09. Su muro de fuerza se había venido abajo

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Narra Jay.

Debo admitirlo, la noticia me había tomado por sorpresa. No pude evitar ponerme molesto. ¿Como pueden hacer ésto? Y sin tan siquiera avisarnos, nos dicen luego de que todo ha está planeado.

Salí de la sala de juntas enfadado. Si esto fuera una película estoy seguro que los de edición pondrían humo saliendo de mis orejas.

Llegué a la planta baja tan metido en mis pensamientos y tan enfadado que tire todo lo que se me puso en frente. Se que tumbé cosas de cristal porque mis dedos empezaron a arder y a sangrar. Patee un bote de basura y tumbe una maceta con flores.

Al salir del edificio los de seguridad me frenaron agarrándome una de cada brazo.

Una voz angelical me salvó de ser echado de malas maneras a la calle.

—Déjenlo —sonó enfadada— Yo me encargo de él.

—Pero señorita...

—Que yo me encargo dije —Camille me agarró de un brazo y me alejó de ellos— ¿¡Estás demente!?

Sabía que se refería a todo el desastre que había hecho.

—Déjame solo —dije a pesar de que quería lo contrario. Miré hacia otro lado y escondí mis manos que sangraban.

—Déjame ver tus manos —negué— Dije que me dejes ver tus manos —se las extendí derrotado— Este niño —negó en desaprobación al ver mis heridas— Vamos tendremos que limpiar eso.

Ella me jalo intentando entras a la empresa pero la frené.

—No hay manera de que vuelva a entras ahí.

—Vamos —me jaló y entramos de todas formas. Llegamos a su oficina que era pequeña pero muy bonita.

Me senté en su silla mientras ella buscaba algo. Regresó con un bote de primeros auxilios y se arrodilló frente a mí.

—Dame las manos —se las extendí y pasó por ellas un algodón con alcohol.

Empecé moverme por el dolor. Ardía demaciado.

—Te lo mereces, no puedes sacar tu ira así.

—No quiero regaños ahora, Camille.

—¿Por qué te enfadaste tanto? —preguntó mientras ponía curitas de ositos en mis heridas.

—¿Ositos? ¿Es en serio? —protesté intentando cambiar de tema.

—Son mías, ¿que esperabas? ¿Dragones? —me reí abiertamente mientras ella me miraba con mala cara— De todas formas, te hice una pregunta.

—No piensas dejarlo, ¿No? —negó y suspiré— No estaba tan enfadado por mí. Osea un poco sí, pero lo estaba más por tí. —me miró confundida— A pesar de que me caes mal no quiero verte sufrir y se que un matrimonio obligatorio no es tu mayor sueño.

Decía la verdad. Yo solo quiero lo mejor para ella. Bastante tiene con todo el odio que recibe en redes sociales.

Lágrimas salieron de sus ojos, su muro de fuerza se había venido abajo. Se había comportado se una forma tranquilisada hasta ahora que no pudo aguantar más.

—No llores —pasé una mano por su espalda para consolarla pero la quité rápidamente cunado mis dedos hicieron contacto con su piel. Llevaba una blusa que dejaba su espalda al descubierto.

—No puedo —lloriqueo en mi hombro— No es justo Jay, no es justo. Cuando pienso que mi vida no puede ser más miserable después de todo lo que me está pasando, vienen ellos a decirme que tengo que me tengo que casar obligatoriamente. No sabes la de odio que me va a llegar cuando se enteren que nos casaremos. No quiero eso.

—Lo sé, te entiendo. ¿Por qué aceptaste? Digo, no diste ninguna señal de ir en contra de eso cunado estábamos allá —me separé de ella y limpié un poco sus lágrimas pero seguía llorando.

—Iba a protestar pero cuando vi lo que te dijo, me arrepentí de decir cualquier cosa. No puedes perder tu trabajo. —volvió a empezar a llorar y me abrazó.

—No debiste preocuparte por eso, Camille. Debiste pensar primero en tí.

—Ya no se puede hacer nada. —se separó de mí— Aunque no queramos tendremos que casarnos si queremos mantener nuestros trabajos.

—Csmille, no...—me interrumpió.

—Jay, yo tampoco quiero ésto pero no tenemos otra alternativa que aceptar.

—¿Estás segura? —sequé sus lágrimas mientras ella asentía.

—Si, mejor vamos antes de que piensen que no aceptamos y nos expulsen. —reimos un poco y salimos de la oficina para ir a la oficina de J.Y Park.

Al entras los dos mayores estaban ahí tomando café.

—Lo siento —me disculpé haciendo una reverencia— Siento todo el desastre que hice allá abajo. Me comporté como todo un idiota.

—No te preocupes Jay, te entendemos —dijo Bang PD.

—Vinimos a decirles que aceptamos el trato. Nos casaremos —dijo Camille y apretó su mano entrelazada con la mía.

Los Ceo's siguieron la acción —No sabíamos que eran tan cercanos —dujeron a la misma vez.

—Oh, no, no lo somos —Camille se separó de mí nerviosa.

—Bien, lo bueno es que aceptaron.

—Igual no teníamos de otra que aceptar —Camille dijo en un susurro que solo yo oí.

—Bueno, la relación será confirmada dentro de tres días. Luego de unos días se avisará que se casarán e irán a vivir juntos a una casa que les compré para que todo se vea más real. Nadie se puede enterar que es un matrimonio por contrato. Bueno si, sus compañeros de grupo solamente. El contrato será firmado mañana y la llave de la casa será entregada también para que vayan a vivir juntos desde ya y se puedas ir adaptando mejor. —explico uno de ellos.

—Me parece bien —dije y luego de despedirnos salimos de ahí.

Yo me fui a mí empresa con el Ceo ya que teníamos trabajo mientras Camille me dijo que iría a recoger sus cosas he ir a su dormitorio.

FEVER メEnhypen - JayメDonde viven las historias. Descúbrelo ahora