15. "Soluciones y Problemas".

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Sasuke disfrutaba de la música que oía en sus audífonos, mientras acariciaba a su gato y miraba por la ventana. Era un día nublado, con leve llovizna y un agradable viento fresco. Le gustaba ya que estaban en verano, y que el día esté así le ponía feliz. Luego llegarían los días soleados y con mucho calor.

Movía su pie en sintonía con las notas de la canción. Escuchar música siempre le pareció una solución algo terapéutica para cuando no quería oír a su mente y pensamientos. En ese momento era cuando más lo necesitaba, ya que tenía un lío de sentimientos que no sabía cómo llamar.

Por empezar, su ex novia apareció como si nada, acabando con la poca estabilidad emocional que tenía; llevándolo de nuevo al pasado y haciéndole vivir situaciones totalmente desagradables. Momentos que no quería recordar ni vivir, deseaba que nadie pase por lo mismo que él.

Por otra parte, estaba Naruto. De sólo pensar en él tenía una estúpida sonrisa en su rostro. También sentía sus mejillas arder cada vez que recordaba los besos que se dieron. Avergonzado, tapó su rostro con ambas manos, queriendo callar un grito de emoción.

- Meeoou. - maulló el minino por dejar de ser acariciado por su dueño. Sasuke vió a su gato y lo recostó en su regazo.

- ¿Qué me está pasando? - cuestionó al aire, viendo a Tomatito como si él tuviera la respuesta.

No sabía qué hacer con Naruto, tampoco tenía en claro qué era lo que sentía por él o qué eran. Simplemente recordaba disfrutar sus labios moverse sobre los de él y estar unidos en ese sutil contacto. No olvidaba cuando quiso tocarlo la vez que fue a su hogar a verlo, ese día se había excitado por poder acariciarlo y sentir las caricias de un adormilado Naruto. Eso no era normal, no era una reacción que sentiría con alguien que consideraba un amigo. Por ejemplo, no tenía una erección por Karin, Suigetsu o Juugo, tampoco las tuvo con Mizuka. De sólo imaginarse excitarse por ellos le causaba un escalofrío de desagrado.

Se sentía ansioso por ver a Naruto, desde hace días lo único que quería hacer era verlo y estar con él. Pero estaban en las vacaciones de verano, y le daba vergüenza enviarle un mensaje para proponerle una cita.

¿Una cita romántica? Negó automáticamente con su cabeza, sus mejillas ardían. Se imaginaba a él y a Naruto en un restaurante, en un sector en el que podían ver el río y estaban frente a frente con una mesa de por medio. Nah, muy cliché. Prefirió imaginarse con él en su cama y comiendo dulces... Aunque no le gustaba mucho los dulces... Mejor comiendo papitas. Mucho mejor, una imagen perfecta se formó en su mente.

- Ahg, Tomatitooo. - abrazó a su gato con cariño, haciendo un puchero. - ¿Debería pedirle ayuda a Itachi? - dudó unos momentos, de seguro su hermano mayor le iba peor que a él. Eliminado de la lista de personas que podrían ayudarlo en su situación. - ¿A papá? - su padre no había tenido problema alguno con que pudiera estar relacionado con alguien de su mismo sexo. Sin embargo, no era una persona que solía dar consejos. Eliminado. - A mamá no. - negó de inmediato. Pues, ella no sabía y no quería contárselo aún.

Todo era tan confuso, no sabía qué hacer.

Volvió a ver la ventana sin mucho interés. Pero frunció el ceño al ver a un adolescente de pelo rojo frente a la puerta de la casa de Naruto. Ese era Gaara. No le gustaba que él esté con Naruto.

Vió como la puerta era abierta y un pelinegro le daba la bienvenida. Sasuke vió confundido al hombre, extrañamente le parecía conocido. Pero por más que se esforzó, no llegó a recordar quién era.

Fideo De Ramen Del Destino |NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora