Capitulo 6

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-¿Y cuánto tiempo será, entonces?- dijo Bautista, ya notablemente molesto.
 
-Poco más de un año, tal vez un año y medio- respondió Luisana, mirando el suelo.
 
-Eso no es lo que habíamos hablado.
 
Camila se sintió muy incómoda ante la situación, al igual que cada vez que le tocaba presenciar una pelea entre ellos. Así que decidió que lo mejor era irse de ahí hasta que se calmaran.
 
-Voy a buscar algo de tomar, la sorpresa me dejó muy sedienta- dijo la pelirroja, tratando de bromear ante la tensión del momento, luego se perdió dentro del departamento.
 
-Bautista, esto es muy importante para mi. No puedo desperdiciar esta oportunidad- dijo Luisana, esperando que él pudiera entender.
 
-No te he pedido en ningún momento que la desperdicies, solo que me hubiese gustado que me contaras todo y tomáramos una decisión en pareja al respecto. Pero veo que tú puedes con todo sola.
 
-Bebé, no te lo tomes así. Me enteré esta mañana y... no sé... podrías ir conmigo a París, ahí también hay empresas y negocios que podrías dirigir- dijo rodeando el cuello de su novio con sus brazos.
 
-No Luisana, así no- la apartó- ¿Sabes qué?, mejor hablemos de esto después, ahora estoy muy enojado- entró al departamento sin esperar una respuesta de su novia, quien lo siguió detrás. Vio a Camila en la cocina y se acercó a ella- Te llevo a tu departamento- le dijo, mientras buscaba las llaves de su auto en sus bolsillos.
 
Camila vio a Bautista y luego a Luisana, se notaba que la conversación había terminado en pelea y que él quería salir de ahí para ordenar su mente.

Odiaba cuando esto pasaba, pues no sabía por quién tomar partido.

Por un lado, él estaba iracundo y por otro, Luisana estaba mortificada. Los dos la necesitaban.
 
-Pero...- comenzó a decir, sin oportunidad de terminar, pues su mejor amigo la interrumpió.
 
-Bueno, quédate si quieres. Yo voy a salir- dijo antes de cruzar la puerta.
 
-Anda con él, Cami- le dijo Luisana- a su amiga, cuando Bautista se marchó- Está muy enojado y me da miedo que le pase algo. Trata de calmarlo, por favor.
 
Camila asintió con la cabeza antes de abrazar con fuerza a su mejor amiga. Tomó su cartera y salió en busca de Bautista, a quien encontró justo antes de que entrara al ascensor.

Le gritó para que esperara por ella y le dijo que finalmente si quería que la llevara a su casa. 

Ambos se subieron al coche y estuvieron un buen rato en silencio, hasta que Bautista comenzó a hablar de Luisana y de lo mal que se sentía porque ella no le había dicho nada.

Afortunadamente vivía cerca y el viaje era corto, pensó Camila, pues ya estaba harta. Llevaba 9 años reprimiendo sus sentimientos, escuchando y siempre escuchando sin decir ni una palabra de lo que ella sentía.
 
-¡Ya basta!- explotó, luego de darse cuenta de que llevaban 10 minutos aparcados fuera de su departamento, tiempo en el que Bautista no había parado de hablar de su mejor amiga.
 
-¿Disculpa?- preguntó él, desconcertado.
 
-Deja de hablar de Luisana. Durante 9 años ha sido de lo único que me has hablado.
 
-Lo siento- dijo aún más extrañado- No sabía que te molestara tanto.
 
-Pues sí, me molesta y mucho- soltó, antes de abrir la puerta y salir del auto.

No entendía qué extraña fuerza se había apoderado de ella, podía ser el alcohol que había consumido o que la reserva de paciencia se había agotado. Pero de lo que estaba segura es que no daría vuelta atrás.
 
Bautista se quedó en silencio por un instante, sin dar crédito a lo que había ocurrido.

¿Por qué Camila se comportaba así?, comenzó a pensar, probablemente para ella era aburrido escucharlo hablar de Luisana, pero, lo cierto era que su mejor amiga nunca había tenido un compromiso tan serio y largo con alguien, no podía entender lo que él sentía.
 
Salió rápidamente del auto, detrás de Camila. La tomó del brazo y la volteó hacia él, justo antes de que ella entrara al edificio.
 
-Es que tú nunca has sentido lo que yo siento por Lu- la encaró, molesto- Nunca has amado de la forma en la que yo la amo a ella, ni...
 
-¡Ya cállate!- lo interrumpió con brusquedad, mientras sentía como las lágrimas se le acumulaban en los ojos- Tú no tienes idea de nada, no sabes lo que yo he sentido durante todos estos años- ya no iba a callar más, pensó la pelirroja. Respiró profundo para darse la fuerza que necesitaba, bajo la dura mirada que Bautista le daba- Claro que he sentido lo que acabas de decir... lo he sentido por ti, pero tú, has sido tan imbécil, que nunca lo notaste. Nunca notaste que yo...- dijo tocando su pecho con el dedo índice- Estuve siempre a tu lado, amándote como una estúpida.
 
Bautista guardó silencio por unos minutos, que para Camila se sintieron como toda una vida, mientras procesaba la confesión que acababa de escuchar.
 
-¿Tú?... enamorada de... ¿mi?- logró articular, muy sorprendido todavía.
 
-Si- afirmó mientras lloraba- Yo, enamorada de ti. Nueve años de mi vida desperdiciados, amándote a cada maldito minuto que pasaba. 
 
-¿Por qué nunca me lo dijiste?- dijo, tomándola por los brazos, mientras la miraba a los ojos.
 
-¿Para qué?- preguntó Camila, luego de soltar una carcajada amarga- ¿Hubiese cambiado algo mi situación? ¿Hubieses dejado a Luisana, la mujer por la que vives, por mí?- se soltó de su agarre, al tiempo que negaba con la cabeza- No lo creo, Bautista.
 
Con toda la dignidad que le quedaba, Camila dio media vuelta y entró a su edificio, dejando a su mejor amigo con algo más que la duda en la cabeza y el corazón.










Continuará.....
 
 

Entre Ella o YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora