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- En cualquier momento parecerás rapunzel. - se quejó un pelinegro peinando el cabello de su hermano mayor por su pedido.
- ¡SIETE AM UN DÍA MAS INICIÓ! - comenzó a cantar luego de empujar a Sasuke. - A LOS QUEHACERES Y A BARRER MUY BIEN. - siguió. Estaba tan sumido en realizar su baile mientras cantaba que ni notó cuando su hermano menor desapareció de su habitación, pero si lo vió cuando entró nuevamente con una sartén en su mano derecha. - ¡¿QUÉ HACES?! - preguntó cuando comenzó a acercarse.
- Te pegare un sartenazo, para hacerle honor a la película, ¿te parece? - sonrió asustando al mayor.
- Baja el arma. - se acercaba lentamente a su hermanito.
- Eres idiota, Itachi. ¿No querías que te planche el pelo? - tiró la sartén sobre la cama del mayor.
- Oh si, en un rato vendrá Izumi. - volvió a sentarse en la silla, dejando a su hermano peinarle para luego planchar su cabellera.
- ¿Es tu novia? - preguntó sin ningún interés.
- Nah, ya intentamos eso. Somos mejores amigos. - sonrió.
Itachi e Izumi eran amigos desde pequeños, ella vivía en Japón y un par de veces al año iba a Estados Unidos para visitarlo. Su relación era cómoda y sincera, por un momento lo confundieron y estuvieron de novios, hasta que comprendieron que su cariño no es nada más que de amistad.
Tiempo después, Sasuke salió de su casa para caminar junto a su gato, dejando a Itachi con su mejor amiga para poder ponerse al día sobre los chismes y demás.
Paso a paso iba con su pequeño Tomatito, su fiel compañero. Hoy había decidido usar un look menos emo, y así terminó con un jean verde oscuro, una playera azul y sus borcegos negros, jamás podría dejar de usarlos, ya que ese calzado contenía algo de plataforma, y Sasuke medía un metro cincuenta y cuatro, si ... no quería que los debas le vieran como enano.
La realidad es que el adolescente no es exactamente un amante de salir a caminar, ver a las personas y admirar la luz del día, para nada, ni un poco. Lo que sucede es que alguien se obsesionó con cierto rubio alto de ojos celeste que se cruzó días anteriores. Quería verlo y charlar con él. Pero por supuesto que no lo haría de forma directa y como cualquier otro ser humano normal, claro que no, él es Sasuke Uchiha e iba a pasear por su barrio para ver si por alguna casualidad de la vida Naruto se atrevía a salir de su casa justo cuando el pelinegro "caminaba" por ahí. Si, eso haría.
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- Y es por eso que creo que Deidara es el pasivo. - dijo Obito finalizando su tesis que había comenzado hace una hora. Naruto lo escuchaba mientras estaba sentado en el sillón frente a él. Sólo le había preguntado si podía salir a comer ramen y comenzó con su discurso analizador de fundashi.
- Si, opino totalmente igual. - respondió guardando un bostezo.
- Y ... ¿me repites la pregunta, cariño? - preguntó bebiendo su té.
- Ahg ... - suspiró. - Te pregunté si podía salir a comer ramen.
- Por supuesto que sí, cuando salgas sólo avisame a mí o a Bakakashi. - el rubio blanqueó sus ojos, ¿sólo avisarle? mierda, se hubiera ahorrado tantas cosas si lo habría hecho desde un principio.
- Claro, nos vemos Obito. - se despidió.
Subió a su habitación para buscar aquella campera naranja con franjas negras, era de sus favoritas. Bajó a la entrada, abrió la puerta y salió de su hogar. Apenas dió cuatro pasos cuando vió a un pelinegro "pasando" por ahí. Lo recordaba, era el emo con cara de psicópata que le había reclamado que su perro le olía el ano a su gato.
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Fideo De Ramen Del Destino |NaruSasu
Romantik¿Hilo rojo del destino? No, en Japón existía algo parecido ... pero no exactamente con un hilo. Los habitantes hacían competencias en parejas para ver quienes eran los afortunados en ser unido por el famoso "Fideo de ramen del destino." Pareja princ...