Capítulo 36

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Hadrian Max-Cousland, como se le conocía ahora -legalmente a partir de los papeles mágicos de adopción proporcionados por los goblins-, caminaba por el callejón Diagonal. Aedan había decidido dejarle ir a reunirse con un amigo aunque tenía que estar de vuelta a las ocho como máximo. Lo que Hadrian no le había dicho era que dicho amigo era un acusado de mortífago que se creía muerto.

Hadrian entró en la heladería de Fortescue. Aunque estuviéramos en pleno mes de diciembre mucha gente seguía queriendo helado, teniendo en cuenta que la tienda estaba al menos tres cuartas partes llena de gente disfrutando de muchos sabores diferentes.

La piel de Hadrian era ahora de un tono más pálido de lo normal, su cabello -ahora castaño leonado- había crecido tanto que podía atarlo en una corta cola de caballo. Sus ojos seguían siendo verdes, pero con un tono más profundo y un matiz cobrizo. Pómulos altos y su horrible vista se había arreglado mágicamente, ahora podía ver perfectamente.

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Su primera Navidad con Aedan no había sido tan mala. En todo caso, había sido una de las mejores Navidades -o Yule, como la llama Aedan- que había tenido.

Se repartieron regalos, Aedan le había regalado a Hadrian una serie de libros muggles que llevaba tiempo queriendo leer, una funda para la varita hecha del mejor cuero y más cosas que necesitaría para el colegio. Hadrian se esforzó por regalarle algo a Aedan, pero se decidió por una tarjeta de regalo de Flourish and Blotts. Algo nuevo que habían empezado a ofrecer.

Aedan había sonreído y le había agradecido el atento regalo diciendo que sería bueno conseguir más material de lectura.

Fue entonces cuando Aedan le entregó los papeles de adopción de sangre.

Hadrian se limitó a parpadear ante los papeles. Se tragó el nudo que había conseguido reunir en su garganta en cuestión de segundos, se quedó callado con las lágrimas formándose en sus ojos. Su voz se quebró al intentar hablar. "Tú... Quieres..."

Aedan sonrió, "Quiero que te conviertas en mi hijo, con sangre". Hadrian parpadeó para alejar las lágrimas de sus ojos, y unas pocas se deslizaron por sus mejillas. Por mucho que le disgustara la idea de tener un padre o un adulto responsable que lo vigilara, quería esto. Había una parte de él que siempre había querido tener un padre, en el fondo anhelaba la comodidad de un adulto para no tener que cargar con todo sobre sus hombros.
Hadrian se lanzó sobre Aedan, "Yo... ¿en serio?" lo abrazó con fuerza, Aedan le devolvió el abrazo. "Sí, Hadrian. Quiero que te conviertas en mi hijo. Aunque antes tengo que decirte algo. No me importa que te niegues, porque si te adopto con sangre el gen pasará a ti". Hadrian se apartó del abrazo, con los ojos mostrando una cautelosa curiosidad. Aedan se limitó a mirarle a los ojos. "Soy un cambiaformas de lobo. Supongo que es como una forma de animago. Sigo conservando mi mente y mis pensamientos humanos, sólo que cambio de forma".

Hadrian no veía por qué el alboroto, en todo caso le encantaría ser un cambiaformas. "Todavía quiero... pero ¿puedo ver tu forma?"

Aedan le sonrió y desapareció por la puerta del salón para volver a entrar un par de minutos después. La forma de lobo de Aedan era impresionante. Era de color rojizo, con toques de color marrón rojizo oscuro y marrón claro, ámbar y dorado brillante. Con las orejas erguidas, el lobo de Aedan golpeó su cara contra el pecho de Hadrian, haciéndole caer al suelo. Dejó escapar una pequeña risa. El lobo que se alzaba sobre él era alto, 120 cm de altura por lo menos. Aedan volvió a salir de la habitación para cambiarse antes de volver para empezar a rellenar los papeles juntos.

 Aedan volvió a salir de la habitación para cambiarse antes de volver para empezar a rellenar los papeles juntos

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Playing Dress-up ~Tomarry~ (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora