✦Proximidad

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- ¿A tu casa? – Nunca pensó que el albino se pudiera comportar amable con él, mucho menos cuando ni siquiera había algún motivo claro, eso lo mantenía desconcertado e incrédulo, ¿sería tal vez alguna especie de broma?, seguro debía ser eso

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- ¿A tu casa? – Nunca pensó que el albino se pudiera comportar amable con él, mucho menos cuando ni siquiera había algún motivo claro, eso lo mantenía desconcertado e incrédulo, ¿sería tal vez alguna especie de broma?, seguro debía ser eso.

-Si, a menos que te quieras quedar a dormir en la calle – De su boca había salido aquella propuesta antes de si quiera pensarla, aunque al final no le parecía nada malo, solo era una ayuda a su alumno, sería irresponsable de su parte si dejaba al menor a su suerte por una noche aun si no corría peligro.

- Me quiero quedar en la calle, gracias, ahora vete – No tenía motivos para aceptar las cortesías del mayor, así que dio por terminada esa conversación, pensaba irse al parque frente al conjunto de apartamentos donde residía, ahí podría estar con el perrito sin problema hasta temprano cuando pudiera conseguir un cerrajero, comenzó a caminar siendo seguido por el pequeño animal e inesperadamente por Sanemi - ¿Qué demonios quieres?

-Me quedaré contigo, no sería correcto que deje a mi alumno solo en la calle – Lo único que buscaba era fastidiarlo para que accediera, si no lo hacía, ya encontraría alguna manera de conseguirlo, ¿Por qué insistía tanto? Si hasta hace unos días lo odiaba y su presencia lo irritaba, quería que su yo del pasado llegara en ese momento y lo hiciera entrar en razón, porque claramente ya se estaba dejando guiar por otra clase de sentimientos, aunque no se quisiera dar cuenta aun de eso.

-No jodas, ¡solo déjame y ya! – No iba a aceptar ninguna ayuda de él mayor, siempre, hasta ese momento resolvió el mismo sus problemas, y ayuda era algo que odiaba recibir, se giró comenzando a caminar alejándose apenas unos centímetros del mayor, una gota de agua había caído sobre su rostro, sin hacerse esperar otra más cayó.

«Maldita sea»

- ¿Ahora si aceptaras ir conmigo o te quieres mojar? – como esperaba, no obtuvo respuesta - Al menos dame al perro, él no tiene la culpa que tú seas un maldito testarudo.

Inosuke lo pensó unos segundos, claro, ahora tenía sentido y toda la insistencia se debía al perro, en parte saber aquello lo llenaba de alivio, pero también le causaba un sentimiento lleno de pesar, como si esperase que el motivo de su amabilidad repentina fuera por él, agitó de inmediato la cabeza intentando ahuyentar aquellos pensamientos y fijó sus esmeraldas sobre los tonos ciruela del albino.

-Entonces cuida del perro y temprano iré por él, solo te advierto que si le llega a suceder algo te mato – Aquella advertencia causo risa en Sanemi, si, incluso había conservado su sonrisa unos segundos que Inosuke hubiera deseado fueran minutos, incluso horas, tal vez... podría vivir observando aquel extraño gesto de alguien que jamás espero tenerlo.

Como fuera en su cabeza ya estaba grabada.

Por qué aquella sonrisa lucia mejor en él que su habitual ceño fruncido.

-Como si un mocoso como tu pudiera hacerme algo – La voz consiguió sacar a Inosuke de su distracción – Genya no está en casa, no se enterará de que pasaras la noche en la casa si eso te preocupa.

Bestia Vs Bestia (SaneIno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora