Capítulo 4: El Entrenamiento

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La pelea era demasiado intensa, parecía que estos chicos sí se tenían riña. Los puños volaban por doquier, los gritos de los demás alumnos hacían eco en el pasillo, era una pesadilla.

Austin tomo al peli rojo por el cuello y lo levanto en el aire. Mientras, el peli rojo le lanzó una patada a Austin en el pecho haciéndolo retroceder y soltarlo.

Por las escaleras, comenzaron a bajar hombres con trajes, parecían guardias de seguridad. Estos llevaban unas varas muy largas en las manos mientras corrían hacia dónde estaba la pelea.

Xavi tomó a Austin por una mano y lo lanzo contra la pared muy fuerte. Pero para mi sorpresa, Austin solo se levantó y se le tiro encima a Xavi con más rabia.

Los guardias rodearon a Austin y a Xavi. Con sus varas largas, comenzaron a darle shocks eléctricos a ambos, haciendo que cayeran al suelo inmovilizados.

Tras varios shocks eléctricos, Xavi y Austin parecían inconscientes. Por lo que los guardias, los levantaron del suelo y se los llevaron escaleras arriba.

—Se acabó el show, todos a sus habitaciones ahora —Gritó un hombre, el cual me dio la impresión de ser un maestro.

Inmediatamente, toda la aglomeración de personas comenzó a dispersarse.

—Ven Alejandro, vámonos de aquí.

—¿Qué acaba de suceder? —Pregunte mientras subía las escaleras con Justin.

—Mira, a esta gente no les gustan los pleitos entre nosotros. Es un delito muy serio aquí el pelearse.

—¿Qué pasara ahora con Austin?, ¿Va a estar bien?.

—En realidad no, no estará bien. Austin y Xavi serán castigados por lo que hicieron.

—¿Qué le harán? —Pregunté mientras Justin paraba frente a la puerta de mi dormitorio.

—Mira, mejor ve a la cama y descansa. No esperes a Austin, porque no vendrá hoy. Mejor sigue las reglas y quédate ahí hasta mañana. Las actividades de hoy quedan canceladas.

Justin solo dio media vuelta y siguió su rumbo por el pasillo.

Yo, entré a la habitación y cerré la puerta tras de mí.

Lo que había ocurrido hoy me había parecido de locos. Si este era el primer día, no me quería imaginar el resto del tiempo como sería. Creo que sí comenzaba a comprender porque las personas se referían a este lugar como el infierno.

Decidí irme a dar un baño caliente para despejar mi mente y sacar todo el estrés acumulado que tenía.

Busque unos pantalones cortos y anchos, unos calzoncillos y una camiseta. Tomé mi toalla y me dirigí al baño.

Al entrar, el baño era uno normal y corriente. A la izquierda estaba la regadera con su cortina, a la derecha el retrete y en el centro, al final de la habitación, estaba el lavabo.

Al cerrar la puerta tras de mí, me di cuenta de algo que me horrorizó.

¡La puerta no tenía cerrojo!

¿Por qué hacían una puerta de baño sin cerrojo? ¿Cómo me iba a bañar sin que nadie se diera cuenta que soy mujer?. Esto era una pesadilla, esto no podía estar sucediendo.

Por lo menos, sé que mi compañero no regresará hoy, así que, por hoy estoy bien. Luego, tendré que improvisar alguna manera para cerrar la puerta mientras use el baño.

Comencé a quitarme la ropa, la camisa, los pantalones y los zapatos. La faja me tenía como loca, era molesta, me apretaba mucho los senos y ya quería quitármela de encima.

Colegio Wolfrahan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora