+Epílogo+

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Tres años después*

Hoy era el día en que nuestro contrato acababa. Después de algún tiempo, al final los Ceo's habían acordado que sería por tres años.

Mi relación con Jay iba de maravilla. Hasta el día de hoy no hemos tenido ninguna pelea fuerte o cosas así. De hecho, mañana es nuestro aniversario.

—Amor,¿le has dado la comida a Jim? —Jay se apareció en la cocina mientras yo hacía algo para nosotros comer.

—No, ¿en que momento si estoy cocinado? —levanté una ceja.

—Bien, ya se la daré yo. —suspiró y se volvió a ir.

Yo seguí cocinando. Jim era nuestro perro, Jay me lo regaló cuando cumplimos un año de relación.

Al terminar de cocinar me dirigí a la sala donde pude ver a Jim comiendo en una esquina.

—Es un perro muy bueno. —dije mirándolo.

—Si, lo hemos educado bien —Jay se sentó a mi lado en el sofá.

—El Ceo me ha llamado, lo de la clausura del contrato se retrasó para mañana —él prendió la tele.

—Está bien.

Juntos nos pusimos a ver alguna película que pasaban por el televisor.

En la noche nos fuimos a dormir juntos y a la mañana siguiente me levanté súper temprano para darle una sorpresa a Jay de desayuno a la cama pero él ya no estaba a mi lado cuando me levanté.

Bajé las escaleras caras con una de sus camisas puestas, ultiman era mi hobby.

Fui a la cocina pero tampoco estaba. Seguro había ido a la empresa por algo así que no me preocupe mucho y preparé un rico desayuno al estilo americano.

Me senté en la sala esperando a que Jay viniera pero se demoró más de la cuenta así que me puse a ver mis redes sociales.

—¡Princesa, ya estoy en casa! —oí en grito de Jay y luego sentí como Jim iba corriendo hacia él.

—Hola —mi cara no expresaba ningún sentimiento. Después de todo había tenido un buen maestro para esconder mis sentimientos.

—¿Ahora que hice mal? —me tomó de los hombros al ver mi cara.

—¿Tienes algo que decirme o algo que recordar? —entrecerré los ojos hacia él malhumorada.

—Am, no —arrugó la expresión y luego desvío la vista.

—Bien —giré sobre mis talones dispuesta a irme a la cocina.

Era nuestro aniversario y se le olvidaba. No se imaginan como me siento ahora mismo.

Sentí como me agarró del brazo deteniéndome y me giro hacia él.

—¿Qué? —dije indiferente.

—Haz las maletas.

—¿Que? ¿Me estas echando de mi casa? —pregunté exaltada.

—No tonta, haz las maletas. Nos vamos de vacaciones. ¿Como crees que me voy a olvidar de nuestro aniversario?

—Eres un tonto, ¿Sabes? —lo golpeé en el hombro.

Tu tonto —recalcó la primera palabra mientras me abrazaba y me besaba.

—Bien, voy ha hacer las maletas. —me fui dirección a las escaleras.

—Voy contigo.

Media hora más tarde ya teníamos nuestras maletas listas y estábamos montándonos en el auto para ir a... la verdad no sé a donde vamos aún.

—¿A donde vamos? —pregunté inquieta.

—Ya verás. —me sonrió.

Algún tiempo después estábamos entrando el el hotel donde hace tres años atrás Jay y yo nos hicimos novios reales.

—Oh Wao, esto me trae muchos recuerdos —dije viendo a los alrededores del lugar.

—Ya lo sé. A mí también. —entramos de la mano al lugar y luego de agarrar la llave de la habitación nos fuimos a ésta a dejar nuestro equipaje.

Decidimos dejar las maletas para después y nos cambiamos de ropa para ir a la piscina.

—¿No crees que te queda un poco chico ese biquini? —me dijo dándome una vuelta.

—¿No estamos para celos ya eh? —levanté una ceja.

—Siempre serás mi princesa así que te puedo celar el tiempo que sea —me jaló de la mano y me dió un beso en el cuello haciendo que suspira.

—Ejem —tosí falsamente— Mejor vámonos ya. —me sonrojé.

—Creo lo mismo —salimos de la habitación y nos dirigimos a las piscina que para nuestra suerte no habían gente en ella.

Nos lanzamos los dos a la misma vez y nadamos un buen rato y cuando nos cansamos nos fuimos de nuevo a la habitación.

En la noche nos bañamos juntos y cuando salí me puse un lindo vestido negro de mandas largas. Según lo que me había dicho Jay iríamos a cenar.

Fuimos al restaurante del hotel donde todo estaba hermosamente decorado con velas y un lindo camino de rosas hasta la mesa.

—¡Que lindo! —no pude evitar soltar un chillido.

—Es bueno que te guste.—lo vi arrodillarse frente a mí y sacar una linda cajita de terciopelo del su bolsillo.

—Oh, ¿no harás lo que pienso que harás? —él asintió levemente.

—Camille, recuerdo que una noche como ésta pero hace tres años, junto a la playa, te conté toda la verdad y te dediqué Fever —sonreímos a la misma vez mientras mis ojos se llenaban de lágrimas— Por eso decidimos que nuestro aniversario fuera un día como hoy y no la fecha exacta dónde te pedí que fueras mi novia.

Él me miró directamente a los ojos.

—Por eso y mucho más. Por ser mi pequeña princesa todos estos años y estar a mi lado en cada momento. He decidido hacer la fecha mucho más icónica y preguntarte algo muy importante.

—Dilo ya por favor —a éstas alturas yo ya lloraba.

—¿Quieres casarte conmigo? —abrió la linda cajita y sacó un lindo anillo dentro de ella.

—Jay, sabes que mi respuesta siempre será sí. —el se levantó y puso el anillo en mi dedo.

—A pesar de que ésto sea simbólico ya que técnicamente ha estamos casados quería hacerlo oficialmente. La vez pasada era todo falso.

—Eres tan lindo amor —lo agarré de las mejillas y lo besé con lágrimas bajando por mis mejillas.

Luego de ese emotivo momento nos sentamos y pasamos una linda noche comiendo y riéndonos de anécdotas graciosas de los pasados años juntos.

Luego de todos años me he dado cuenta de una cosa. Jay es y será mi lugar seguro. Mi confidente y más que mi novio, mi marido, también es mi mejor amigo.

Por eso diré las siguientes palabras...

Juntos por y para la eternidad.

 

                            Fin.

FEVER メEnhypen - JayメDonde viven las historias. Descúbrelo ahora