10. No quiero hablar contigo

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-Bien, firma aquí -me dijo el Ceo señalándome una parte del papel.

-Listo -dije al terminar de firmar.

Él le pasó los papeles a Jay que también firmó.

Era el contrato que establecía que nosotros aceptamos casarnos por contrato dentro del tiempo que nos decía que en este caso era tiempo indefinido todavía.

-Aquí tienen la llave de la casa -nos extendió un juego de llaves. Una para él y una para mí- Tienen el día libre, pueden ir a ver la casa y prepararlo todo a su gusto. Tienen un carro abajo con todas sus pertenencias.

-Gracias y adiós -los dos nos levantamos e hicimos reverencia para irnos.

-Uff espero no sea muy lejos -dijo Jay por primera vez en todo lo que llevaba de día. Había estado muy callado.

-Eso espero -suspiré- No quiero estar muy separada de las chicas.

Nos montamos en el auto que nos asignaron en completo silencio hasta llegar a la casa.

Era de dos pisos, no tan grande. Entramos por un jardín con lindas flores hasta llegar a la entrada del garage donde se parqueo el auto.

Nuestros guardaespaldas nos ayudaron a bajar las maletas y a entraras en casa. Ellos dijeron que podían ayudar pero preferimos que no así que solo se quedaron afuera por si necesitabamos algo.

Al entrar era una casa muy bonita. La sala con un sofá en forma de L y al frente un televisor colgado en la pared con una Play debajo.

-¡Si! -exclamó Jay al verla- Pensé que tendría que llevarme la de casa. No puedo vivir sin una de esas. -y se fue a verla.

Yo por mi parte seguí mirando. En una esquina había una pequeña chimenea y algunos adornos en distintos puntos del lugar.

Seguí caminando y me encontré con la cocina. Tonos blancos y negros invadieron mi visión. Tenía una isla de mármol en el centro y gabinetes en las paredes.

Revisé el frigorífico y tenía de todo. Los gabinetes también tenían platos, vasos y todo lo necesario.

Salí de ahí y fui a la sala donde me encontré a Jay jugando ya en la Play.

-Oh no -agarré él control y apagué el televisor- Desde ahora no, ya tendrás tiempo de jugar más tarde. -me crucé de brazos.

-¡¿Estás loca?! ¡No puedes pagarme el televisor así! -me gritó y me sorprendí- Loca -susurró mientras pasaba por mi lado ha hacer sabe Dios que.

Tampoco me importaba. Que me grité todo lo que le dé la gana mientras no se meta con mi físico o me golpeé. Eso sí no se lo aceptaré.

Agarré mi maleta fijándome que la de Jay ya no estaba y subí las escaleras para encontrarme un pasillo con cinco puertas. Dos a cada lado y una al final.

La última puerta a la derecha tenía la puerta abierta, supongo que era la habitación de Jay.

Entré a la habitación frente a esa silenciosa y cerré la puerta a mis espaldas.

Oh, que linda habitación.

Lindos tonos de rosado y blanco. Una cómoda cama grande con sábanas blancas y algunos cojines de adorno sobre ella. El las paredes algunos cuadros de paisajes y dos mesas para la noche a ambos lados de la cama.

Me puse a sacar toda mi ropa de las maletas y a guardarlas en mi clóset. Cuando casi ya estaba terminado...

-¿Puedo pasar? -Jay llamó a la puerta y me quedé callada- Te he visto entrar antes a esta habitación. Se que estás ahí.

Me acerqué a la puerta y saqué mi cabeza -¿Qué quieres? -dije fríamente.

-Necesito hablar contigo, sal -su tono era suave.

Tenemos un grave problema de bipolaridad aquí...

-No quiero hablar contigo -intenté cerrar la puerta pero él la aguantó y se escabulló dentro de mi habitación- Sal de aquí.

-Primero escúchame. Disculpa, ¿Si?. Disculpa por gritarte antes, no se que me pasó.

-Oh yo si se lo que te pasó -dije igualmente fría- Eres un puto bipolar que no sabe aguantar su irá. Eso te pasó.

Él se sorprendió al oírme hablar en inglés y por mis malas palabras.

-Si, es cierto. No se controlarme pero lo intento. Y lo que vale es saber arreglar mis errores y eso estoy asiendo. -habló en inglés.

-Bien te disculpo -suspiré pesadamente.- Ahora sal, iré a bañarme.

-Gracias -dicho esto se marchó de mi habitación.

Yo por mi lado cogí ropa y me metí a bañar. Luego de una relajante ducha de la cual perdí el tiempo salí ya vestida. Unos shorts negros y una blusa holgada, después de todo iba a practicar.

El olor a comida invadió mis fosas nasales y salí de mi habitación pero la curiosidad me invadió y me revisé las demás habitaciones, menos la de Jay.

La ultima puerta al final del pasillo era un mini despacho. Y las que estaban al principio del pasillo eran habitación de invitados.

Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina siguiendo el olor. Puede ver a Jay cocinando.

-¿Que haces?

-Cocino -dijo obvio sirviendo algo en un plato- Ya mañana en la noche cocinare algo mejor para que comas.

-Se ve delicioso, gracias -sonreí mientras él se sentaba delante de mí a comer.

-Come, no quiero que te decaigas mientras prácticas por no comer -dijo para después darle un bocado a la comida.

Raramente comimos en silencio sin hacer ningún comentario desagradable el uno del otro.

Me despedí de Jay y salí de la casa para volver a la empresa.

FEVER メEnhypen - JayメDonde viven las historias. Descúbrelo ahora