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Esperaban el día viernes como nunca esperaban nada antes. Habían quedado en verse por la tarde, en la casa de Sasuke, y así pasar un momento agradable. Sería el primer invitado que tenía en su casa de Japón, aunque en Estados Unidos no tenía lo que se podría considerar "amigos", sólo puras personas interesadas en su físico o en el dinero que ganaba su familia.
Sasuke no era ni por cerca la persona más sociable del mundo, en serio, ni por cerca. Por eso Mikoto, su madre, se alegró de sobremanera al enterarse que su hijo menor traería un amigo a su casa. Ni lenta ni perezosa, llamó a su esposo Fugaku para que le ayude a preparar un pastel. El hombre, adulto, varón de la casa, comenzó a dar vueltas con su mujer mientras se sostenían de las manos.
No les había parecido una exageración, para nada. Porque el hecho de saber los pobremas de Sasuke para con la gente, y que se haya amigado con un niño de su edad, que no era su hermano, ni el kioskero, realmente les ponía muy feliz.
Mientras que el nombrado, se encontraba en su habitación. Su cuerpo estaba empapado en gotas de agua y tenía una toalla atada en su cintura, acababa de terminar su ducha. A la vez que buscaba la ropa que iba a vestir en su closet, pensaba en que no era normal estar nervioso. Es decir, "Solamente es mi amigo que vendrá a amigar con su amigo para pasar una amigable tarde de amigos". - pensó sin mucha lógica.
Se reprendió mentalmente por asegurar su amistad con el rubio tantas veces. ¿Dudaba de eso? ¿Por qué? Ni él mismo se entendía.
Una vez ya vestido con un jean azul que apretaba sus piernas y una remera gris mangas largas, se puso sus medias. Tenía bastantes ya que era el típico regalo de cumpleaños ahora que ya estaba "grande". Tomó al azar un par y las ubicó en sus pies sin mirar. Cuando ya se sentía listo se quedó sentado, pensado, esperando.
Así pasaron cerca de quince minutos en los que miraba fijamente su closet, como si fuera lo más interesante del mundo o tal si lo estaría analizando. Pero no, solamente pensaba en diálogos en los que podría llegar a tener con el rubio si se quedan sin tema de conversación, obviamente ya imaginando las respuestas suyas y las de su amigo.
No sabía cuánto tiempo había pasado, sólo que se estaba aburriendo. La puerta de su habitación se movió en signo de que alguien estaba por entrar. Sin poder evitarlo sonrió, imaginando que era su amigo, pero...
- Quita esa cara de tonto, Sasuke. - habló su hermano, quien ponía su presencia en el cuarto del menor luego de cerrar la puerta.
Hizo un puchero del cual no era consiente de haberlo hecho. Miró fijamente el suelo, ¿Y si no venía? Quería verlo, le había confirmado que iría pero ¿Por qué se tardaba?
- ¿Sucede algo? - preguntó el mayor, al darse cuenta de que su hermano no le había peleado, insultado o echado.
- No. ¿Qué quieres? - le miró fijamente.
- Nada, me aburría. ¿Harás algo? Y ése... - olió el aire alrededor de Sasuke. - ... ¿Es mi perfume?
- También me pertenece, te lo regale para tu cumpleaños. - se defendió. - Y... supuestamente vendría Naruto, pero creo que se está tardando.
- Ya... ¿El rubio? ¿El que te gusta? - Sasuke asintió respondiendo a la primera pregunta, pero luego se dió cuenta que había dicho que le gustaba.
- ¡No me gusta! - dijo enojado, levantándose de la cama para ir a ver por la ventana la casa del rubio. No parecía salir nadie de allí.
- ¿Quieres que le vaya a preguntar? Tengo que hablar con su hermano. - vió al menor darse la vuelta con un brillo en sus ojos, respondiendole que sí con la mirada. Lo sabía, conocía a su hermano como la palma de su mano. Siempre fueron así mutuamente, apoyando y ayudando al otro en todo lo que podían. Después de todo, sus caminos estaban enlazados porque son familia. Y ninguno estaba en el más mínimo desacuerdo con ello. De hecho, felices estaban al saber que el otro era su hermano, aunque jamás se lo dirían al contrario. Con acciones era mucho más que suficiente para ambos.
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Fideo De Ramen Del Destino |NaruSasu
Romance¿Hilo rojo del destino? No, en Japón existía algo parecido ... pero no exactamente con un hilo. Los habitantes hacían competencias en parejas para ver quienes eran los afortunados en ser unido por el famoso "Fideo de ramen del destino." Pareja princ...