CALEB.
Por mi cabeza pasaban miles de pensamientos, pero sobre todo uno no paraba de martillearme el cerebro, necesitaba irme, tenía que irme, por que si seguía aquí, finalmente las cosas acabarían fuera de control, y en algún momento, ni siquiera mi madre podría perdonarme.
Mirando a mi hermano el mayor de los tres me incorporé y salí hasta llegar al salón donde se encontraba aquel señor, con mi madre como si nada de lo que pasó hubiese ocurrido, pase por delante de ellos, sin ni siquiera dirigir mi mirada hacia el lugar donde se encontraban tranquilamente, agarre mi chaqueta de cuero negra del perchero, y las llaves de la moto que me esperaba fuera.
Me monte en la misma, arranqué, y aceleré todo lo que pude hasta perderme por las calles de aquel pueblo de mierda que deseaba dejar atrás de una puta vez, pero que no podía por qué aquellas tres criaturas me ataban a esto.
No tenía un rumbo fijo, sinceramente ni siquiera sabía dónde ir, solo quería desaparecer todo el tiempo posible de aquella casa que era un infierno desde hace años, seguí acelerando hasta que sentí que debía parar si no quería perder la vida en aquel momento, pero por mi mente empezó a divagar esa pregunta ¿debía morir para no sufrir? ¿Esa era la vía correcta? Necesitaba salir, necesitaba olvidar, necesitaba desaparecer, necesitaba respirar.
Pare en un descampado, baje de la moto y la dejé aparcada en un lugar cercano para no perderla, me adentre en aquel descampado y me di cuenta de que estaba lleno de árboles, vegetación, cuando me cansé, me tiré en la hierba de aquel lugar, puse un brazo por encima de mi cabeza, cerré mis ojos y decidí respirar todo lo profundo que pude para relajarme, para alejar esos pensamientos sobre morir de mi mente, y para no dejar que la situación me sobrepasará, no podía permitirme eso.
En mi mente aparecieron imágenes de mis hermanos cuándo nacieron, todo era diferente en aquella época, aun que las cosas no era idílicas en mi casa, y las disputas siempre acababan pagándose con mis hermanas y conmigo, se podía decir que vivíamos en condiciones y no como vivíamos ahora.
Debía irme casi a cada segundo de casa para trabajar y poder darle de comer a mis hermanos pequeños, incluso muchas veces me había quedado sin comer solo para que ellos lo hicieran, me iba de mi pueblo durante mucho tiempo para poder hacer eso, tres, cuatro e incluso seis meses eran los que desaparecía de mi casa, y cuando volvía, las cosas no eran como esta vez, siempre se organizaba una fiesta, no había malas caras, ni malos comentarios, solo nos centrábamos en que yo había llegado a casa después de mucho tiempo.
Incluso llegue a recordarme con mi madre, cuando mi padre aún no había fallecido, riendo, corriendo por cualquier lugar y con miles de juguetes que ella había comprado para nosotros.
Cuánto habían cambiado las cosas...
Con ese pensamiento me volví a subir a la moto y me dirigí al lugar donde siempre acababa cuando esto pasaba, carreteras por donde no pasaba ni un alma, pero en las cuales se montaba un jolgorio casi todas las noches que nadie podía imaginarse, en estas se organizaban carreras, se apostaba mucho dinero y sobre todo, cuando era yo quien iba a correr, y esta noche, era mi noche.
Cuando llegue, deje mi moto parada en mitad de una de las carreteras, uno de mis colegas se acercó a mi por detrás, y palmeó mi espalda dándome la bienvenida, le sonreí sacando un cigarrillo de una de las cajetillas, encendí el mismo y lo puse entre mis labios, inspiré el humo llenando mis pulmones, luego lo dejé salir por la nariz y también por la boca.
Una moto de color rojo se puso a mi lado, hizo sonar el claxon de la misma para avisarme de que ya estaba ahí, y luego levanto la visera de su casco para dejarme ver sus ojos, Aleix, uno de mis mejores amigos estaba allí, siempre que esto se producía, corríamos juntos e incluso él corría por mi cuando no podía estar, los dos hicimos acelerar las motos sin moverlas del lugar, única y sencillamente para que el sitio donde nos hallábamos se llenará de humo.
Después de esto, me acerqué encima de mi moto a un grupo de chicas que estaba por allí, les sonreí y me dirigí a la línea de salida en la que se encontraban dos morenas despampanantes, sujetando los banderines de color fósforo respectivamente, que indicaban a qué banda pertenecíamos cada uno, en mi caso la mía se hacía ver con el banderín color rojo fósforo, en mi muñeca llevaba un pañuelo del mismo color, para saber a qué banda pertenecíamos, sobre todo si había algún accidente o si se producía alguna redada policial.
Aleix volvió a ponerse en paralelo conmigo, nos sonreímos los dos, y segundos después, la carrera comenzó.
Mi moto salió disparada del lugar, acelere, pero no era lo máximo que mi moto podía dar, y de repente me encontré a Hugo, en paralelo, pertenecía a la banda contraria y esta vez no podía perder el dineral que se ganaba en esta carrera, puse mi moto al máximo para ganar la carrera y entonces vi de nuevo a aquellas dos morenas esperando que cruzara la meta.
De un momento a otro, mi vista se nublo, y ni siquiera supe si había o no ganado la carrera.
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Secretos Oscuros. (PAUSADA)
Romance⚠️ Advertencia: Contenido adulto. Mi vida no había sido nada fácil, y mucho menos cuando tuve que huir de casa sin ningún tipo de pertenecías, dejando atrás mis recuerdos, la única familia que pensaba tener, y lo más importante para mi, aquellos tr...