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Mientras bebía su café veía las noticias en la televisión de la sala. Las mañanas eran tranquilas y preciosas cuando estaba solo. Todo tan calmado, oyendo la televisión y el sonido de los pájaros, viendo como en el cielo apenas salía el sol. Amaba esa paz tan única, nada podría estar mal...
- ¡Good morning! (¡Buenos días!)
... ¿O sí?
Frunció el entrecejo cuando escuchó y notó que su hermano Itachi tomó asiento a su lado en el sillón.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué esa carucha? - preguntó tomando el control remoto para poner dibujitos animados.
- Es la única que tengo. - respondió suspirando, dando un sorbo a su café.
- Deberías de cambiarla o cierto rubio no se fijará en ti por tu cara de estreñido. - se burló mientras comía unas galletas con chispas de chocolate.
- Igual ni quería.
- Que humor, sonríe un poco hermanito. - le vio para que cumpla, sin embargo, Sasuke le sacó la lengua. El mayor rió. - ¿Qué hora es? - preguntó debido a que dejó su celular cargando en su cuarto.
- Las seis cincuenta y tres. - respondió.
- ¿Vamos?
- Espera que iré a buscar mi mochila.
Una vez que ambos estaban alistados para ir al colegio y a la universidad, salieron de su hogar hacia la parada del bus, que los llevaría al destino. Ambas instituciones se encontraban a menos de un kilómetro de distancia, por lo que viajaban en el mismo transporte público.
A pesar de que sus padres tenían auto y los podrían llevar en él, prefirieron ir en bus juntos. Además Fugaku y Mikoto no se levantaban hasta las ocho, para ir al trabajo. El hombre era cajero de un agradable supermercado que estaba a unas tres cuadras de su hogar; mientras que la mujer era una excelente arquitecta, y ese día tenía que supervisar la construcción de un edificio en proceso por la tarde. Ambos ganaban una buena suma de capital con el cual podían mantenerse a ellos, a su casa y a sus dos hijos, además de pagar sus estudios.
Itachi había conseguido un trabajo como niñero de los hijos de una ocupada pareja. A pesar de que no podía llegar a pagar todos los costos de la universidad, invertía con lo que podía en ella ayudándolos a sus padres. Compraba sus prendas de vestir y a veces llevaba algunos alimentos para su familia. Siempre intentaba aportar lo más que podía en su familia y sus necesidades, a pesar de que sus padres podían mantenerlos, nunca estaba de más ayudar.
Mientras iban en el bus, veían a todo tipo de gente; cansada, con caras de preocupación, de enojo y hasta algunos completamentes dormidos. A Itachi le pareció extraño el hecho de que su hermano menor se vea tan tranquilo y relajado en lugar de nervioso, ya que era su primer día de colegio y no conocía a nadie en él, salvo a cierto rubio alto con ojos celestes.
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El primer día de escuela suele ser el más odiado por los alumnos. Es decir, después de tener tres meses de descanso siempre vas a tener más ganas de eso. Al parecer la excepción a ellos, era Naruto, quien ahora se alistaba para ir al colegio. Una vez listo, bajó hacia la cocina para así desayunar, encontrándose con su hermano mayor bebiendo de su taza azul.
- Buenos días hermano. - saludó el rubio menor con una sonrisa en su rostro, apoyando su mano en el hombro del mayor.
- ¿Buenos días? Hoy empiezo la universidad y tú la escuela, en definitiva hoy no será un buen día.
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Fideo De Ramen Del Destino |NaruSasu
Romance¿Hilo rojo del destino? No, en Japón existía algo parecido ... pero no exactamente con un hilo. Los habitantes hacían competencias en parejas para ver quienes eran los afortunados en ser unido por el famoso "Fideo de ramen del destino." Pareja princ...