Por largo tiempo, el demonio y la joven bruja mantienen un amena conversación para conocerse el uno al otro.
—Entonces, ¿escuchas muchas voces en tu interior? —el demonio asiente —. ¿Dicen algo ahora?
—Algunas están molestas, otras tranquilas, y otras no entiendo lo que dicen.
—¿Qué pasó allá?
—Yo... no lo sé. ¿Por qué eres diferente?
—¿Diferente?
—¿Por qué contigo no pude hacer lo que hice con esos humanos?
—¿Qué les hiciste?
—Los maté.
—¿Por qué?
—Porque si los humanos no tienen piedad con nada. Los demonios tampoco tenemos porqué tener piedad con nadie. No la merecen.
—¿Estás teniendo piedad conmigo?
—No. Digo, sí... —la confusión se hace más fuerte en su mente.
El enorme demonio vuelve a levantarse. Esta vez, para darle la espalda a la joven y caminar hasta lo más profundo de la cueva.
—¿Sabes? —Rynna comienza a caminar hacia la oscuridad —. Creo que sé cómo te siente.
—¿Qué puedes saber de...?
—Estás frustrado.
—¿Qué?
—Estás frustrado, porque no llevaste a cabo lo que ibas a hacer. Me pasa seguido con Raksha.
—No me molestes si no quieres morir.
Rynna enciende una llama amarilla y anaranjada en la palma de su mano para encontrar al demonio en lo profundo de la cueva.
—¿Te puedo preguntar algo?
—¿Qué quieres? —pregunta el demonio con seriedad.
—¿Qué dicen las almas en tu interior?
—¿Lo preguntas otra vez? —Rynna asiente.
Aquella curiosidad tan inocente, humana y extrañamente molesta, continúan generando confusión en el demonio que ya no sabe qué hacer.
Ya no sabe lo que realmente quiere, y las voces en su interior no son de gran ayuda.
"¡Mátala!".
"¡Es una trampa!"
"¡No la mates!".
"Queremos conocerla más".
"Que esté cerca nos hace sentir...".
—Bien... —musita llamando la atención de la joven.
—¿Bien? ¿Qué cosa?—pregunta.
—Nada —vuelve a levantarse para intentar alejarse de ella.
Claramente odia sentirse confundido. Y aun más cuando es una "simple" humana la que le provoca eso.
***
En su hogar, Raksha no deja de caminar de un lado a otro, molesta con el brujo, preocupada por su hermana menor, frustrada por no poder tener una respuesta rápida que la traiga de vuelta a su lado.
A pocos metros de ella, Remena y Ryuka permanecen sentadas en completo silencio, viendo cómo su hermana mayor se olvida de que ellas también quieren recuperar a Rynna.
Remena deja salir un profundo y cansado suspiro.
—Sabes que lo...
—No —interrumpe Raksha —. No necesitamos a Stolas. De no ser por él, Rynna no estaría...
—Rynna no está muerta, Raksha —asegura Ryuka.
—No puedes estar tan segura. Ese demonio...
—Raksha —Remena se pone de pie —. Basta, hermana. Basta de todo esto.
—Solo quiero traer a nuestra hermanita de vuelta a casa —su voz tiembla, amenazando con romperse si dice una palabra más.
—Lo sé —responde Remena, luchando por no dejar caer sus lágrimas —. Pero confío en Rynna. Confío en que sabe lo que hace y en que tomará las decisiones correctas. Sabes tan bien como yo que es especial y que a pesar de que ese demonio la tenga, no le hará ningún daño.
—Pero...
—¡Solo...! —se interrumpe —. Solo... déjala ser ella.
—Aun podemos buscarla —sugiere Ryuka —. Pero no para traerla a casa, Raksha.
—Busquemos a Rynna para ver qué tanto ha crecido —finaliza Remena —. Veamos qué es lo que ella quiere hacer con su vida. Veámosla feliz.
***
En alguna parte de un bosque, en una cabaña algo deteriorada por las estaciones de varias décadas, el brujo del engaño permanece ocupado con su propio plan.
No está para nada molesto con la bruja mayor. De hecho, esta bastante seguro de que en algún momento, esta lo buscará pidiendo ayuda para encontrar a la más joven de las brujas.
—Pero para tu lástima, querido retoño, ya la habré encontrado, y habré hecho mío lo que tanto quiero —sonríe viendo hacia su caldera —. Mi querida Rynna y ese demonio van a ser míos de una manera u otra.
Luego de unos breves minutos observando la imagen en la oscura agua del instrumento, Stolas recoge unas cuantas pertenecias para luego simplemente desaparecer del lugar y reaparecer sobre una rama mientras sujeta lo que parece una garra negra y con restos de pelaje del mismo color.
—Juguemos unos días, mi flor roja, ¿quieres?
Su risa rompe el silencio de la noche, haciendo huir a los animalillos y aves a su alrededor. Así como también, uno que otro demonio menor.
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El bosque de los demonios (4): Érase Una Vez
FantasyYa conociste la historia del bosque plagado de demonios en el que un día apareció una pequeña que cambió a la criatura más tenebrosa de la humanidad hasta el punto de convertirla en su familia. Pero... ¿Cuál es el principio de aquella historia? Éra...