19. "Organización".

825 115 45
                                    

.

.

.

.

Nada en su cabeza llegaba a explicar exactamente cómo era que se sentía. Los sucesos parecían sacados de una película perfecta de romance. Todo tan cómodo e inexplicable lindo.

Las vacaciones de verano de dos semanas terminaron hace un mes, y Naruto ahora se preparaba para ir al colegio. Mientras terminaba de abotonar su camisa y colocar su corbata, sonreía bobamente.

Parecía un loco, pero estaba feliz. Había pasado sus últimos días libres de fin de semana junto a Sasuke. Sin salir a ningún lugar, solamente en la casa de uno o del otro. Disfrutando de su presencia. Y besos. Muchos besos.

Sasuke le hacía morir de amor con todo. Absolutamente todo de él lo hacía enloquecer, le parecía adorable y digno de admirar. Recordaba la vez que estaban en su comedor apegados en el sillón comiendo cosas dulces por petición de él, y a Sasuke le quedó chocolate en la comisura de sus labios. Aquello le vino como anillo al dedo para comerle la boca sin excusa.

Si sentía en un sueño. Tan perfecto todo. Agradeció infinitamente que su tío haya solucionado los problemas con Sasuke y su familia. ¡Hasta había ido a disculparse con ellos! Nada podría ir mejor para él. Sentía que ya tenía todo a su favor.

Kakashi los llevó al colegio, y esta vez no le importó que estén llegando tarde. Cada vez que lo imaginaba a él, nada podría estar mal.

Su estómago solía tener ciertos apretones cuando sabía que estaba por verlo. Se ponía nervioso y ansioso. Sólo Sasuke provocaba aquello en su persona.

Al cabo de unos diez o quince minutos llegaron al colegio y pronto, Naruto estuvo en su salón. Al entrar, su mirada se fijó rápidamente hacia el último banco a la derecha y ahí estaba él. Parecía esperarlo, viendo sin descanso la puerta y sonriendo cuando vió a Naruto entrar finalmente.

El rubio no desvió su vista en ningún momento, se dirigió firmemente hasta llegar al asiento al lado de su amigo pelinegro. Se sentó y sacó sus útiles de la mochila.

Una vez todo acomodado, giró su cabeza para verlo a los ojos con cariño. Abrió sus labios para saludarlo, pero la profesora los interrumpió.

- Bueno, ahora que estamos todos, comencemos con la clase. - Tsunade no parecía estar de humor ese día, y todos lo notaron por su tono de voz y sus cejas rubias fruncidas. Esas situaciones eran perfectas para los alumnos, que aprovechan para sacar sus preguntas y así, no dar clases.

- Profe, se le vé muy mal, ¿le sucedió algo? - preguntó Kiba, con una preocupación inventada.

- ¿Lo notaron? - los alumnos asintieron. - Es que... bueno, es un problema que tuve con mi marido, no se preocupen. - se sentó sobre el escritorio.

- Ay, pero profeeee... puede confiar en nosotros para contarnos sus problemas. - insistió Sakura.

- Bueno, ya que me lo piden así... - sonrió. - ... Les cuento que ¡Ese maldito es un pervertido de primera! ¡Estúpido escritor ermitaño y perverso! ¡Pediré el divorcio!

- ¿Qué hizo Jiraiya-sama para hacer enojar a tan bella mujer? - cuestionó Gaara, siguiendo la charla.

- Está todo el día con sus libros de porquería. Dios, ¡necesito su atención! - se quejó con los menores.

Naruto alzó sus cejas y negó con la cabeza, ocultando una sonrisa. Sus compañeros de curso eran crueles... aprovecharse de la profesora en ese estado... Pero no se quejaba, él haría lo mismo si no tuviera a Sasuke a su lado y pudiera usar su tiempo en algo mejor; hablar con él. Giró un poco su cuerpo para apoyar el codo sobre el pupitre y su cabeza en la palma de su mano, y así ver a Sasuke.

Fideo De Ramen Del Destino |NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora