FEVER メEnhypen - Jayメ

23. Fever.

Era el último día de nuestras vacaciones. De verdad nos hemos divertido los dos juntos. No nos separábamos para nada.

Hoy en la tarde habíamos tenido una cena romántica, los dos solos con una vista hermosa hacia el mar.

En la noche mientras estábamos en la habitación a Jay se le antojó a ir a caminar por la playa.

-Son las dos de la mañana Jay. No pienso ir a ningún lado. -enterré mi cabeza en la almohada.

-Vamos, por favor. Quiero caminar por la playa. -me movió por el brazo.

-Que no. A parte hay mucho frío fuera. -me levanté un poco para verlo mejor.

-Bien, como quieras. Entonces voy solo. -se paró de la cama, agarró su abrigo y se dirigió a la puerta.

-¡Espera! -el se asomó para verme- Está bien, iré contigo.

Me paré de la cama rendida, agarré mi abrigo, mi celular y lo alcancé en la puerta.

-Andando -me agarró de la mano y silenciosos salimos del hotel.

Al llegar al mar se veía muy linda la vista. Las estrellas reflejadas en el agua.

-Después de todo no fue mala idea. -quité mis zapatos queriendo sentir la arena entre mis dedos.

Jay hizo lo mismo a mi lado y empezamos a caminar por la orilla del mar en silencio.

No era incómodo, era relajante. Empecé a pensar en todos los momentos que había pasado con Jay.

-Te amo -solté de repente sorprendiéndome hasta a mí misma.

-¿Que? -Jay me miró sorprendido.

-Nada, olvídalo -me sonrojé y aún sabiendo que él no podía verlo por la oscuridad de la noche, aparté la mirada.

-Vamos dilo, no llegué a captarlo bien -hizo puchero mientras me miraba.

-Ash está bien -el me sonrió pensando que se lo diría. Suspiré- Te odio.

-Eso no es lo que esperaba que dijeras -me dijo confundido.

-En serio te odio Park JongSeong. No sabes cuánto te odio por meterte en mi corazón y nunca más salir de ahí -me paré frente al él y lo agarré de las manos- Te odio porque te amo.

-Wao, eso está mejor. Pero en mi defensa también te odio enana. También te odio por meterte en mi corazón y mente, día y noche. -me sonrió.

-Eres tan lindo -me permití admirar todos los pequeños detalles de su cara.

-Camille, yo... -se puso nervioso- Tengo algo que decirte.

-¿Qué es? -me empezaba a preocupar por la expresión en su cara.

-Es complicado. No sé cómo vayas a reaccionar. -se soltó de mis manos y luego miró al horizonte.

-Dilo ya por favor. -dije desesperada.

-Corre.

-¿Qué? -lo miré confundida.

-Corre lo más lejos que puedas ahora, cuando estés lo suficiente lejos vírate y dame la espalda. Entonces te diré.

-¿Ok? -confundida le di la espalda y empecé a correr asustada de lo que tuviera que decirme.

Cuando estaba lo suficientemente lejos le di la espalda esperando a que me dijera algo pero todo fue silencioso hasta que sentí mi celular vibrar en mi bolsillo.

Lo saqué, un mensaje de JS <3.

Una loca idea pasó por mi mente pero la descarté enseguida, ya lo había pensado antes pero no podía ser.

Igual abrí el mensaje.

Él: Hola Camille.
Él: ¿Aún sigues teniendo curiosidad por saber quién soy?
Él: Si es así, contesta la siguiente llamada que te haré. Si no es así, no contestes.

Mi celular volvió a vibrar en mis manos. JS me estaba llamando y mis manos estaban temblando.

Contesté la llamada pero solo podía sentir la respiración de la persona al otro lado de la línea.

Giré mi cuerpo lentamente, no podía ser él, no podía ser Jay.

Al verlo a lo lejos el tenía su celular en pegado a la oreja. Entonces la persona al otro lado de la línea habló.

-Hola princesa -fue la voz de Jay.

Lentamente fui quitando el celular de mi oreja mientras miraba a Jay. Lágrimas empezaban a salir de mis ojos.

Me lancé a correr hasta él y al estar cerca lo abracé. Él estaba esperando que lo golpeara o que le gritara pero no fue así. Lo abracé con todas mis fuerzas.

-Camille, en serio perdón. Perdón por mentirte todo este tiempo -sonaba arrepentido

-No te preocupes -sollocé en su hombro- Gracias. En serio gracias por ser esa persona que me alentó en uno de los mentos más difíciles de mi vida.

-No hay de qué princesa. Me siento bien sabiendo que pude ayudarte de alguna manera. Pero tengo una sorpresa más para tí.

-Este día está lleno de sorpresas. -sonreí mientras él sacaba su celular y ponía a reproducir una versión de Fever pero cantada completamente por él.

Al terminar la canción me le acerqué y lo besé.

—Camille ésta canción narra exactamente lo que he sentido todos estos meses por tí. —acarició mi mejilla.

—Lo sé. -lo volví a besar y luego lo abracé.

Los dos nos quedamos mirando hacia el horizonte, abrazados. Ambos nos pertenecíamos el uno al otro. Ambos estábamos destinados a estar juntos a pesar de todos los contratiempos que nos pusiera la vida.

Solo quiero decirle algo...

No se crean nunca ese cuento de que el personaje malo de la historia no puede cambiar.

Éste es el claro ejemplo de que por amor, todos podemos cambiar. Ya sea para bien, o para mal.

                          The End.