El beso.

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CALEB.

Cuando entre por el balcón de mi habitación después de lo que ocurrió con Alex, fui a la ducha y allí me perdí entre mis pensamientos, en los ojos de ella, en la suavidad y calidez de sus labios, en los sollozos que escuché antes de irme, en su mirada cuando decidió echarme de su habitación, pensé en todos y cada uno de los momentos acontecidos esa noche, pero sobre todo en aquel beso, que había desaprovechado al no corresponder y que me moría por volver a sentir pero que jamás sería capaz de decirle a nadie, excepto a mi compañero, Nils.

Me quede dormido pensando en los labios de Alex, tanto que acabe soñando con ellos, ni siquiera sabía si eso estaba bien o mal, solo sabía que estaba volviéndome loco, que ya ni siquiera sabía que hacer, estaba confundido, jodidamente confundido.

A la mañana siguiente, decidí llamar a Nils para quedar con él por la tarde, necesitaba hablar con alguien, desahogarme, una opinión que no fuese solo la mierda que tenía en la cabeza, necesitaba verla, saber de ella, que haría hoy o tan solo si quería verme, desayune en silencio y después me vestí con el uniforme de policía para dirigirme a mi trabajo.

Salí del trabajo bastante tarde, así que cuando me adentré en mi coche para llegar a casa, avisé a Nils de que tal vez llegaría un poco tarde tras eso me disculpe por no haberle avisado antes y emprendí el camino.

Al llegar, inevitablemente pose mis ojos en el apartamento de Alex, pero no vi movimiento alguno fuera, supuse que ella estaría en casa, o qué tal vez habría ido a aquellas clases de arte que me mencionó ayer, aún así, no perdí la esperanza de poder verla.
Nils esperaba sentado en un pequeño escalón que había fuera de mi apartamento, llevaba un paquete con varias botellas de cerveza en el, sonreí y negué con la cabeza varías veces pensando que mi mejor amigo nunca iba a cambiar, era de los que pensaba que problemas con alcohol se quitan.

Aparqué el coche y bajé, saludé a Nils con un golpe en la espalda, abrí la puerta de mi apartamento dejando que él entrará primero, y antes de entrar, volví a dirigir mi mirada al balcón de esa chica acosadora, visualicé una sombra en las cortinas que cubrían su ventana, así que estás volviendo a observarme a escondidas... La sonrisa inocente de Alex se coló en mi cabeza, rompí el contacto visual con su balcón girando, e inconscientemente me acaricié los labios con los dedos haciendo que una sonrisa asomará por ellos.

Nils estaba tumbado en el sofá negro de mi apartamento con una cerveza abierta en la mano, había dejado una en la mesa auxiliar sin abrir, me senté en el sillón de piel oscura, pasé mis manos por mi cara varias veces, saqué el mechero del bolsillo de mis pantalones y antes de encenderme un cigarrillo, abrí la botella usando el mechero de palanca, me la lleve a los labios vertiendo el líquido frío en mi boca y luego tragué despacio llevándome el nudo que se había formado en mi garganta, no me podía creer que estuviese a punto de hablar de esto con mi mejor amigo.

Deje la cerveza en la mesa auxiliar, agarre el paquete de tabaco que había en la misma, saqué un cigarrillo poniéndolo en mis labios, lo encendí y finalmente inhalé llenando mis pulmones de aquel humo que mi madre adoptiva me había dicho tantas veces que odiaba, después de eso, escuché a Nils hablándome.

—¿Que ha pasado? —pregunta sentandose en el sofá para mirarme a los ojos.

—Me trae loco. —espeté sin rodeos.

—¿El qué? ¿Ha pasado algo con tu familia? —la voz de Nils empezó a tornarse preocupada.

—Ella. —susurré mirando el suelo blanco de mi apartamento, curiosamente, creo que era de las pocas cosas que aquí era de ese color.

Secretos Oscuros. (PAUSADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora