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Los golpes en la puerta se podían escuchar claramente, junto a los gritos que exigían que se abriera. Haseul no escuchaba nada, solo melodías que acompañaron su infancia nada común, junto con lágrimas, que volvieron después de muchos años, y esperaba no volver a sentir jamás.

— Jo Haseul, abre de una vez la puerta, podemos hablarlo -Ignoraba la voz ronca de su padre, se sentía una niña otra vez, llorando mientras escuchaba gritos y golpes– No me obligues a entrar a la fuerza –No hubo respuesta, se escucho un suspiro inaudible para la joven coreana– Bien, sal cuando te de la gana, pero esto no va a quedar así.

Se quitó los audífonos, recuerdos vagaban por su mente, solo quería eliminarlos e irse de una vez. Recordó que su cumpleaños sería dentro de poco, al ser mayor de edad no necesitaría permiso para volver a Corea, deseaba que llegará lo más rápido posible, aunque sólo faltaba una semana, solo una semana más que probablemente se la pasaría en otro lugar, no quería ni ver el rostro de los mayores.

Posó su cabeza en la almohada, viendo por unos segundos su teléfono, con una pequeña sonrisa.

Vivi ♡
Descansa, te amo.

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— No seas amargada –Molestó un poco a la más baja, esta no le dirigía mirada, solo estaba concentrada en ganar su videojuego.

— Tal vez este ahí, tal vez me quedé en casa durmiendo –Respondió sin interés y con expresión neutra– La segunda opción parece tentadora.

— Puedes llevar a alguien, tal vez alguien especial –Pasó su brazo por el hombro de su menor– Se que tienes a alguien –Jugó con la mejilla de Hyeju, recibiendo un golpe en la mano.

— Ya lárgate Seungmin.

— Aww que linda, te sonrojaste –Se mostró muy emocionado por un pequeño sonrojo– Mi niña ya creció –Empezó a llorar falsamente– Que –Dijo cuando se dió cuenta que Hyeju lo había dejado solo, se fue en silencio, ya había llamado la atención de varios estudiantes que estaban alrededor.

Hyeju camino hacía la Biblioteca, se había acostumbrado a estar en ese lugar tranquilo y silencioso, el único ruido que había era el de los pasos de las personas. Incluso había logrado leer algunos libros que la señora encargada del lugar le recomendó, se sorprendió al encontrar interés en ellos, sintiendo más atracción hacía los libros que descansaban en las grandes estanterías de aquel pacífico lugar.

Sus dedos paseaban por los libros, llenándose un poco de polvo, ya que casi nadie solía ir a la sección de Thriller. No sabía que leer, así que paseo por las demás estanterías, igual todavía tenía tiempo antes de que empezara su próxima clase.

Término parada en la sección de Romance, la verdad solo veía las portadas para ver cual le parecía más atractiva, no encontró nada de su gusto y volvió al comienzo. Tomó un libro cualquiera y fue hacía su mesa favorita.

Sintió unos brazos pasar por sus hombros, y envolverla en un abrazo. Volteó con cuidado para poder ver quien era la persona que estaba sobre ella, se calmó al ver que era Jiwoo.

— Que haces? –Quedó muy cerca de la menor, juntando sus mejillas.

— Leyendo –Alejó a la de flequillo, esta hizo un puchero, pero no se rindió para acercarse a la menor– Que quieres?

— Yo? Nada –Acercó una silla para estar al lado de Hyeju, apoyando sus codos sobre la mesa, con las manos formando puños en sus mejillas.

Hyeju solo la ignoró y siguió con su lectura que había dejado de ser tranquila, gracias a que Jiwoo no se podía quedar tan quieta, y varias veces escuchaba suspiros y quejidos. La vió levantarse de repente, sintió que todo estaría más tranquilo, pero se equívoco a verla volver con papeles y pegatinas en sus brazos.

Vió confundida como empezaba a pegar las pegatinas en su rostro y a la vez en una hoja en la cual ya habían varios dibujos. Suspiro volviendo su mirada al libro, pero sintió que algo la tocaba, en un segundo ya tenía la cara llena de pegatinas.

— Que demonios haces? –Se quitó una de ellas, era una pequeña sandía, miro a Jiwoo, ella solo estaba sonriendo divertida.

— Vamos Hyeju~ juguemos algo, este lugar es muy silencioso y aburrido –Dió pequeños golpes sobre el brazo de Hyeju.

— Ese es el punto, si voy contigo me dejas tranquila? –Jiwoo asintió rápido como un cachorro– Bien, vamos.

Jiwoo tomó con emoción la mano de Hyeju, prácticamente la arrastró hasta la salida y la llevó hacía el patio de la escuela ya que todavía no era hora de salir.

— Que quieres hacer? Falta poco para mi siguiente clase –Acomodó su chaqueta, hacía frío.

— No lo se –Se quedó viendo dos aves sobre un árbol– Y... Que tal vas con Chaewon? –Puso una cara pícara, poniendo nerviosa a la menor.

— A que te refieres? –Volteó hacía otro lado para evitar que Jiwoo pudiera ver su rostro sonrojado.

— La única que no se da cuenta es Chaewon, eres bastante obvia –Escucho un suspiro por parte de Hye.

— Y si ella lo sabe? –De repente sintió miedo, Jiwoo solo la miraba– Y si lo sabe y no siente los mismo? Crees que se alejará?

— Hyeju, tranquila –Tomó la mano de la menor, la cual cada vez se ponía más nerviosa, estaba llena de miedo.

— No quiero que se aleje, prefiero guardarlo todo antes de que se aleje de mi.

Te Amo || Viseul ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora