佐野 万次郎 Brightness Of Your Eyes |Fanfic| Capítulo VIII
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──¡Hey Emma!──.
Llamó la atención de la rubia, mientras apuraba sus pasos asercandose a la ya mencionada.
──Creí que no vendrías, ya sabes tendrás que juntarte con Mikey y Draken-kun── mencionó con un poco de desánimo.
──Como puedes pensar eso Emma-Chan, siempre abrire en mi agenda un tiempo para poder estar con mi mejor amiga──.
Dijo sonriendo mientras mostraba aquella pulsera que traía en su mano derecha, la cual tenía el nombre de emma y un pequeño dije de rompe cabezas, el cual se conformaba con el que trae Emma en su mano izquierda igualmente trallendo el nombre Sakura.
──Entonces me alegro que hayas llegado, ahora si ya podemos ir a las tiendas a por ropas y demás──.
Hablo con emoción, la de ojos amarillos, mientras tomaba la mano de su acompañante así uniendo aquellas pulseras.
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[Año 2003]
──Te presento a mis hermanos Sakuchi~──.
Habló un pequeño rubio, presentándole a la de cabellera roja sus familiares, un peli negro alto quien no dejaba de sonreír a la niña y al niño más alto que estaba a su lado, y una chica rubia quien se encontraba mirando curiosa a lado del peli negro, pero sin evitar desviar sus ojos a sierto rubio alto.
──oh~, ¡Mi nombre es Sakura Aoyama, soy hermana de Ken, y es un gusto!──.
Hablo o más bien grito por aquellos nervios que le invadían a la chica, nunca había hablado con otra chica de su edad que no intentará burlarse de su heterocromia y su peculiar tono de cabello.
──Que lindo nombre Sakura-Chan, mi nombre es Shinichiro Sano, es un gusto conocerte──.
Hablo el peli negro alto mientras acariciaba la cabeza de la más pequeña, la rubia que se encontraba viendo con emoción se acercó mucho a la pelirroja, invadiendo su espacio personal y poniendo nerviosa a la pelirroja, ya que la rubia no mostraba expresión mientras la miraba, pero repentinamente cambió sus facciones a una alegre.
──¡Mucho gusto Sakura-Chan, mi nombre es Emma sano y me gustaría que fueras mi amiga¡──.
Hablo ansiosa la chica, tanto así que grito mucho más fuerte que la pelirroja haciendo que todos los hombres presentes se tapases los oídos, pero que la pelirroja quedara encantada por lo último mencionado.
──Emma no grites, me duelen los oídos──
Dijo el rubio más chaparro sobandose sus oídos, mientras que el peli negro reía y el rubio más alto solo sonría al ver la ilusión de su hermana menor.
──Claro que me encantaría ser su amiga Emma-Chan──.
Emma sin esperar más tomo de la mano a la pelirroja, y se la llevaba de ahí mientras con un gran grito se despedía de los demás y decía volver después.
Aquel día fue increíble para ambas chicas, fueron risas y alegría, para ambas era tener su primera amiga, y eso a ambas les emocionaba, pero la tarde no se hizo esperar, dejando a ambas decepcionadas, pero la rubia mientras caminaba junto a su nueva amiga, pudo ver en un lugar pulseras las cual una mujer mayor hacia.
──Vamos Sakura-Chan, hay que tener una pulsera que represente nuestra amistad──.
Sin recibir respuesta corrio tomando la mano de su nueva amiga quien reír por su acto, al encontrarse enfrente la señora de edad ya mayor les preguntó amablemente cómo querían sus pulceras, ambas dijeron sus nombres, y la señora les hizo sus pulceras con los nombres y cada uno tenía un dije que se juntaban por medio de un imán.
Ambas chicas se la colocar y juntaron sus manos viendo como estas se juntaban, ambas se emocionaron.
──¿Cuanto serán por las pulceras?── pregunto la pelirroja mientras sacaba una monedas de su bolso del pantalón.
──Oh no será nada, son muy adorables pueden llevarselas──.
Las dos se encontraron desacuerdo pero terminaron aceptando, aunque mientras la señora se encontraba distraída la pelirroja junto a la rubia degaron 300 yenes y se fueron casi corriendo y riendo.
──Fue un día maravilloso, gracias por ser mi amiga── dijo alegre la pelirroja aunque se notaba tristeza en sus ojos.
──Que dices gracias a ti por ser mi amiga, jamás me la había pasado tan bien── dijo emocionada.
──¿Entonces amigas hasta el fanal?──.
──Amigas hasta el final, ni la muerte ni nadie nos separara── afirmó la rubia.
Amabas chicas regresaron a la casa de la rubia mientras reían, en el camino pudieron ver a sus hermanos junto a otros chicos los cuales ambas chicas conocían bien.
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