Capítulo 8

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En su extraña e inesperada curiosidad, el demonio decide ignorar al brujo para fijarse en la joven de apariencia peculiar.

—Acércate... —Ordena.

Del otro lado de los ojos del demonio, la sombra comienza a acercarse sin intenciones de atacar.

—¿Es por aquí? —Pregunta Rynna, sin dejar de ver el gijarro en sus manos. —¿Qué pasa?

El guijarro se apagó de repente.

Al darse cuenta de en dónde está, Rynna decide hacer una pausa para descansar y quizás comer algo si esque encuentra.

—¿Habran árboles de fruta por aquí?

Mientras camina en busca de alimento, una extraña sensación de ser observada provoca un escalofrío que recorre su espalda.

—¿Hay alguien ahí? —Pregunta volteando a ver su alrededor —¿Hola?

Un leve movimiento entre los arbustos llama su atención; pero en lugar de alejarse, la joven bruja decide acercarse para ver de qué se trata.

—¡Ah!

Desde no muy lejos, la sombra le enseña al demonio a la joven que cae sentada sobre el césped luego de asustarse. Pero tan pronto la chica deja de gritar, comienza a reír a carcajadas.

—Que susto me diste, pequeño. —Le dice la joven a un conejo que no duda en acercarse a ella.

Al ver a la humana, el demonio que la ve a través de los ojos de la sombra espera por unos minutos que haga lo mismo que los suyos hicieron para darle vida a él.

"¿Por qué no hace mismo que los suyos?", pregunta una de las voces.

"Debemos acabar con ella."

"¡Es una humana y debe morir!"

El creciente rencor hacia los humanos nubla el juicio del demonio por un breve instante. Tiempo suficiente como para darse cuenta de lo que está a punto de ocurrir.

—¡Detente! —Su voz hace temblar la cueva, y su eco espanta a las aves que permanecen en las cercanías.

La sombra obedece a su inesperada orden, quedando frente a frente con la joven de cabello rojo que lo mira con temor mientras el conejo huye abandonándola en el lugar.

Un largo silencio se forma entre la joven y el lobo negro de ojos rojos frente a ella.

—Eres un demonio —Dice al fin, sintiendo su corazón golpeándole el pecho debido al miedo que la situación le provoca. —Yo...

—¿Por qué no lo mataste? —La joven lo mira confundida y sorprendida —El conejo, ¿por qué no mataste al conejo?

—Yo... no era necesario. ¿Por qué habría de matarlo sin propósito?

"Propósito", que extraña palabra para un demonio.

Pro...pósito —Balbucea la voz a través de la sombra.

—No tenía una razón para hacerlo.

"Miente...", dice una de las voces.

"Los humanos mienten y matan por placer".

"Esa humana no será diferente".

"Miente...".

—Mientes... —Comienza a gruñir —Los humanos siempre mienten y matan a su antojo.

—Yo jamás haría eso —Poco a poco, el miedo dejó de apoderarse de la joven bruja.

Mientes...

—No lo hago.

Los humanos mienten.

Al ver que la sombra se acerca de manera hostil, Rynna reacciona para retroceder y marcar distancia con su magia.

No eres humana del todo...

—Por favor —Dice Rynna. —No quiero hacerte daño, ni que tú me hagas daño.

Le pides piedad a un demonio. Qué estupidez.

—¿Cuánto hace que existes? Mi hermana dijo que los demonios podían vivir siglos.

Solo unos días...

De pronto, Rynna siente la calidez proveniente del guijarro, que nuevamente enseña la flecha señalando hacia una dirección que la deja sin palabras.

¿Por qué apunta hacia el lobo?

***

Al caer la tarde, Raksha ve el regreso de Remena a la cabaña; pero de inmediato la detiene.

—¿Dónde está Rynna? Creí que estaría contigo —Remena guarda silencio sin saber qué decir. Sabe que no sirve de nada ocultarle cosas a la bruja mayor.

—Se fue —Decide contestar.

—¿Has perdido la cabeza? ¿Cómo que se fue? ¿Cómo dejaste que se fuera?

—Ya no es una niña, Raksha. ¿Por que te resulta tan dificil aceptar que...?

—Sabes lo peligroso que los humanos pueden llegar a ser, Remena. ¿Olvidas lo que pasó con nuestro antiguo hogar cuando nació Rynna?

—No. Nunca olvidaré esa desgracia, Raksha. Pero no puedes mantenerla encerrada como si fuera un ave enjaulado.

—¿Y cómo esperas que la proteja? Sabes lo especial que es Rynna y el porqué no debe salir de aquí.

—Pero ella no lo sabe. Decidiste ocultarle algo importante y ordenaste que no se lo dijeramos —Ambas hermanas permanecen serias sin dejar de mirarse —Respeté tu decisión porque creí que se dirías.

—¿Y aun así dejaste que se marchara sin saberlo?

—Lo descubrirá por sí misma en su momento.

—Llegado su momento ¿Cuando tenga a un demonio justo en frente y no sepa qué hacer?

—Rynna es más fuerte de lo crees, hermana. Dale una oportunidad.

Sin más que decir, Raksha se acerca a la caldera para buscar a su hermana menor.

—Muéstrame a Rynna —La bruja se muestra sorprendida al ver a la joven a través de agua —¡Rynna!

—Muéstrame a Rynna —La bruja se muestra sorprendida al ver a la joven a través de agua —¡Rynna!

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El bosque de los demonios (4): Érase Una Vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora