Capítulo 13

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Durante medio día, el demonio camina relativamente rápido con la joven bruja sobre su lomo y el lobato siguiéndolo a una distancia prudente.

El silencio tan conocido para él, lo hace olvidar que tiene compañía.

—No sueles estar tanto tiempo en silencio —comenta de la nada.

—No tengo nada que decir, solo...

Los gruñidos del lobato llaman la atención de la bruja.

—¿Qué pasa?

—Ya se me hacía extraño el no ver a otro demonio en todo este tiempo.

Entre los árboles, dos pares de ojos rojos parecen mirar a la joven como si se tratara de una presa.

—Sujétate —ordena el demonio antes.

—¿No lo enfrentarás?

—Una pérdida de tiempo. Además, no estamos muy lejos.

Al voltear, Rynna se da cuenta de que el lobato se ha quedado atrás, y que el demonio que los acecha se está moviendo.

—¡Espera! ¡el lobato!

—¡No es importante!

—¡Claro que sí! —sin perder más tiempo, la joven bruja salta para regresar.

Aquel acto hace que el demonio la vea de otra forma.

¿Por que hace solo unas horas parecía una humana ingenua y tonta? ¿Por qué ahora parece alguien valiente y determinada? ¿Qué la hizo cambiar?

***

—Ve con ella —ordena el demonio mayor mientras sigue con su camino

Para mala suerte de muchos, el demonio al fin se encuentra con un pueblo.

"Mátalos".

"Si dejamos que vivan harán lo mismo que con nosotros".

"No hay...".

—No hay piedad para nadie —el demonio mayor comienza a gruñir mientras se desvía de su camino para acabar con todo lo que se encuentre a su paso.

Los gritos de terror no se hacen esperar en cuanto los habitantes del pueblo ven a la inmensa bestia acercarse.

Pero ya es demasiado tarde. Antes de poder reaccionar, el demonio ya está destruyendo todo lo que ve y asesinando a todo ser humano que se atraviese en su camino.

En cuestión de minutos, el silencio es todo lo que envuelve el lugar que ahora no es más que las ruinas de lo que antes fue un pueble habitado de gente inocente.

El demonio siente como las almas de los recién fallecidos van directamente hacia él para ser parte de las que lo conforman.

Almas arrebatadas injustamente es lo que conforma al demonio Borkoff, y el sin número de almas arrebatadas por su garra ahora ensangrentada al igual que su morro chorreante de espesa y oscura sangre de inocentes y no tan inocentes, lo hacen entrar en una especie de trance. Un trance, que afecta todo su ser, incluyendo a aquella milésima parte de él que acompaña a la joven.

¿Estás bien? —la suave voz de la joven parece llegar a él —¿Qué te ocurre?

"Mátala y terminemos con todos...".

"No la necesitamos".

"No lo hagas".

"Podría ayudarnos a ser libres".

"No hay piedad para nadie...".

—¿Borkoff?

—Corre.

¿Qué? —la ve bajar del lomo del demonio y retroceder.

—Corre, o voy a matarte.

***

Aquellas simples palabras alertan a la joven bruja, que en menos de un segundo, su cuerpo reacciona para correr lo mas rápido y lejos posible antes de que la sombra comience a perseguirla.

Una pequeñísima ventaja que de inmediato, hace que Rynna se de cuenta de a lo que probablemente se está enfrentando.

Pero nada puede huir del odio y el rencor hecho demonio.

—¡Rynna!

—¡Rynna!

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El bosque de los demonios (4): Érase Una Vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora