Secretos Oscuros. (PAUSADA)

Dejar de sentir.

ALEX.

El chico al que observé durante lo que parecieron ser horas, se percató de mi presencia y eso le hizo salir de su establecimiento y encararme.
En cuanto lo hizo, algo en mi cabeza me hizo una especie de click, era como un deja vu, como si su cara me resultase familiar, como si yo ya lo hubiese visto antes.

Bien es cierto que sería casi imposible olvidar unos ojos tan característicos, uno verde, uno azul, también era complicada de olvidar su estatura, esas manos tan grande que lo hacían aún más atractivo y en si todo él.

No era capaz de recordar su nombre, tampoco era capaz de recordar donde lo vi, pero sabía que yo ya lo había visto antes, yo estaba segura de que lo había visto.

De repente sentí que mi espacio personal desaparecía, que todo atisbó de tranquilidad que podía sentir en mi cuerpo desaparecía, el corazón me martilleaba en el pecho, lo tenía demasiado cerca, invadiendo mi espacio personal, casi rozándome los labios, así podía ver mejor el color de sus ojos, uno completamente azul, el otro verde con algunos puntos azules y una línea que hacía que el color verde se perdiera en ella y que también se rompiera esa tranquilidad que podían transmitir sus ojos dentro de sus rarezas.

Ni siquiera sabía qué decir cuando me hablo, no sabía cómo reaccionar, no sabía que hacer, no sabía nada, simplemente me bloqueé, quería huir, salir corriendo.

Su aliento chocando contra mis labios me hizo temblar, olía a menta, a menta con una mezcla de tabaco, sus labios casi rozando los míos, mis labios y manos temblaban y las palmas de las mismas me sudaban sin control, mis piernas no sabían cómo reaccionar, simplemente sabían temblar, solo podía temblar, todo mi cuerpo estaba así.

Su mano se posó en mi brazo, intentando retenerme, como si supiera que en cualquier momento iba a huir, y en mi cabeza eso era lo que quería, huir, desaparecer, meter la cabeza debajo de la almohada y no volver a sacarla jamás.
Él volvió a hablar, y antes de lo esperado parecía que mis piernas quisieron reaccionar, así que simplemente hui, salí corriendo sin rumbo fijo, no sabía dónde ir, solo sabía que quería esconderme, necesitaba esconderme, necesitaba dejar de sentir lo que sentí.

Necesitaba dejar de sentir ese cosquilleo en la piel, justo en la zona en la que él me tocó.
Necesitaba dejar de sentir el temblor en mi cuerpo.
También en mi voz.
Necesitaba dejar de sentir el corazón martilleando en mi pecho.
Necesitaba dejar de sentir todas las vueltas que mi cabeza daba.
Necesitaba dejar de sentir esa curiosidad.

Simplemente necesitaba dejar de sentir cualquier tipo de reacción o emoción que tuviera que ver con aquel chico de ojos de colores.