plan a futuro. 2-2

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Había llegado la noche en la casa Winters, yo, siendo un invitado y amigo del dueño de la casa Winters, estaba preparando la barbacoa, o al menos eso me mandaron a hacer.

-¿Cómo vas con esa barbacoa Andreas? Huele muy bien.- decía Ethan, que me hablaba desde la ventana del exterior mientras el asaba la carne.

-no le falta mucho, en unos minutos ya la llevaré afuera.-

-perfecto, Chris está por llegar, viene con su hermana y ese tal Leon.-

-ah... Siento un aura rara con ese Leon, ¿No te parece?-

-no sabría que decirte, estaba más pendiente de saber cómo estaba mía en esos momentos, pero hablemos más tarde, no quiero que la carne se ponga dura.- dijo Ethan, cerrando la ventana.

-si, mejor ve a hacer la carne... Ah, ¿Alcina?- pregunté, ella estaba en la sala de estar.

-¿Pasa algo?- me preguntó desde el marco de la puerta que te llevaba hacia la sala de estar.

-¿Estás ocupada? No quiero estar solo, osea, quisiera hablar de algo.-

-uhm, por su puesto que no lo estoy, ¿Pasa algo?-

-estoy preocupado, ¿Y si no logro revivir a Donna y a Heisenberg?- demostré mi preocupación haciendo que se caiga un cuchillo de mis manos por lo temblorosas que estaban.

-no lo vas a lograr si sigues preocupándote de eso, debes de tener confianza en ti mismo para poder traerlos a la vida nuevamente.-

-si... Tienes razón, oh, la puerta principal, ¿Puedes ir a ver quién es?-

-claro, ya voy.- Alcina dejó la cocina para abrir la puerta.

No pude escuchar quién era, porque salí al patio para entregarle la barbacoa a Ethan, que estaba afuera con su esposa y Jill en una mesa y el asador, se me hacía raro ver todo aquello, parecía escena de una película americana.

Tras entregarle la barbacoa y volver a entrar, choqué con alguien, al momento de mi caída fui agarrado de mis manos por alguien, que al momento de volver a tener vista, ví a un hombre rubio con un pelo muy perfecto como para ser real.

-¿Estás bien?- me preguntó.

-si, lo estoy... Gracias, Leon.-

-no tienes que agradecerme, lo importante es que no caiste.-

-si, no te falta razón.-

Detrás de el estaban Chris y su hermana, me quité del camino para dejarlos pasar hacia el patio, Chris se detuvo y dejó pasar a su hermana que igualmente me saludó, al parecer quería hablar conmigo y Ethan, que le hizo una señal para que viniera.

-Leon, ¿puedes ver que la carne no se ponga dura? Chris quiere hablar conmigo.-

-lo que digas Jefe.- Leon se puso a la parrilla mientras sonría, cosa que no parecía ser muy común de el, aunque lo conozca hace un día.

Chris nos llevó al segundo piso, más exactamente a la habitación de Ethan y Mía.

-la jeringa desapareció luego de haberme inyectado su líquido.- reveló Chris, que que quitó su gran chaqueta para mostrarnos.

Aún se podía ver el punto dónde la aguja entró, pero toda esa zona parecía ser mucho más joven que el resto del cuerpo de Chris, era raro, ¿Acaso la inyección te haría más joven?

-tambien, la única forma de poder entrar en la mansión Spencer es por el subsuelo, por algún motivo, la zona que rodea la mansión tiene un aire demasiado tóxico que ni los filtros de las máscaras de gas más potentes pueden soportar.-

Memorias muertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora