Colegio Wolfrahan ©

Capítulo 38: La Estación

Justin y Dexter siguieron corriendo a toda prisa mientras los guardias rodeaban a Austin y Lian.

Bajé mi cabeza hacia el cuello de Justin, mientras rompía en llanto. La impotencia que sentía al no poder hacer nada por los chicos, me quemaba por dentro.

De pronto, siento como Justin se detiene mientras éste trata de recuperar el aliento. Lentamente éste, me baja su espalda mientras veo a Dexter detenerse junto a nosotros.

Al observa a mi alrededor, puedo ver cómo ya habíamos salido de la frontera del colegio, nos encontrábamos dónde estaban las luces que Austin había mencionado.

Inmediatamente, volteó hacia Justin con lágrimas en los ojos mientras le suplico que regresemos a ayudar a los chicos.

—¡Por favor, tenemos que regresar a ayudarles! No los podemos dejar así. —Tomé a Justin por la camisa mientras le suplicaba.

—¡Tranquilízate, no podemos volver! Nos capturarían a nosotros también. —Me tomó de los hombros mientras me miraba al rostro.

—¡Lo mataron Justin! ¡Lo mataron! Tenemos que hacer algo. —Sollocé.

—Van a estar bien, son tranquilizantes lo que les dispararon. No morirán, solo los echarán a dormir para llevarlos a las celdas de detención. —Me miró a los ojos.

Sentí cómo un peso se me iba de los hombros mientras que recuperaba la fe y el aliento.

El saber que los chicos estarían bien, me devolvía el alma al cuerpo. Ése dolor y esa angustia que me comía por dentro, sentí cómo se desvanecía poco a poco.

—¿Entonces, no les dispararon en realidad? —Suspiré.

—Sí, pero son balas tranquilizantes. No les hacen daño; pero de seguro, ahora que los atraparon, estos pasaran unos cuantos días, sino semanas, en las celdas de detención. —Pasó su mano por su cabello.

—Ellos estarán bien. —Dexter me puso su mano sobre mi hombro mientras me sonreía de medio lado.

Asentí.

Todos, nos volteamos y miramos hacia dónde habíamos llegado. Era el final del bosque, había una carretera muy solitaria con grandes faroles los cuáles alumbraban muchos letreros de "prohibo el paso".

Sentí miedo a la vez que alivio al saber que habíamos podido escapar del colegio. Miedo por lo desconocido y por no saber lo que pasaría de aquí en adelante.

—Hay un motel dónde podemos pasar la noche. Esta a unos cuantos minutos caminando. Mañana temprano saldremos hacia la antigua casa de mis padres. —Dijo Dexter acomodándose los bultos bien en su espalda.

Todos asentimientos en tanto comenzamos a caminar hacia el motel que Dexter había mencionado.

Los chicos permanecían muy callados, todos andaban dentro de sus cabezas, en su propio mundo. No los culpo, el día había sido muy fuerte hoy, además, el saber que probablemente, Lian y Austin estuvieran pasándola mal en las celdas nos jodía mentalmente.

Según las historias que había escuchado en el colegio, las celdas eran el peor lugar que querrías estar.

Tras algunos minutos de caminar carretera abajo, vimos lo que parecía ser un pequeño pueblecito. Había un garaje de gasolina, algunas tiendas las cuáles se encontraban cerradas por ser de madrugada, entre otras cosas.

—Ahí está el motel. —Señaló Dexter con el rostro.

Todos, nos dirigimos hacia el motel el cuál tenía un viejo letrero de neon rojo. En éste ponía, "Abierto las veinticuatro horas".