FEVER メEnhypen - Jayメ

08. Tiempo indefinido.

Estaba como siempre en la empresa solo que esta vez está grabando.

Cuando terminaba de grabar mi parte de audio para nuestro próximo comeback el señor me interrumpió.

-Déjalo, mañana seguimos. Iré adelantando con las demás y ya grabaremos el tuyo mañana.

Me quité los audífonos y lo miré confundida.

-¿Hice algo mal? -dije preocupada.

-No, para nada pero el CEO te ha mandado a buscar urgentemente.

Salí de la cabina de grabación y miré a las chicas sentadas en el gran sofá, ellas solo asintieron.

Salí de ahí confundida y me dirigí a la oficina del Ceo. Al llegar toqué la puerta y después de oír un 'pase' entré.

-Hola Ceo. -hice reverencia.

-Hola, Camille. Toma asiento -señaló la silla frente a su escritorio.

-¿Para que me llamó? -pregunté asustada.

-Es un tema importante pero mejor vayamos a la sala de juntas, los invitados ya deben estar ahí.

Él se paró de su asiento y me hizo seña de que lo siguiera.

Al llegar a la sala de juntas él abrió la puerta y pude ver a dos personas sentadas de espaldas a nosotros.

Pasamos y tomamos asiento. Al ver a las otras personas me sorprendí. ¿Bang PD? ¿Jay? ¿Que hacían ellos aquí? O mejor ¿Que tenían ellos que ver con lo importante que tenía que decirme el Ceo?

-Tranquila Camille -el Ceo me miró, seguro notó mi cara de confusión- Bien, esto es algo que hemos acordado entre las dos empresas. Hybe y JYP. -nos miró a Jay y a mí.

-Tendrán que casarse. -Bang PD suspiró.

-¿¡QUÉ!? -gritamos Jay y yo a la misma vez, parece que él tampoco sabía de ésto.

-Calma muchachos, es por el bien de las dos empresas y solo será por un tiempo.

-No pienso casarme con Camille -Jay pasó su mano por su cabello frustrado.

-Solo tienes dos opciones, casarte con ella o irte de la empresa y obviamente del grupo -el Ceo de su empresa dijo con voz autoritaria.

-Usted no puede hacer esto -Jay sonaba desesperado.

-Discúlpenme -interrumpí y miré a ambos Ceo's- ¿Se dan cuenta que aún no somos mayores?

-Si, y es precisamente por eso que los elegimos a ustedes -dijo mi Ceo.

-Exacto, al ser más jóvenes pueden estar casados sin afectar tanto su futuro. -dijo el contrario.

-Ya dije, no pienso casarme con ella y estoy seguro que ella piensa lo mismo que yo. -Jay me miró.

Yo solo pude quedarme callada y mirar hacia abajo. A ver aclaremos que no me quiero casa con él obligada pero no quiero llevarle la contraria a mis mayores.

-¿No piensas decir nada, Camille? -dijo Jay fríamente.

-Yo...-me callé por unos minutos y luego hablé- ¿Por qué? -todos me miraron confundidos- ¿Por qué tenemos que casarnos?

-Para ayudar a ambas empresas. Si ustedes se casan pueden ayudar a las dos empresas económicamente. -me respondió J.Y. Park

-Sigo sin entender -me crucé de brazos.

-Y no lo entenderán, la forma más fácil de decirlo es que será un matrimonio por contrato para ayudar a ambas empresas.

-Bien -hablé y suspiré cuando vi que Jay estaba de brazos cruzados y con una mirada que mataba a cualquiera que se le posara en frente- ¿Por cuánto tiempo sería? -pasé mi mano por mi pelo desordenándolo.

-No lo sabemos -Bang PD puso cara culpable- Tempo indefinido

Vi como Jay resoplaba y se paraba de su asiento en dirección a la puerta enfadado.

-Si me disculpan, -los miré- iré a verlo. Han tirado está bomba frente a nosotros sin prepararnos al menos, de verdad se los agradezco -dije con sarcasmo y me paré para correr tras Jay.

Al salir al pasillo lo empezé a buscar pero no lo veía por ningún lado.

Vamos piensa, ¿A donde iría si fuera Jay?

Definitivamente saldría de la empresa

Por primera vez en la vida te haré caso, querida consciencia. Espero y no te estés equivocando.

Corrí escaleras abajo lo más rápido que pude. Vi como en la recepción habían cristales rotos por todos lados y un una maceta de flores tumbada en el piso.

Salí del edificio y por fin lo pude ver peleando con los de seguridad.

-Déjenlo -exigí y ellos lo soltaron- Yo me encargo de él.

-Pero señorita...

-Que yo me encargo dije -jalé a Jay lejos de ellos- ¿¡Estás demente!?

-Déjame solo -miró hacia otro lado y escondió sus manos.

-Dejame ver tus manos -él negó como si de un niño pequeño se tratase- Dije que me dejes ver tus manos -exigí un poco más fuerte. Él me extendió sus manos derrotado.

Sus nudillos sangraban y sus manos estaban rojas.

-Este niño -protesté- Vamos, tendremos que limpiar eso.

Lo jalé con la intención de volver a entrar a la empresa pero me frenó.

-No hay forma de que yo vuelva a entras ahí.

-Vamos -lo volví a jalar.

Subimos hasta mi oficina y ya ahí cerré con seguro. Él se sentó en mi asiento mientras yo iba a por un bote de primeros auxilios que tenía por ahí.

-Dame las manos -él las estiró y yo le pasé un algodón con alcohol mientras el protestaba- Te lo mereces, no puedes sacar tu ira así.

-No quiero regaños ahora Camille.

-¿Por qué te enfadaste tanto? -pregunté mientas le ponía curitas de ositos en las heridas.

-¿Ositos? ¿Es en serio? -protestó.

-Son mías, ¿que esperabas? ¿Dragones? -levanté una ceja mientras veía como el se reía- De todas formas, te hice una pregunta.

-No piensas dejarlo, ¿No? -negué y el suspiró- No estaba tan enfadado por mí. Osea un poco sí pero lo estaba más por tí -lo miré confundida- A pesar de que me caes mal no quiero verte sufrir y se que un matrimonio obligatorio no es tu mayor sueño.

XX.
Solo por hoy y porque estoy de buen humor, →→Doble actualización→→

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