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A las tres de la madrugada Mitsuki Bakugou como cualquier otra persona bajo las escaleras de su casa para ir al baño o a la cocina a tomar un poco de agua, y también para darle un pequeño vistazo a su querido hijo malcriado.

En ese momento, la vida de Mitsuki cambio completamente.

La ceniza luego de ir a la cocina y al baño, subió las escaleras con la intención de volver a su habitación a dormir tranquilamente con su esposo, pero, por unos segundos, sintió la necesidad de ir a la recámara de su hijo Katsuki. Fue como un instinto o tal vez una corazonada, ella ni siquiera sabe estaba muy dormida como para saberlo pero igualmente fue, haciendo el menor ruido posible.

Cuando estuvo frente a la puerta alzo su mano para tomar la perilla, y luego, sucedió. Escuchó algo proveniente del otro lado de la puerta, la ceniza frunció el ceño extrañada, podría estar medio dormida y que solo tiene que tocar su cama para caer en el quinto sueño otra vez.

Pero sus oídos no, sus oídos escucharon muy bien.

Alejó su palma que estaba a un centímetro de la perilla de la puerta y en vez de abrirla de golpe y encontrar a su hijo, no sé, ¿Jugando videojuegos?¿Viendo porno?¿Masturbándose? Pero luego cayó en cuenta, de que Katsuki no era ese tipo de chicos, él siempre está roncando a las ocho de la noche y no despierto a las tres de la mañana haciendo esas porquerías ¿O si? Estaba apunto de abrir la puerta para igualmente regañarlo como cualquier madre y como ella lo hubiera hecho en segundos si sus oídos no hubieran escuchando lo que al parecer salió de la boca de su hijo.

No desconfiaba de sus instintos, ni mucho menos de SUS OÍDOS, estaba segura y su mente trataba de negarlo poniendo la excusa de que está recién levantada. Katsuki dijo o, se supone que dijo "Yo también te quiero" y luego soltó unas risitas pequeñas o más bien avergonzadas.

Mitsuki se paralizó por completo, y en vez de azotar la puerta. Pegó lentamente su oreja a la madera para poder escuchar mejor, pero al parecer su hijo le estaba deseando buenas noches a alguien de manera gentil.

El mundo de Mitsuki se detuvo completamente.

Su hijo... ¿Deseándole buenas noches a alguien por teléfono?¿Su hijo?¿Su malcriado mocoso Katsuki Bakugou?¿Su hijo diciéndole a alguien que lo quiere sin protestar?¿¡Su hijo hablando de forma dulce y cariñosa!?¡¿SU KATSUKI!?

La ceniza estaba comenzando a pensar que no solo estaba dormida sino que estaba soñando. Es que lo que estaba escuchando era IMPOSIBLE. Totalmente imposible, y en ningún multiverso podría ser posible también.

Despegó su oído de la puerta cuando escucho como su hijo colocaban su celular en su mesita de noche y la cama rechinando cuando se estaba acomodando. En ese momento, agarró la perilla luego la giro acto seguido abrió con lentitud la puerta, obviamente está sonó un poco cuando ella la empujó.

Asomó un poco su cabeza dejando que nada más entrara la mitad de su cara a la habitación de su hijo, Katsuki estaba acostado de lado izquierdo con su mano metida debajo de la almohada, la ojirubí lo examinó de pie a cabeza con sus ojos.

No había nada extraño, todo parecía totalmente normal. Ella entrecerró los ojos sabiendo que su hijo estaba fingiendo hacerse el muerto, bueno, el dormido profundamente. No era tonta. Incluso le llegó la tentación de tomar su teléfono y revisar su historial de llamadas para ver cuánto tiempo más iba durar fingiendo.

Pero no lo hizo, ella usualmente no es así, lo haría, obvio que lo haría, además respeta la privacidad de su hijo. Igualmente, estaba apunto de entrar cuando su esposo le tocó el hombro, Mitsuki enseguida giro hacia el castaño que parecía un niño frotándose los ojos mientras bostezaba.

La mujer sonrió cálidamente al ver esa imagen de su esposo, Masaru se había levantado al no sentir la presencia de su esposa a su lado.
-Masaru, cariño. ¿Ocurrió algo? -Susurró Mitsuki al hombre castaño.

-No, es solo que no sentí a mi lado ¿Paso algo con Katsuki? -Preguntó casi dormido y con los ojos entrecerrados por el sueño, no traía sus gafas. Así que sus ojos se veían más pequeños, pero aún así, Mitsuki se sonrojo por lo adorable que se veía su lindo esposo.

-No, nada. Es solo que escuche algo y vine a verlo, pero está bien. Está dormido -Dijo cerrando la puerta del cuarto.

Y apenas Katsuki sintió que se cerró la puerta dejó que su alma se fuera de su cuerpo, casi le da un infarto al oír que su madre abrió la puerta.
-Maldita vieja...
Él sabía que sino fuera por su padre que llegó a salvarle el pellejo sin saberlo, su madre habría entrando y como mínimo revisado su celular, se mataría si eso pasaba. Ahora lo que se preguntaba ¿Cuánto tiempo había estado detrás de la puerta sin que él supiera?

No volvió a dormir.

Del otro lado de la puerta, Mitsuki tomó cariñosamente la mejilla de su esposo y la beso, Masaru sonrió por el acto cariñoso -Vámonos a dormir, querido -Indicó ella, su esposo asintió y se dió la vuelta para volver a su cuarto con la ceniza al lado quien miro por última vez él cuarto de su hijo.

"Espero que le agradezcas a tu padre mañana, mocoso".

•••

¡Vieja bruja! - [Dekubaku][FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora