¡Vieja bruja! - [Dekubaku][FINALIZADA]

3

-Ya llegué -Anunció Katsuki cuando llegó de la escuela a su hogar.

-Bienvenido a casa -Respondió su madre que estaba sentada en el sofá de la sala acomodando algunas prendas que su hijo dejó lavadas el día de ayer, no se levantó a recibirlo puesto que sabia que el adolescente solo iría directo a su cuarto o a la cocina por comida. Solo esperaba que pasara por el pasillo para echarle un ojo y ya. Pero en cambio.

-Perdón por la intromisión, con permiso -Una voz diferente a la de su esposo y su hijo dejó congelada a Mitsuki por un pequeño segundo con una camisa en sus manos apunto de doblar. Era una voz masculina, suave y amistosa, una voz que nunca había escuchado en su hogar que hizo que la mujer ceniza se parara rápidamente del sillón sin doblar la camisa dejándola de lado para asomarse al pasillo.

Donde sus ojos se agrandaron al ver otro joven al lado de su hijo quitándose sus botas rojas para entrar a la casa, era casi de la misma altura de Katsuki, su cabello rizado verdoso parecía una mata, su cara regordeta con pecas en cada lado de sus mejillas, ojos redondos de color esmeralda que por un instante, Mitsuki no vio al joven sino a otra persona que hace tiempo no veía.

-B-buenas tardes, Sra. Bakugou -Dijo el joven peliverde amablemente con un poco de pena e inclinándose, Mitsuki seguía congelada -Soy Izuku Midoriya, un gusto en conocerla.

Una visita, su hijo trajo una visita, invitó a una persona, trajo un invitado, su hijo, su Katsuki. Trajo un invitado sin que nadie se lo pidiera, si, el mismo que ella casi creía que era un solitario e insociable por no traer amigos ni mencionar los mismos. Una visita, traída por su hijo. Su malcriado hijo. Invitó a alguien a venir a su casa, su primer invitado.

Una gran sonrisa se expresó en el rostro de la mujer al quedarse procesando la información que presenciaban sus ojos, una gran emoción y felicidad inundo su pecho que no puedo evitar contenerla.

-¡Oh, que sorpresa!¡Hola, un gusto en conocerte Izuku!-Dijo la mujer emocionada acercándose al peliverde que retrocedió un poco por la cercanía de la mujer -Soy Mitsuki Bakugou, la madre de Katsuki.

-G-gracias por recibirme, Sra. Bakugou -Contestó Izuku con un ligero rubor de vergüenza en sus mejillas.

-No tienes por que llamarme de esa manera tan formal, por favor dime tía Mitsuki -Pidió la ceniza muy alegre y gentil al peliverde, esté solo asintió con una dulce sonrisa que le provocó una inmensa ternura a la ceniza de la emoción que cargaba. Parecía normal por fuera, pero por dentro estaba muy alegre.

Mientras que su hijo, que fue dejado de lado, olvidado, puso los ojos en blanco -¿Podemos pasar, vieja? -Preguntó Katsuki con claro enojo.

-Ah, perdónenme. Claro que si, pasa Izuku por favor. Siéntete como en casa -Invitó la ceniza dando espacio para que su nuevo invitado y el mocoso de su hijo pasarán adentro.

El peliverde entró a la sala donde Mitsuki lo había invitado primero, para mala suerte de Katsuki, claro, él quería invitarlo a pasar arriba no a la sala. Maldijo cuando el pecoso aceptó la invitación de su madre, ya que, no podía contradecir a su madre comenzarían a pelear y lo menos que quería. No quería que Izuku se sintiera incómodo.

-Dame tu mochila -Pidió Katsuki al invitado, Izuku. Mitsuki frunció el ceño extraña y asombrada, ¿desde cuando su hijo era tan... Amable? -Dame tu mochila, nerd. La llevaré a mi habitación -La ceniza no tenia palabras para lo que sus ojos captaron, el peliverde agradeció y le dio su mochila amarilla al cenizo que desapareció de la sala a su habitación a dejar las mochilas. Mitsuki se quedó perpleja, pero la presencia de Izuku mirando a todas partes inquieto la sacó de su trance en un parpadeo.

-Siéntate acá, Izuku -Comentó la mujer ceniza, guiando al joven que se sentará en el sofá -Perdón por el desorden, déjame deshacerme de esto -Dijo Mitsuki al pecoso que divagaba su mirada por todas las partes de la casa.

-No se preocupe -Respondió luego de dar un mini brinco es su puesto. Estaba nervioso, además, estaba chismoseando la casa con la mirada por eso se asustó de que lo atraparan con las manos en la masa.

Cuando Katsuki iba bajando se encontró de frente a su madre con las prendas de ropa dobladas en sus manos extendidas hacia él, el cenizo las miró y por último a su madre. No es enserio verdad.

-Katsuki hazme el favor y acomoda estas prendas en su sitio mientras yo atiendo a nuestro invitado -Pidió la ceniza sonriente mirando a su hijo.

-No hablas enserio, vieja.

-Hablo enserio, Katsuki -Respondió entre dientes de manera amenazante su madre, el cenizo rodó los ojos y tomó de mala gana la montaña de ropa para devolverse arriba.

Mitsuki satisfecha se volvió hacia la sala para poner unas galletas en la mesita enfrente del sofá y sentarse delante de Izuku esperando a su hijo -Puedes tomar una, Izuku.

-Gracias, tía -Contestó el peliverde un poco tímido agarrando una galleta.

-Izuku--... Perdona, no recuerdo tu nombre completo. Estaba muy emocionada de que mi hijo trajera una visita que no escuche muy bien tu nombre -Comentó apenada la ceniza al pecoso que solo negó con la cabeza.

-No se preocupe, mi nombre completo es Izuku Midoriya -Respondió.

El rostro de Mitsuki cambio de uno amigable a uno asombrado, ese nombre, hace tiempo que no lo escuchaba -Midoriya... -No quería pensar que era la misma persona que estaba pensando -Hace tiempo que no escuchaba ese nombre...

-¿Hace tiempo?

-Tenia una buena amiga que estudiaba conmigo en secundaria y preparatoria, se llamaba Midoriya -Explicó la ceniza mirando con nostálgica a la nada recordando su adolescencia -Cuando vi tus ojos me recordaste a ella, tú rostro es casi idéntico al de ella -Dijo esta vez mirando la cara asombrada el pecoso.

-¿Cuál era su nombre de pila? -Preguntó con curiosidad Izuku.

-Inko Midoriya -Izuku abrió sus ojos de par en par al escuchar aquello, mientras que la ceniza se quedó paseando en sus recuerdos, el nombre de su amiga de bachiller con la que pasaba mucho tiempo y compartía todo, hasta sus gustos, vida personal e intima, su amiga del alma. Su mejor amiga.

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