Capítulo 21

28 7 1
                                    

El juego es simple y macabro. Rynna solo debe llegar a Stolas, obligándola a hacer que el lobo se quede atrás, y si el demonio aparece, usar eso que la vuelve tan especial para hacer que no la siga. Calmarlo y hacer que la obedezca si quiere que esté a salvo.

—Déjalo en paz, Stolas —murmura, odiando haberlo hecho cuando esperaba sonar fuerte y firme

Mi bella flor roja, esta no eres tú. Tu entrenamiento aun no acaba, aun no puedes controlar tu magia a la perfección, ese demonio podría matarte en un descuido. ¿Qué pasaría con tus hermanas si eso pasara?

—Mis hermanas...

Remena lloraría hasta ahogarse en sus propias lágrimas, Ryuka sería una tormenta y gritaría hasta quedarse sin aliento. Y Raksha, tu querida hermana mayor, quedaría devastada por no haber logrado hacerte entender que el mundo es peligroso, que los demonios son peligrosos, que tú...

—Que no estoy lista aún.

—¿Crees estarlo?

—Lo estoy. Lo sabes. Siempre lo decías —un nudo parece formarse en su garganta —. Y yo lo creí. Pero sé que lo estoy.

Estaremos en problemas los dos.

—Raksha estará muy enojada.

Con algo de suerte... —la criatura se detiene y alza la mirada hacia las ramas —. Se le pasará en poco tiempo. Después de todo, lo que importa es que tú estés bien.

—No creí que fueras capaz de hacer todo esto.

—No es algo que se diga en una conversación casual, mi bella flor roja.

—¿Qué es lo que quieres?

—Sabes que es un demonio peligroso. Solo quiero proteger a los humanos de él. Ya un pueblo fue destrozado y desaparecido por su mano. ¿Quieres que otro perezca por su causa?

—No, pero...

—¿Quieres que otro inocente salga herido?

—No quiero eso, Stolas. Pero...

—Contener al demonio es una buena opción.

—Pero tú no buscas contenerlo. Tú quieres controlarlo a tu antojo.

—Un pequeño precio por ser lo que es.

—Pero no es su culpa.

—Claro que no. Pero es nuestra responsabilidad mantenerlos a raya. De no ser así, ya se habrían comido a medio mundo.

—Pero tiene que haber otro modo además de solo querer controlarlos. Debe haber otra forma de hacer que sean libres.

—No hay demonios libres de pecado, querida Rynna.

—Lo sé.

Un breve silencio se forma antes de que Rynna decide volver a hablar.

—No puedo hacerte cambiar de opinión, ¿verdad? —Stolas responde con una sonrisa triunfante —. Entonces te propongo un juego. Una apuesta.

Stolas arquea una ceja, dejando en evidencia el interés  por lo que la joven bruja le ofrece.

Ella sabe que le gustan los juegos porque siempre gana. De una u otra forma, siempre resulta el vencedor. No por nada es conocido como el brujo del engaño.

—Te escucho, querida Rynna. ¿Qué tienes para proponerme?

—Puedo hacer que el demonio se mantenga a raya sin necesidad de tenerlo bajo un control total.

—¿O sea?

—He podido hablar con el demonio sin la necesidad de recurrir a nada. Sin magia, sin mi don...

—Es gracias a tu don que puedes mantenerlo a raya, querida —la interrumpe —. Aún eres muy joven para entender como funciona todo...

—Claro que no, lo entiendo desde hace un largo tiempo. Tú y Raksha se han encargado de que lo entienda lo mejor posible. Remena y Ryuka hacen lo mismo.

—Exacto.

—¿Por qué es tan importante que lo entienda? Por que me tratan como si fuera...

—¿Tan especial?

El silencio se apodera nuevamente del ambiente.

Rynna sabe que Stolas podría dar vuelta la conversación de un momento a otro. Debe tener cuidado a pesar de no estar en peligro.

Podría perder mucho antes de empezar el juego.

—Cinco años —Rynna lo mira confundida —. Adiestrar a un demonio no es fácil, depende mucho de su tamaño, fuerza y emociones con las que fue creado. Si en cinco años no lograr hacer que ese demonio te obedezca como se debe, yo me haré cargo.

—¿Qué estamos apostando?

—Si tú ganas lo dejaré en paz. Si yo gano, quiero eso para cumplir con mi cometido —Rynna duda un breve instante mientras Stolas mantiene su sonrisa.

—Está bien —estira su mano hacia el brujo —. Cinco años.

—Cinco años, querida. Esto será interesante.

—No fallaré. Daré mi mejor esfuerzo.

—Oh, querida Rynna, sé que lo harás.

—Oh, querida Rynna, sé que lo harás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




El bosque de los demonios (4): Érase Una Vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora