༄Sanemi Shinazugawa, 24 años, profesor
༄Inosuke Hashibira, 17 años, Estudiante.
Ambos explosivos, mal hablados y actúan sin pensar, ¿Debería alguno ceder ante el otro?
Contenido Yaoi ♡ chicoxchico
Historia con lenguaje ofensivo y eventual +⑱, si te...
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Eran las malditas ocho de la mañana y ya se encontraba en su salón de clases aun vacío, Sanemi la iba a pagar muy caro.
Cuando le marcó repetidas veces le alertó de que ya era tarde y debía apresurarse, el sueño junto a la confianza que tenía le obligó a creer en él, dando todo de sí mismo para no decepcionarlo y llegar a tiempo para conservar su lugar en la academia y seguirse viendo al menos entre clases.
Pero ahora prefería no encontrarse con él al menos hasta que fuera capaz de olvidar su maldita broma matutina, todo por el propio bien del albino, porque si llegaba a verlo sería capaz de terminarlo...en el peor de los casos.
Se colocó los audífonos y dejo reproducir música que pudiera tranquilizarlo, inevitablemente vio la lista aun vacía que se supone compartiría con Sanemi, aun no estaba seguro con que canciones saturarlo, así que decidió irlas agregando solo si alguna le hacía recordar a él, tonto, bastante tonto, pero era así como se sentía. Por lo mientras agregó la única que sabía ya era del gusto del mayor y se la quedó escuchando al menos hasta la mitad, ya que la melodía fue interrumpida por una llamada entrante, aun continuaba molesto así que colgó.
Pero Sanemi era persistente y volvió a marcar tres veces más hasta que atendió.
— Lo siento Inosuke.
— Tus disculpas no me regresaran mis horas de sueño
— Solo llegaste una hora antes, nunca imaginé que te levantarías sin ver el reloj.
— En serio te odio — Sonrió, no podía evitar sentirse emocionado por escucharle aun si solo era a través del teléfono. Su tono de voz con toque de arrepentimiento le haría imposible odiarlo de verdad.
— Te envié con Genya algo para comer, espero con eso se te pase todo el odio.
— No puedes comprarme con comida.
— Bueno, ya te lo recompensaré después, ¿Cómo estás?
— Hoy descansaré de mi profesor de matemáticas y es una suerte para él porque justo hoy tengo ganas de asesinarlo, además no hice su tarea, obvio que estoy bien — Escuchó a alguien tocando la puerta del salón por lo que fijó su mirada al lugar, encontrándose con el azabache entrando — Genya va llegando, espero, lo que sea que me hayas mandado este delicioso, de eso depende que te perdone o no.
— Te gustará, cálmate y después hablamos... Jabatito.
Ni siquiera tuvo tiempo de responder ya que después de ser nombrado por ese apodo la llamada fue terminada, volviendo a reproducirse en sus audífonos la canción que escuchaba minutos atrás.
— ¿Te encuentras bien? — Preguntó Genya al estar casi frente a él, el rostro de Inosuke había tomado un ligero sonrojo de manera inexplicable, por un momento creyó que estaba enfermo, hasta que lo vio actuar de manera normal, estrellando su celular sobre la mesa.
