Capítulo 19

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Durante la noche, el brujo se carcajea pensando en lo perfectamente bien que está resultando su plan.

Encontró el escondite del demonio. Aquella cueva visible entre los árboles de un remoto bosque.

Rynna está en la cueva con él. Viva.

Sabe que el demonio no le hará daño alguno gracias a eso especial que ella porta.

En su lugar, el demonio la protegerá de cualquier intento de arrebatársela. No puede acercarse en persona.

—Ahí es donde entra el lobo... —murmura mientras ve a la criatura volver a ponerse de pie sobre el césped —. Aún tenemos varios intentos para jugar. Ahora que mi querida flor roja ya debió haber recibido mi regalo —observa una pequeña botella de cristal llena de sangre —. No lo maté por ella...

Save que al ver lastimado al lobo, Rynna intentará razonar con él para evitar enfrentamientos. Evitar que alguien más sea lastimado.

—Espera a que amanezca —dice mirando a la criatura —. Conociéndola bien, estará despierta cuando el sol haya salido completamente.

Y por último, sabe que la personalidad de la más joven de las brujas la hará caer en su trampa. Está seguro de que nada saldrá mal.

—Rynna es una persona muy ingenua e impulsiva aunque no lo paresca y aunque ella misma lo niegue. Cuando se dé cuenta de que su lobo fue usado para este pequeño e inocente truco, vendrá directamente a mí para intentar hacer algo que no logrará. Nadie puede hacerme cambiar de opinión. Pero quizas podamos hacer unos arreglos. ¿Quién sabe?

***

Al llegar la mañana, ojos amarillo brillantes son lo primero que la joven bruja ve al despertar.

En algún momento se había dejado vencer por el cansancio y solo se durmió con el lobato, Borja, sobre su regazo como cual cachorro.

—Buen día, Borja —una pequeña lamida en la punta de su nariz es lo que recibe como respuesta haciéndola reír —. ¿Cómo te sientes?

No muy lejos de ambos, el demonio permanece con la cabeza apoyada sobre sus garras mientras aparenta dormir.

—Tengo que encontrar a Stolas —dice Rynna luego de un rato. Llamando la atención del demonio y del lobato.

—¿Qué dices? —el demonio se pone de pie.

—Si no hago algo, Stolas seguirá acechándote. Es un brujo muy astuto y... —Borkoff deja salir una rizotada ante la seriedad de la joven bruja.

—Ese brujo no puede hacer nada en mi contra. Soy un demonio, uno enorme y que podría aplastarlo sin el mayor esfuerzo. Esa criatura...

—La criatura de ayer solo es uno de los tantos trucos de Stolas. Me los enseñó cuando era una niña. Su magia es poderosa, casi tanto como la de mis hermanas.

—¿Qué hay de la tuya? Tú también puedes usar eso.

—La mía... —Rynna observa una pequeña llama en la palma de su mano —. A veces la odio y a veces no. Raksha me presiona tanto para que aprenda a controlarla. Remena y Ryuka me apoyan, pero sé que se preocupan mucho porque no creen que pueda. Y Stolas siempre se ha mostrado tan interesado en esto... A veces me pregunto que pasaría si solo me deshago de ella.

Luego de expresarse, Rynna se pone de pie y comienza a caminar hacia la entrada en completo silencio mientras Borkoff y Borja la observan en sus respectivos lugares. Pero es el lobato quien solo se levanta para ir tras ella ignorando el dolor de su cuerpo.

El demonio solo se queda, intentando desifrar lo que siente al oírla hablar de esa manera.

***

La cueva ha vuelto a quedar en completa soledad, ese silencio sofocante y molesto que se forma luego de que la joven bruja abandona el lugar.

"¿Qué es esta sensación?".

"¿Por qué hace frío?".

"¿Qué esperamos para ir con ella?"

"Síguela, no podemos perderla".

"Deja que se vaya".

"No la necesitamos".

Basta con un solo paso hacia adelante para que el demonio comprenda lo que la bruja provoca en él. 

"Somos la calamidad...".

"¡Todos nos temen!".

—Soy... la calamidad...  —murmura con la mirada perdida.

"Nadie nos puede controlar".

—Nadie... me puede controlar... 

"No hay piedad..." 

—...Para nadie... —finaliza.

Confusión. Es lo que todo este tiempo ha evitado, pero es todo lo que ha conseguido desde que encontró a la joven bruja.

El demonio se encuentra en el limbo de un punto sin retorno. Una división que complicaría su existencia y sus propias ambiciones. Su propósito.


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El bosque de los demonios (4): Érase Una Vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora