8. "Chocolate con maní".

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Enjuagaba sus cabellos con el agua y shampoo, amaba el aroma que este dejaba en su pelo. El agua recorría todo su cuerpo desnudo y moreno, haciéndolo relajar. Una ducha tibia siempre iba a ser buena opción luego de tener fiebre. Obito le dió ese consejo, cual madre experta en ese tipo de situaciones.

Apagó la llave del agua, tomó una toalla blanca y la dejó enrollada en su cintura. Luego secó su cabello y rostro superficialmente con la toalla celeste, poniendo cara de horror al darse cuenta que esa no era suya, sino de su hermano mayor.

Limpió el vidrio del espejo, empañado por el agua caliente, y sonrió al verse mejor. Ya no estaba rojo y ardiente a causa de la maldita fiebre, aunque seguía sintiendo su cuerpo algo cansado y adormecido.

Se dirigió hacia su habitación y buscó en su closet qué ponerse. Hacía algo de frío, por lo que optó por unas medias abrigadas con dibujos de hamburguesas, un pantalón gris oscuro y una playera mangas largas color azul. Aún con eso, siguió teniendo su cuerpo algo frío, lo que hizo que tomase un suéter que no recordaba que era de su pertenencia. Al bajar por el cuello del mismo para ponérselo, un agradable y conocido aroma llegó a sus fosas nasales, ese era el suéter que Sasuke le había prestado, olvidó lavarlo. Aunque agradeció no haberlo hecho cuando acercó la tela a su nariz para volver a oler con lentitud. Manzanas, olía a manzanas.

Se recompuso y tomó su celular que estaba en el escritorio al lado de su cama, desacomodada por cierto, pero acababa de levantarse, luego lo haría.

Bajó las escaleras y fue a la cocina, donde preparó con tranquilidad un té de manzanilla y tomó unas galletas de miel, pertenecientes a Kakashi, que no se entere que se las robó.

En el comedor estaba su hermano, no lucía para nada bien. Tenía ojeras, estaba más pálido de lo normal y su larga cabellera estaba despeinada. Naruto lo vió con horror, pero tomó asiento frente a él en la mesa.

- ¿Qué te pasa? Te ves feo... - comentó sincero dejando sobre la mesa su desayuno. Deidara frunció el ceño y dejó de lado la revista en la que veía el horóscopo.

- Odio que hablen mal de mi signo. ¡Dicen puras mentiras y encima ganan dinero con ello! - se quejó mientras tomaba un sorbo de su mate.

- Ohh, aquí vamos de nuevo. - frotó su frente con una sonrisa, no entendía mucho a cerca del horóscopo. - ¿Qué dijeron de tí?

- Que soy soberbio, orgulloso y muy posesivo. - entrecerró sus ojos mientras hablaba. - Me frustra que digan esas cosas, ¿soberbio yo? ¡Por favor! - Naruto rió mientras apoyaba sus brazos en la mesa.

- Tranquilo, lo dicen en general. Hablan del signo tauro, no de Deidara Uzumaki. - rodó sus ojos y tomó una galleta, mojandola en su té.

- Ahg. - suspiró apoyándose mejor sobre la silla mientras cruzaba sus brazos. - Cómo sea, te quería preguntar algo. - fijó su vista en el menor, quien alzó una ceja.

- ¿Qué? No te acompañaré a ningún lado hoy, es mi día libre para descansar ttebayo. - el mayor negó.

- No es eso, ¿qué pasó con Sasuke ayer? Cuenta el chisme. - no se podía esperar que Deidara no fuera igual de chismoso que Obito, siendo que viven juntos.

- ¿Ah? ¿Ayer? - frunció el ceño y dejó de tomar el té. - Pero si ayer no fui a la escuela. - rascó con su dedo índice su cien.

- ¡Ya sé, tonto! Decía a cuando vino aquí, luego del colegio. - aclaró.

Fideo De Ramen Del Destino |NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora