Capítulo 40: La Sorpresa

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Tras algunos segundos, la enfermera comenzó a leer.

—Bueno, aquí dice, que con un noventa y nueve por ciento de probabilidad, el padre de Katrina es... Dexter Mcfan.

Rápidamente, miré a Justin quién dio un gran suspiro mientras miraba a la enfermera poner el papel dentro del sobre, dejarlo sobre la mesa de noche al lado de mi camilla y salir de la habitación en silencio.

Justin, se veía destrozado mientras que sus ojos comenzaban a ponerse llorosos. Éste, se acercó a Dexter y le extendió su mano.

—¡Felicidades Dexter! Eres él padre de una hermosa niña. Cuídalas, a ambas, con tú vida. —Dexter le dio su mano, dándose así ambos, un apretón de manos.

Dexter, suspiró muy profundo mientras asentía con su cabeza.

—Lo haré, daré mi vida si es necesario. —Suspiró.

Justin, caminó hacia mi camilla mientras yo le miraba atentamente. Tenía el alma partida en dos mientras veía la expresión de desilusión en el rostro de Justin.

—Nos vemos Katrina, espero volver a verte algún día. —Sonrió mientras le tocaba la mano suavemente.

Una lágrima comenzó a bajar por el rostro de Justin.

—Nos vemos luego Emily. —Le Interrumpí.

—¿A dónde vas? —Pregunté muy angustiada.

—No lo sé, necesito algo de tiempo. Necesito pensar y aclarar mis sentimientos, pero no te preocupes, siempre las tendré en mi corazón y en mi mente. —Sonrió. —Además, te tengo aquí conmigo. —Señaló la pulsera que le había regalado para su cumpleaños.

Comencé a llorar mientras Justin se acercaba a mí y me besaba la frente.

—No tienes que irte Justin, puedes pasar un tiempo con nosotros, ¿verdad Dexter? —Le miré buscando aprobación.

—Tranquila, estaré bien. —Sonrió. —Me iré, pero siempre estaré ahí para cuando me necesites. —Dio media vuelta y se marchó de la habitación cerrando la puerta tras él.

Rompí en llanto mientras abrazaba a mi pequeña. Dexter, se acercó lentamente mientras colocaba su mano sobre mi hombro.

—El estará bien. Es fuerte. —Suspiró.

Asentí en tanto pensaba en Justin y en cómo éste se sentiría.

Dexter, se agachó hacia los barrotes de la camilla sonriendo.

—¡Somos papás! —Una gran sonrisa se dibujó en su rostro mientras tocaba suavemente las mejillas de Katrina.

—¡Lo somos! —Sonreí mientras una lágrima bajaba por mi rostro.

—Mi niña, Katrina Mcfan. Serás grande Katrina. Una loba clase X, la única en mil años. —Mi miró a los ojos mientras podía ver la felicidad enmarcada en su rostro. Éste, tenía un brillo en sus ojos el cuál irradiaba felicidad el verle.

Ambos, nos quedamos observando a Katrina mientras yo me daba a la idea, de que ésta niña que tenía en brazos, había sido el producto del amor de Dexter y mío. ¡Nuestra bebé!

En ése momento, la enfermera entra a la habitación.

—¿Ya está la niña lista para ir a su nuevo hogar? —Sonrió trayendo unas sabanas, y un pequeño bolso con algunos artículos de necesidad básica para la bebé.

—Creo que sí. —La enfermera tomó a Katrina mientras Dexter me ayudaba a parar de la cama.

Ya que había sido un parto natural, me encontraba bastante bien cómo para pararme y poder caminar despacio.

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