༄Sanemi Shinazugawa, 24 años, profesor
༄Inosuke Hashibira, 17 años, Estudiante.
Ambos explosivos, mal hablados y actúan sin pensar, ¿Debería alguno ceder ante el otro?
Contenido Yaoi ♡ chicoxchico
Historia con lenguaje ofensivo y eventual +⑱, si te...
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Debía admitirlo, el viaje con el albino había sido completamente incomodo, a pesar de que no debía ser un trayecto demasiado largo, el transito estaba detenido debido a un pequeño accidente por la zona, llevaban aproximadamente 15 minutos sin poderse mover de ese sitio y tampoco girar para volver e ir por otro lado, hasta ese momento no pudieron entablar una conversación, ¿De qué se supone que debía hablar con su profesor? Encima había olvidado sus audífonos en el casillero cuando pasó a cambiarse los zapatos antes de salir y Sanemi ni siquiera tenía la radio prendida.
No había nada que deshiciera ese silencio tan incómodo.
Era tan aburrido...
Desde un inicio no quiso aceptar que lo llevara, su casa estaba a unos minutos caminando, pero aquella amenaza del albino asegurando que el siguiente día lo haría salir más tarde de las tutorías si no se subía al auto lo fastidio, ¿Quién demonios se creía que era?
Se estiro en el asiento del copiloto que ocupaba y posteriormente soltó un suspiro, hubiera preferido caminar a estar ahí - ¿Qué te parece si me bajo y continuo a pie?, no parece que nos vayamos a mover pronto y estar aquí es bastante aburrido. – Por fin, después de silenciosos minutos habló, solo notando como la mirada del albino se fijaba en la suya.
-No es que se pueda hacer mucho, además voy hacia la misma ruta, te pasaré a dejar quieras o no. – Su voz era firme y en ningún momento dejo de mirar los ojos del contrario, ya lo había notado antes, su rostro tenia rasgos muy finos contrastando totalmente con su manera tan explosiva de ser, quizás era lo que le llamaba la atención de aquel chico.
- ¿Al menos podrías dejar de mirarme?, eres muy extraño. – Fue el quien rompió el contacto visual recargando su cabeza sobre el respaldo mirando por la ventanilla, la gente pasaba y aun que caminaban lento parecían más veloces, le fastidiaba estar sentado sin hacer absolutamente nada.
- El extraño eres tú, todos los profesores dicen que eres un caso. – acomodo su brazo izquierdo en la ventanilla para posteriormente recargar su cabeza entre su palma – Puedes poner música si quieres, aun que toda la música es de Genya.
-No me interesa que digan de mí. – Fue su única respuesta antes de encender el reproductor del auto sin dudarlo, comenzaba a volverse loco con tanta calma a su alrededor – No importa, Genya tiene buenos gustos musicales. – Comenzó a buscar en la pantalla alguna canción que conociera, si bien ambos chicos tenían gustos similares, Genya solía preferir lo pesado y en ese momento no le apetecía algo tan anárquico.
-Solo es ruido. – Aseguró, agradecía el ya estar acostumbrado al power metal como Genya le había explicado en alguna ocasión intentando que diferenciara los géneros, aunque apenas y pudo recordar unos cuantos, de cualquier manera, no dejaban de ser un dolor de cabeza para él, le molestaba, entonces, ¿Por qué dejó que su alumno pusiera aquellas polifonías poco armoniosas?
No estaba seguro.
Tal vez porque lo vio buscar entre sus pertenencias desesperado por algo que no encontró, supuso eran sus audífonos, lo poco que pudo observar de él esos días era que siempre los llevaba con él. Estaba preparado para escuchar el estruendo de inicio de cualquiera de las canciones que fuera a poner, pero se calmó al escuchar un inicio calmado y ciertamente melódico.
