༄Sanemi Shinazugawa, 24 años, profesor
༄Inosuke Hashibira, 17 años, Estudiante.
Ambos explosivos, mal hablados y actúan sin pensar, ¿Debería alguno ceder ante el otro?
Contenido Yaoi ♡ chicoxchico
Historia con lenguaje ofensivo y eventual +⑱, si te...
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— Lo siento mocoso, pero no creo que estés listo para estas cosas, así que no insistas. — Habló tan pronto salió de su trance, intentando bromear al respecto para volver la situación menos tensa mientras mantenía una sonrisa, solo consiguiendo que el rostro del chico bajo él tomara un evidente color rojo.
— ¡¿Qué tonterías dices?!, fue un accidente, ¡Ahora quítate! — Llevó sus dos manos hasta el pecho ajeno en un intento de quitarlo de encima y lo logró, puso demasiada fuerza en aquel empujón sin darle oportunidad de levantarse por su cuenta, causando que en esta ocasión callera al piso y lo sujetara a él por reflejo en un intento por no caer — Maldición Shinazugawa.
— Esto ha sido tu culpa, así que no te quejes — Simplemente espero a que el menor se reincorporara para poder ponerse de pie por su cuenta, cuando su mirada se volvió a fijar en Inosuke inevitablemente soltó una risa de burla — Espero que ese tipo de reacciones solo las tengas conmigo, no soportaría que alguien mas te vea siendo así de tierno — Su mano derecha se encargo de acomodar algunos mechones de cabello que se encontraban ligeramente enredados a causa de la caída. El rostro del menor no podía definirlo mejor que como un dulce poema, con una expresión avergonzada, sus mejillas sonrojadas y sus esmeraldas observando el piso para evitar mirarle.
— ¡N-no soy tierno! — Se reincorporó de inmediato queriendo retarlo, odiaba ese tipo de comentarios hacia su persona aun cuando viniendo de Sanemi le había provocado un agradable cosquilleo en su estómago, retiró la mano de su cabeza intentando ser brusco y la sujetó con fuerza para mostrarse intimidante.
— No voy a discutir contigo por estas tonterías, no te volveré a decir así si es lo que te molesta — Se mantuvo serio hasta que su mano fue liberada y se dio la oportunidad de llevarla nuevamente hasta su cabeza, acariciándole intentando calmarle de esta manera — Ahora el malhumorado eres tú.
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No sabia por que tan de repente volvía a actuar de manera defensiva, le gustaba Sanemi ya no dudaba de eso, pero era como si tuviera miedo de aquel sentimiento, su intención no era hacerlo sentir mal, pero lo notó más distante después de su tonta resistencia por mantenerlo al margen aun cuando no era necesario y no había hecho algo malo.
