Capitulo 26

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Al abrir se sorprendió de mala forma con lo que vio. La hermosa y alegre rubia que le robaba el sueño todas las noches, aquella que irradiaba luz cada día en la casa de modas y que deslumbraba a todos con su sonrisa, ahora estaba tan abatida y con una tristeza tan grande en su mirada, que el fotógrafo sintió que en cualquier momento ella se rompería en mil pedazos frente a él.
 
Solo atinó a envolverla en sus brazos y Luisana se abrazó a su cintura con fuerza, como si con ello se aferrara a la vida, mientras Felipe la sentía sacudirse por los fuertes sollozos que escapaban de sus labios y las lágrimas no paraban de empapar sus mejillas. Sin decirle, ni preguntarle nada, menos alejándose de ella, la guió hasta dentro de su departamento y se sentó con ella en el amplio sofá de la sala, donde la acunó y la arrulló para que se desahogara tranquila.

Luego de varios minutos, la rubia fue capaz de respirar sin sollozar. Se apartó de Felipe, sentándose a su lado. Él la besó en la frente y se levantó rápidamente a la cocina, para volver con una cálida taza de té y un pañuelo para ella.
 
-¿Me quieres contar lo que pasó?- preguntó suavemente, sentándose a su lado otra vez y acariciandole el cabello.
 
Luisana suspiró, como dándose fuerza con ello y comenzó a relatarle todo lo que había pasado esa tarde, desde que dejó su oficina para ir al taller a encontrarse con Sofía.
 
-No puedo creer que los dos me hayan traicionado así- dijo llorando de nuevo- Camila ha sido mi amiga, mi hermana, toda la vida y Bautista... yo de verdad pensaba que él me amaba, antes de venir aquí.
 
-Lu, ¿de verdad nunca pensaste que algo así podía estar pasando?- preguntó Felipe, cautelosamente.
 
-¡No!- gritó con frustración mientras se levantaba y le daba la espalda- Por supuesto que no, nunca pensé que mi mejor amiga podría ser una hipócrita y mi novio un mal nacido de lo peor- se volteó para verlo a la cara- ¿Acaso tú sí?
 
-Yo... no sé- dijo confundido, pasando una mano por su nuca- No los conozco, pero siempre me pareció muy extraño que la tal Camila nunca te dijera nada de él, que no hiciera nada por ayudarte. Siempre pensé...- guardó silencio ante una alerta en su cabeza de que, tal vez, lo mejor era callar.
 
-¿Qué cosa? ¡Habla, ¡Felipe!
 
-Siempre tuve la idea de que ella te lo estaba negando- dijo finalmente- Era muy sutil, pero de una u otra forma ella lograba convencerte de que no hablaras con Bautista, que no lo llamaras y que él no quería hablar contigo.
 
-¿Tú crees que Camila planeó todo esto?- preguntó, luego de un largo silencio en el que procesó lo que Felipe le decía.
 
-No tengo idea, Lu- se levantó y se acercó a ella para tomarla por los hombros-  Pero estoy seguro de que tienes que resolver todo esto- suspiró- Tienes que volver, de lo contrario, no estarás tranquila aquí.
 
-No puedo volver- dijo con desesperación- Si vuelvo, perderé la pasantía y no voy a dejar que ellos me quiten también eso.
 
-No hace falta que vuelvas para siempre- la tranquilizó- ¿Cuánto necesitas?, ¿4 días?, ¿una semana a lo mucho? Seguro que Antoine te dará el permiso si se lo pides con tiempo. Has sido la mejor pasante que ha tenido esa casa de modas, no querrá perderte.
 
Luisana lo miró a los ojos en silencio y lo abrazó con fuerza, apoyando su cabeza en el pecho de él mientras sentía como Felipe posaba sus labios en su frente y le acariciaba la espalda para darle calor y apoyo. Jamás se había sentido más vulnerable que ahora, pero al mismo tiempo se sentía absolutamente protegida por aquellos brazos que la rodeaban.
 
-Iré solo si vas conmigo- dijo la rubia, alzando el rostro para ver a Felipe a los ojos. Él le sonrió y puso ambas manos en sus mejillas.
 
-Hasta donde quieras, bonita- le prometió, antes de besarla en los labios.
 
 
 

                       **********

Camila estacionó el auto en el parqueadero de su edificio. Tomó su cartera y la bolsa de la lavandería que recién había recogido, para luego salir del vehículo y asegurarlo. Los pies la estaban matando, pensó, mientras caminaba hasta el ascensor. Esos tacones favorecían mucho a su figura y eran el complemento perfecto para su falda tubo, pero lograban que quisiera amputarse los pies cuando los usaba.
 
Se disponía a entrar al ascensor cuando la conocida melodía de su celular la retuvo, pues dentro no tendría señal. Miró el aparato y el rostro se le iluminó casi tanto como la pantalla al ver de quién se trataba.
 
-Hola, bebe- lo saludó sonriente.
 
-Hola, preciosa, ¿cómo estás?- dijo Bautista- al otro lado de la línea.
 
-Agotada, pero ya estoy en casa.
 
-Que temprano, no sé cómo te agotas si casi ni trabajas- se burló, jugando con ella y conteniendo una risotada, pues sabía que ella se molestaría.
 
-Ja, ja. ¿Sabes qué?, no voy a caer en tus intentos por hacerme enojar. Y te voy a colgar, porque estoy entrando al ascensor.
 
-¡Cami!- la llamó, riendo fuerte- No te vayas, mi amor. Te hice una pésima broma, lo admito.
 
-Pésima- concedió, pero sin poder evitar contagiarse con la risa de él- Bueno, ¿tú cómo estás?
 
-Bien. Extrañándote- dijo con voz seductora, logrando que a Camila le diera un vuelco el corazón.

-Yo también te extraño, mi amor. Ven a casa pronto.
 
-Termino un par de cosas y salgo para allá.
 
-Te voy a estar esperando- prometió, sonriendo abiertamente- Te amo.
 
-Y yo a ti, preciosa. Nos vemos pronto.
 
Camila terminó la llamada y presionó el botón del ascensor. Mientras subía, revisó sus mensajes de texto y casi sintió como se arrastraba hasta llegar a la puerta cuando llegó a su piso. Pero la sensación de felicidad que la embargaba luego de hablar con Bautista, hacía que todavía sintiera mariposas en el estómago y su corazón desbocado.
 
En cuanto cruzó el umbral de su departamento y cerró la puerta tras de sí, se sacó los elegantes zapatos y los arrojó a un costado con los mismos pies. Caminó hasta la sala y casi le da un infarto cuando vio quien ahí la esperaba, sentada cómodamente en uno de los sillones mientras tomaba un café, con absoluta naturalidad.
 
-Hola, Camila. Te estaba esperando- dijo  Luisana con completa calma, dejando la taza en la mesita frente a ella- Creo que tenemos un par de cosas de qué hablar.








Continuará....
 
 
 


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Bueno ahora si se le termina la suerte a Camila

¿Qué pasará con Luisana?

Terminaran enemistadas de por vida
Bautista se enterará

Lo sabremos en el próximo capítulo

Besos

Nos estamos leyendo

Entre Ella o YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora