pude evitar que una pequeña sonrisilla se asomará entre mis labios, volví a girarme para ver qué hacía aquel tipo y lo vi entrando en uno de aquellos cubículos con cristales polarizados para que nadie viese que ellos estaban ahí, justo detrás, observando el espectáculo.
Así que ahora la que iba a dar el espectáculo iba a ser yo; Bienvenido al infierno, querido Caleb.

ESTÁS LEYENDO
Secretos Oscuros. (PAUSADA)
Romance⚠️ Advertencia: Contenido adulto. Mi vida no había sido nada fácil, y mucho menos cuando tuve que huir de casa sin ningún tipo de pertenecías, dejando atrás mis recuerdos, la única familia que pensaba tener, y lo más importante para mi, aquellos tr...