𝙴𝚜𝚝𝚛𝚎𝚕𝚕𝚊𝚜

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Escuché pasos atrás de mi,  había estado sentada en el césped esperando, y me alegré cuando vi a Víctor llegar, así que si había podido entender mi nota, pero mi sonrisa pronto se evaporó porque él me observaba muy serio mientras se acercaba a mi, su mirada era una mezcla de resentimiento y dolor, eso me asustó.

—¿Que significa ese mensaje? —fue lo primero que dijo. Sus ojos estaban cristalinos y su respiración muy agitada.

—¿Que? —pregunté consternada. Lo estudié, llevaba un suéter gris y, pantalones de  pijama y esta vez iba en calcetines como si solo se hubiese levantado apresuradamente de su cama.

—Estás dejándome. —afirmó, asentía  con su cabeza sin podérselo creer. Alcé mis cejas sin saber de dónde había sacado eso, definitivamente no era esta la reacción que me esperaba.

Acorté nuestra distancia e intentaté poner mi mano sobre su pecho para calmarlo, pero él retrocedió apartándose de mi toque.

—Víctor, ¿porqué dices eso? ¿cómo llegaste a esa conclusión? —estaba tan confundida, solo quería entender que estaba pasando.

—¿Dime qué significa esto entonces? —habló y levantó mi tarjeta entre sus dos dedos.  Sus ojos se clavaban en los míos fijamente pero de forma dolorosa, como si buscara en mi mirada la verdad. Negué con mi cabeza, aún sin saber a qué se refería. Víctor se frotó la frente, suspiró tomándose su tiempo y luego vino a mi acunó mi rostro con sus manos y se aseguró que viera la intensa mirada que reflejaban esos tristes ojos mientras habló. —Sé que no es fácil, Dani. Esto no debe ser fácil para ti, aunque no me lo digas, lo entiendo. Sé que te estoy pidiendo demasiado, yo tampoco quisiera seguir manteniendo lo nuestro en secreto...Pero antes de que tomes una decisión, por favor, escúchame...

—Víctor... yo solo quería que vinieras aquí para darte una sorpresa. Creí que sería lindo. Es todo, no sé de qué hablas pero estás asustándome...

—¿Una sorpresa?

Se percató hasta ese momento de lo que nos rodeaba, yo había traído una manta que había extendido sobre el césped, una vela. Mi iPod y un libro yacían sobre la manta, sería una velada bajo el hermoso cielo estrellado.

Se volvió a mi con una mirada de disculpa.

—Yo...He estado como un loco pensando sobre esa frase. Hasta que todo se distorsionó en mi mente y yo... supongo que solo tengo mucho miedo de perderte.

Aminoré sus preocupaciones ofreciéndole una sonrisa comprensiva, deslicé mi mano sobre su pecho, acariciandolo, Víctor tenía un aire de arrepentimiento y tristesa.

—¿Porqué ibas perderme? Tu no me perderás. —le aseguré.

—¿Porque le das un mensaje romántico, tan críptico a la persona con menos experiencia en el amor?
—dijo esbozando una sonrisa.

—Lo siento. No pensé que lo tomarías así pero, yo no voy a dejarte.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Él apuñó sus ojos y suspiró.

—Bien. —dijo un poco aliviado.

—Ven acá. —dije y lo atraje hacia mi, para besarlo. Lo sentí un poco tenso al inicio pero mi beso largo y apasionado lo tranquilizó. Víctor me correspondió presionándome contra él para unirnos en un abrazo. —Espero que te haya gustado mi sorpresa.

—Esto es hermosos, Dani.

Nos sentamos sobre la manta para estar cómodos, Víctor había apoyado su espalda sobre un él tronco del frondoso árbol bajo el que estábamos, mientras que yo estaba recostada contra su pecho rodeada por sus brazos, frente a nosotros se extendía el estrellado cielo, Víctor y yo contemplábamos las estrellas mientras compartíamos mis auriculares. Por l oscuridad del jardín y los enormes árboles me sentía protegida de cierta forma, solo éramos el, yo y la luna.

Yo Confieso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora