𝚂𝚎𝚌𝚛𝚎𝚝𝚘𝚜

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Víctor

Esa mañana era fresca mientras caminaba por los terrenos del internado, el director me había pedido ir a dar una caminata, lo hacía regularmente con cada docente para ponerse al día sobre los estudiantes, para tener cierto control sobre la información y sobre lo que estaba pasando.

Regresábamos hacia adentro una vez le conté superficialmente sobre algunas cosas, le conté que los chicos en general se estaban portando bien, que  el problema de la pareja de novios de un par de estudiantes se había solucionado, Le comenté acerca del chico que quería ser sacerdote, y traté de evitar que cierta estudiante se colara en la conversación.

No funcionó.

Él preguntó directamente por Dani, antes que entráramos al edificio.

—La has cambiado mucho, Víctor.  Por fin ya no se mete en problemas y se ve que, a su manera, se está integrando de cierta forma.
Al menos ya no se ha intentado fugar. —observó el director. —eso es mucho.

—Es una joven incomprendida, es todo. En el fondo es muy buena. He escuchado sus problemas y la he aconsejado de la mejor manera. —le informé, tratando hablar  de una forma neutra sobre Dani.

—Y no lo dudo, Víctor. Le he informado a su tía lo bien que se está comportando. Y sé que tú poco a poco estas cambiando su pensamiento y dentro de poco harás que reciba catecismo.

—Dani se cuestiona muchas cosas y no acepta ninguna respuesta. Tiene una opinión sobre todo. Y la verdad es que no veo nada malo en ello. —respondí, sencillamente. Evitando sus pretensiones.

—Intenta más fuerte. Convéncela. —dice, como si se tratara de un objeto al qué hay que arreglar, como si no tuviera voz u opinión. Tensé mi mandíbula intentando no escupirle lo que opinaba al respecto. En cambio me recordaba  una y otra vez que esta conversación se acabaría pronto. —Su tía quiere que cambies la decisión sobre la universidad a la que ella quiere ir, dice que Daniela tiene ideas fantasiosas sobre irse lejos cuando acabe el año escolar, así que quiero que obtengas de ella tanta información como puedas, que la convenzas que no es buena idea alejarse de su tía. —hice en gesto en desaprobación y estaba apunto de replicar cuando el director se adelantó previendo mis palabras. —Estoy convencido que la tía de Daniela le ha pedido al padre Eduard hablar con ella de este punto ya que él y su tía son tan cercanos. Pero el padre Eduard, él no es como tú.

–¡No!  —me sobresalté, un poco más alterado de lo que hubiera deseado sonar. —Yo hablaré con ella sobre eso.

—Bien. —sonríe complacido. —Díselo esta tarde, y me informas todo.

***









Dani

El padre Eduard caminaba de arriba abajo mientras hablaba dando su clase, manos en la espalda relajada mente, y cada vez que pasaba a mi costado desviaba la mirada de él porque mis mejillas se calentaban, tenía este extraño miedo de que pudiera adivinar en mi mirada lo que yo había visto.

Había tratado de hablar con Aria antes de las clases pero no se despegaba de Claudia, en el almuerzo más de los mismo, no pude encontrar un momento para hablar a solas con ella, pero sabía que después de esta clase Claudia casi siempre se quedaba para hablar con el padre Eduard, ahora entendía porqué.

Y justo como creí, cuando la clase acabó Claudia fue rápidamente a su escritorio mientras todos los demás salían.

Esperé afuera de la puerta a qué Aria saliera, y tomé su brazo cuando la vi, arrastrándola lejos de ahí, me detuve hasta que doblamos la esquina, para que pudiéramos hablar tranquilas.

Yo Confieso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora