CALEB.
Después de conducir por quince minutos llegué al piso de Nils, pulse el botón del telefonillo para que supiese que ya había llegado y me adentré en aquel bloque de pisos que para mi gusto, eran bastante antiguos y estaban descuidados por dentro.
Subí la escalera blanca que tenía algunos peldaños rotos por las esquinas o por el filo, llegue al tercer piso, me encontré frente a una puerta blanca y con mis nudillos la golpeé varias veces.Nils abrió la puerta y antes de que pudiera decir o hacer nada, me adentré en el piso, recorrí primero la cocina para ver si existía algún rastro de aquella chica por allí, luego me dirigí al salón y la vi, con el cuerpo estirado en el sofá, los ojos cerrados, su pelo rubio esparramado por todo el reposabrazos del sofá y la camiseta que portaba ligeramente subida dejando al descubierto un trozo de su estómago y su ombligo.
Cuando la vi de esa forma, tan inocente y tan sensual a la vez por mi mente pasaron demasiadas cosas, una de ellas que así parecía aún más impresionante y que lo mejor sería dejarla descansar, otra fue follarmela en aquel sofá hasta que pasase toda la noche y eso hizo que mi cuerpo reaccionará, en concreto una parte de mi anatomía, me tensé, apreté mis labios en una línea y sin pensarlo me dirigí a la cocina, agarré una cacerola y una cuchara, volví al lugar donde ella se encontraba, la observé unos segundos de más hasta que finalmente comencé a golpear la cacerola con la cuchara, el ruido era bastante ensordecedor, di tres golpes y aquella chica ni se inmutó pero cuando me dispuse a dar el cuarto, sentí que alguien apretaba mi muñeca, no lo hacía con demasiada fuerza pues sentía que si tiraba un poco podía seguir dando golpe tras golpe, al percatarme de que el agarre no era demasiado intenso, volteé mi cabeza, la agache un par de centímetros, y me topé con unos ojos con un color indescifrable, mostraban bastante molestia, estaban entreabiertos, luego dirigí mi mirada hacia los labios de la chica, los tenía entreabiertos, resecos, con alguna herida en ellos, aún viendo que yo la observaba, no soltaba su agarré, así que me solté yo, sonreí de lado.
–¿Que mierdas te crees que estás haciendo, imbécil?- parecía bastante molesta y su tono de voz no era para nada conciliador.
—Despertarte, bella durmiente— dije sonriendo de lado.
—Imbécil, imbécil, imbécil.— dijo golpeándome el pecho varias veces.
—Maldita loca.— me río mirándola, y veo sus mejillas sonrojándose.La chica dirige la mirada a Nils y comienza a despedirse de él, sigo riéndome recordando que llego hasta Nils por que no recuerda donde vive ni tampoco tiene batería, así que me dispongo a preguntar.
—¿Dónde vas a ir si ni siquiera sabes donde vives? ¿O estás aquí por otros motivos?— sonrío sin mostrar los dientes mientras doy unos golpes con el dedo en la frente de la chica.
—No me toques, idiota.— dio un par de pasos hacia detrás separándose de mí varios centímetros y luego me mostró su dedo corazón con una sonrisa sarcástica en el rostro.Eso causó que soltará una risotada y por consiguiente, una mala mirada de aquella chica, de la que por cierto, aún no sabía ni siquiera su nombre.
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Secretos Oscuros. (PAUSADA)
Romance⚠️ Advertencia: Contenido adulto. Mi vida no había sido nada fácil, y mucho menos cuando tuve que huir de casa sin ningún tipo de pertenecías, dejando atrás mis recuerdos, la única familia que pensaba tener, y lo más importante para mi, aquellos tr...