Memorias muertas

pesadilla. 7-1

¿Cómo demonios hemos llegado acá? Es lo único que nos hemos preguntado en todo este tiempo, no puedo dejar de pensar en aquello... ¿Para salvarnos de algo dentro de nosotros? ¿Que? ¿Acaso tenemos un demonio? Que más da... De todos modos, mientras más nos preguntamos cosas, menos respuestas tendremos.

Tras descubrir una salida debajo de la cama, me encontré con una especie de... Matadero, o lo que sea que sea esto, todo estaba oscuro y lo único que podía darme una luz era mi teléfono celular, pero no lo tenía... Solo la pistola de aquel policía que se suicidó al frente de mi y Ethan... Ah, Ethan. ¿Dónde estás? Ahora mismo me hace falta tu ayuda... Tras chocar con muchas cosas, que posiblemente sean mesas de metal para cortar la carne, me topé con la puerta, que al abrirla y recibir un destello de luz proveniente del techo, ví que me encontraba en un tipo de sótano.

La puerta detrás de mi se cerró, joder, es un punto de no retorno... Miré mis posibilidades, pues las pocas que tenía eran de un cincuenta de sobrevivir y otras cincuenta en morir por lo que sea que habitaba acá abajo.

Avancé lentamente por los pasillos, delante de mi había una puerta, de madera y era blanca, ¿Era la salida? No dude en entrar, pero si me arrepentí al hacerlo. Era una morgue, el olor a putrefacción estaba en todos lados, era tanto que, mi respiración se cortaba lentamente de tan solo sentir aquel aire contaminado, pero lo peor es que no se podía ver de dónde venía... En un rincón de la habitación, habia alto negro... ¿Era moho? Parecía que de esto provenía aquel putrido olor, miré que encima de la mesa de metal, una pistola de 9 mm estaba ahi... Espera, ¿Esa es mi pistola? Si, así era, la tomé y revisé si tenía alguna bala... Estaba totalmente llena, pues bueno, al menos tenía mi pistola finalmente.

Más allá de encontrarme con mi arma, nada más que moho y un olor horrible, la habitación estaba vacía, ¿Que debía de hacer? Tal vez la salida este tapada de esa mierda de moho, nadie lo sabe pero tenía que investigar completamente este lugar, tras cerrar la puerta detrás de mi, seguí el pasillo de mi izquierda.

Más de ese moho estaba en el rincón, traté de evitarlo pero mis pies se llenaron de aquella cosa negra y maloliente, pero al menos no era un Lycan... Supongo. Me moví lentamente, como si un monstruo estuviera acechandome y yo trataba de esconderme... El silencio de este lugar era lo jodidamente aterrador, mi respiración y pasos eran lo único que zumbaba por mis nitidos oidos, pero no podía quedarme así, no hay tiempo que perder.

Corrí, no sabía a dónde pero corrí, aunque mi trote no fuera mucho, una puerta blanca de madera estaba en frente de mi, tras girar la perilla y... Mirar atrás, tiré de la puerta y salí del sótano.

Aquel olor a muerto y putrefacción dejó de aparecer en mi nariz, las escaleras que rechinaban mientras las pisaba eran un alivio, ya que podía asegurarme de que sordo no estaba, la luz que estaba en el techo me dió en la cara, dándome tranquilidad.

Ahora volví al primer piso, miré a la puerta blanca que estaba en mi derecha, que no dudé en entrar y si... Finalmente, tranquilidad.

La habitación, con olor a flores marchitas y con decoración que parecía ser muy antigua, daba una tranquilidad que pocas cosas me estaban dando en estos momentos, ah... Me senté en el suelo, apegado a la pared de madera que como estaba fría, me dió cierta calma a mi dolor de espalda. Al lado mío, habia una caja... La curiosidad entró en mi, la abrí y me encontré con algo sumamente importante. ¿Mi teléfono celular? ¿Y mi navaja? Esto era sumamente oportuno, posiblemente una trampa, pero no me quejo, tenia mis cosas de vuelta, algo era algo.

Me levanté del suelo, ya con mis cosas nuevamente y por mera curiosidad, abrí un cajón que había ahí, para encontrarme con un papel... Era una nota, no se a quien iba dirigida, pero parecía ser de ayuda.