Capítulo 10

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Luego de un día entero siguiendo a aquella sombra con forma de lobo, la joven bruja termina dejándose caer junto a un árbol, completamente agotada.

—¿Qué te pasa? —Pregunta la sombra —Muévete y no te retrases.

—Estoy agotada, necesito descansar un poco y comer algo.

Yo no siento nada de eso.

—¿Los demonios no se cansan?

***

Del otro lado de los ojos de la sombra, el demonio guarda silencio un breve instante.

—Caminé por días hasta encontrar esta cueva. Supongo que el cansancio no es algo que me afecte. —Su voz hace eco en la cueva.

—¿Estás en una cueva? —Asiente con la cabeza —¿No te sientes solo?

—¿Por que querría compañía?

Todos queremos estar con alguien en algún momento.

—Los humanos tienen una forma de ser muy estúpida.

¿Tú crees?

***

Poco a poco, el ambiente que había en aquella conversación, comienza a ser más "amigable".

Creo que... —Una extraña expresión de dolor se refleja en la sombra.

—¡¿Qué pasa...?! —La joven bruja se acerca sin pensar y sujeta su oscuro pelaje —Puedo tocarte...

***

"Puede tocarme", piensa el demonio.

"Nos tocó".

"Puede tocarnos".

"Es cálida".

—Es... cálida. —Una extraña sensación de paz parece llegar a él.

***

Para sorpresa de la joven, la sombra cierra los ojos para luego sentarse, sin separarse de ella. Aquella calma le dio la suficiente confianza como para desplazar su mano por el lomo del lobo.

—¿Te dolió algo?

Nuevas almas llegaron a mí.

—¿Y duele?

Todos sufren antes de entrar. Luego de eso, solo hay odio por la forma en que murieron y el deseo de venganza.

—Debió ser terrible —Murmura Rynna —¿De verdad los humanos son así de malos?

Los humanos matan por poder, por avaricia y por envidia. Además de...

Un ruido entre los arbustos llama la atención de ambos.

—¿Qué es...?

Ambos ven con sorpresa al lobato que a duras penas se deja ver.

—Está herido —Dice Rynna antes de acercarse.

Fuera de entender las intenciones de la joven, el demonio observa a través de los ojos de la sombra la interesante escena.

Por un lado, espera ver lo mismo de siempre desde su creación. Pero, por otro lado,está casi seguro de que será diferente.

—Tranquilo —Las voz de la joven lo saca de sus pensamientos —Todo estará bien.

Aquella dulzura en su voz le parece extraña, y aquel gesto de bondad, una experiencia completamente nueva.

Quizás estaba equivocado y no todos los humanos eran crueles y despiadados como pensaba.

—¡Se metió por aquí! —la voz de un hombre llama la atención de Rynna.

—Lo están cazando. —Se pone de pie —Tenemos que ayudarlo. Temos que...

—No te muevas —Rynna ve cómo la punta de una flecha sobresale de entre los arbustos —¿Qué hace una joven aquí? —El hombre ve al lobato junto a ella —Eso es mío. Apártate.

—No —Dice con un hilo de voz.

—¿Qué dijiste?

—Dije que no. No dejaré que lo mates.

—Como quieras. —El hombre apunta hacia Rynna con claras intenciones de disparar.

En lugar de usar su magia en contra del humano, Rynna cubre al lobato con su cuerpo.

—Eso de nada te servirá.

Un gruñido cada vez más fuerte comenzó a oírse detrás de Rynna. Un gruñido furioso y lleno de odio que hizo que el hombre bajara su arma y retrocediera.

—No puede ser...

—Inmundo humano... —Gruñe la sombra. —No mires —Dice al notar que Rynna lo miraría.

A pesar de lo suave de su voz, Rynna toma esas palabras como una orden que no debe desobedecer por nada del mundo.

El grito del hombre, la brisa al sentirlo saltar sobre ella, y los gruñidos que opacan el miedo del sujeto, es todo lo que oye mientras permanece con el rostro enterrado en el pelaje del lobo herido.

—¿Ya puedo mirar? —Pregunta en un murmullo.

—Ya puedes abrir los ojos.

Al abrirlos, Rynna se sorprende de no ver ningún cadáver. Es claro que el demonio asesinó al hombre del otro lado de los arbustos para que ella no tuviera que verlo.

Por un breve instante, el silencio envuelve a la joven y a la sombra, hasta que simplemente es ella quien decide romperlo.

—Su herida es profunda. Pero no es mortal. —Dice, restándole importancia a lo ocurrido.

—¿Lo salvarás?

—¿Por qué no lo haría?

El demonio no encuentra respuesta a esa pregunta.

A pesar de lo curiosa que le parece aquella joven. Ese simple y extraño acto ha logrado cautivar al demonio.

 Ese simple y extraño acto ha logrado cautivar al demonio

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El bosque de los demonios (4): Érase Una Vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora