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No lo sabía, quería convencerse de lo que vio era solo su imaginación y en realidad no vio nada de eso o estaba demasiado emocionada que estaba comenzando a ver cosas que no son.

—¿Mitsuki, está bien? —Preguntó Izuku preocupado al no ver respuesta ni  movimiento de la ceniza —¿Tía Mitsuki? —Dijo está vez Izuku tomándola del hombro que la sacó de su trance.

—¿Eh? —Dijo mirando al joven y luego al lugar donde estaba ambos, luego a Izuku otra vez.

—¿Está bien? —Pregunto otra vez con preocupación.

—Si, si, si. No te preocupes, ven pon las servilletas aquí —Indico Mitsuki fingiendo una sonrisa, cuando Izuku fue a la mesa acomodar las servilletas, ella se quedo pensativa y se convencía a si misma que lo que vio solo fue una alucinación, nada mas, no fue real. Se convenció así misma que fue de esa manera y que no es lo que sus ojos vieron. Pateo esos pensamientos otra vez, se dijo así misma que solo son amigos que se jugando de forma bromista y que a ninguno le incomoda, del cual se jugaban de esa manera tan intima por que son muy, muy buenos amigos. Se convenció Mitsuki.

La cena estuvo servida y transcurrió muy tranquila, con su nuevo invitado, charlaron de su vida, de como conoció a Katsuki, etc. 

Izuku ayudo a Mitsuki a lavar los platos, ella quiso que se quedara mas tiempo pero el peliverde dijo que tenia que volver a casa por su madre, Mitsuki lo entendió y lo acompaño a la puerta con Katsuki quien estaba bajando su mochila, el peliverde se acerco al cenizo cuando iba llegando al final de las escaleras. La ceniza no supo que le dijo su hijo al pecoso susurrado en la oreja que puso tieso de la nada al pecoso, ella solo se quedo intrigada y madre e hijo se despidieron del Izuku al final. Para el pobre cenizo su madre y padre no paraban de hablar de lo educado y amigable que era Izuku, algo que lo hizo sentir orgulloso que no pudo evitar una sonrisa que no paso desapercibida para su madre.

—Me voy a dormir —Anuncio Katsuki sus padres que estaban en la sala, Masaru le deseo buenas noches y su madre en cambio le pidió que bajara su ropa sucia que logro lavarse. El cenizo rodo sus ojos pero obedeció sin reprochar, algo que fue un susto para Mitsuki, que ella no puedo evitar seguir a su hijo hasta espiarlo en su habitación.

El cenizo buscaba en su habitación algunas ropas sucias suyas y la echaba en una canasta para llevarla al cuarto de lavado, donde se supone que estaba ella esperando, Mitsuki rápidamente se dirigió a esta a encender la lavadora. Al rato llego Katsuki distraído, ella estaba de espaldas atenta, de la nada su hijo soltó un suspiro y estrello la canasta contra la espalda de la ceniza.

—¡Oye, mocoso!¡¿Acaso no miras por donde vas!?

—Aish, solo fue un accidente, vieja —Dijo Katsuki irritado pero sin gritar, dejo la canasta en el suelo y salió del cuarto. Mitsuki quedo helada, su hijo no le grito, no reprocho y tampoco le echo la culpa. Al contrario, admitió que era un accidente.

—¿Qué eres y que hiciste con mi hijo? —Dijo Mitsuki para si misma —Por Dios es un milagro —Esta vez miro al techo, se le dio por salir del cuarto y detener a Katsuki a mitad del pasillo. Para tocar su frente, ver bien sus ojos, o su cabello o ver si no tenia alguna enfermedad.

Katsuki estaba confundido de que su madre apareciera de la nada y comenzara a tocarlo en todas partes de su cara —¿¡PERO QUE HACES, VIEJA LOCA!? —Grito sorprendió y extrañado, hasta que ella quería ver su hombro, en ese momento Katsuki se alerto y se quito las manos de su madre de encima antes de que ella jalara la camisa y notara una extraña mordida con sangre coagulada. Si llegara a verla se pondría paranoica y para Katsuki era lo menos que quería.

—¿Estas enfermo? —Dijo Mitsuki, Katsuki alzo una ceja anonadado.

—¿¡Que, no!?¿¡Por que preguntas cosas como esa de la nada...!? Y... —Su madre empezó a tocarlo otra vez intrigada y murmurando —¡DEJA DE TOCARME! —Volvió a gritar Katsuki extrañado y un poco asustado.

—¿Qué son esos gritos? —Masaru había llegado a la escena por que escuchaba mucho bullicio mas que todo de su alterado hijo quien dijo que su madre se volvió loca, el castaño suspiro y miro a su esposa quien afirmo que su hijo tenia algo o estaba enfermo por que actuaba extraño. Y no como normalmente lo hace o como el Katsuki que ella crio y conocía.

—Cariño, ya hablamos de eso esta mañana —Dijo Masaru a su esposa que suspiro dejando en paz a su hijo, quien enseguida se fue corriendo a su cuarto encerrándose de un portazo —¿No estarás muy cansada? Que tal si nos vamos a dormir, yo también estoy muy cansado. Ven, vamos a descansar corazón —Mitsuki le dio la razón a su esposo, tal vez estaba muy cansada. 

—Si, cariño. Tal vez tengas razón, ya me duele la cabeza —Comento sonriendo a su esposo quien le devolvió la sonrisa pero la ceniza desvió su mirada al cuarto de lavado, vio la ropa y volvió a suspirar, Masaru lo noto.

—Deja eso, mañana es otro día con mas tiempo. Deberías tomarte un descanso —Dijo tomando de los hombros a su querida esposa —Por que mañana no vas a visitar a tu vieja amiga y te relajas.

—¿Y tu? —Pregunto preocupada la ceniza.

—Unos compañeros de trabajo me invitaron a almorzar mañana, aceptare la invitación y tu te quedas a cenar con tu amiga ¿Qué te parece? —Propuso Masaru, eso puso mas que feliz a su esposa.

—Gracias, cariño. Te amo —Dijo ella abrazándolo con mucho cariño.

—Yo también te amo —Respondió Masaru correspondiendo el abrazo de la ceniza de igual manera protegiéndola entre sus brazos.

Ambos se alistaron para irse a dormir, pero cuando iban subiendo las escaleras luego de dejar todo apagado en la sala y se dispusieron a dormir tranquilamente. Sin que se dieran cuenta que cuando se quedaron profundamente dormidos, y que, un cierto cenizo salió a escondidas de su casa.

•••


¡Vieja bruja! - [Dekubaku][FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora