༄Sanemi Shinazugawa, 24 años, profesor
༄Inosuke Hashibira, 17 años, Estudiante.
Ambos explosivos, mal hablados y actúan sin pensar, ¿Debería alguno ceder ante el otro?
Contenido Yaoi ♡ chicoxchico
Historia con lenguaje ofensivo y eventual +⑱, si te...
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La idea de ser profesor de matemáticas en una institución repleta de "ignorantes", como los llamaba él jamás fue una opción atractiva, siempre la considero su última alternativa y ahora a pesar de huir de aquella propuesta de trabajo por tanto tiempo, sin desearlo tendría que aceptarla.
Tenía 24 años y muchas metas a futuro, pero necesitaba dinero para poder cumplirlas, deseaba cursar la universidad además de obtener algunos doctorados en literatura que eran su verdadera vocación, sinceramente al ser tan minucioso tenia estructurada más de la mitad de su vida, tenía claro que quería ser y a donde llegar, pero no todo era tan sencillo.
No consideraba su vida fácil pero tampoco se quejaba de ella, aunque su manera de ser demostrara todo lo contrario, desde los 16 años tuvo que hacerse cargo de Genya, su hermano 7 años menor, siempre se las ingenió para trabajar y mantenerlos a ambos además de costearse parte de sus estudios, eso hasta que terminó la educación media superior, no fue capaz de verse pagando la universidad a la que aspiraba, mucho menos de abandonar a Genya, por lo que se dedicó a trabajar y ahorrar.
Para fortuna de él los años habían pasado rápido y ahora su hermano al tener edad suficiente podía trabajar y llevar sus propios gastos, gracias a eso se podía dar el lujo de empezar a considerar presentar el examen para la universidad que tanto añoraba.
Pero la vida seguía sin ser fácil.
Había mantenido un empleo estable por varios años, todos sabían que carecía de paciencia, pero daba todo de sí para no explotar en maldiciones contra los clientes cada vez que lo exasperaban, era mesero en un restaurante lujoso, considerado de los mejores al siempre atender a los clientes con respeto y tranquilidad, aun que tras las puertas de la cocina se desahogaba gritando y asesinándolos en sus fantasías.
Su idea era permanecer ahí hasta obtener el pase de admisión que diera apertura a su sueño, después de todo no podía quejarse del sueldo, era atractivo además de las considerables propinas que le dejaban en ocasiones.
Su jornada laboral estaba por terminar, su único deseo era retirarse de ese lugar, quitarse los zapatos y dejarse morir en su cama hasta el día siguiente, eran los mejores planes que pudo haber tenido después de una jornada laboral 8 x 8, se encontraban cortos de personal y no se daban abasto atendiendo las mesas por lo que le daban la "oportunidad" de trabajar tiempo extra aun que parecía más una orden de sus jefes la cual debía acatar.
Podía ser un mal hablado que actuaba con rudeza la mayoría del tiempo, pero no era mala persona, y aun que esperaba que más gente valorara aquello, solo lo hizo perder su trabajo. Se encontraba recogiendo la loza de otra mesa que tenía poco de haber sido desocupada, quedaban pocos clientes en el lugar. Justo unas mesas a un lado había una pareja festejando casi a punto de comprometerse, lo sabía por qué momentos antes el gerente les había indicado que el hombre era un empresario adinerado importante, por lo que debían atenderlos de la mejor manera, claro, si deseaban tener una propina adecuada, no quería ser interrumpido en toda la noche ya que le propondría matrimonio a la mujer con la que iba, una situación bastante común en ese sitio.
