CAPÍTULO 11
AYDA
Aburridos. Así describiría las últimas nueve horas. Empezamos cantando la canción de los elefantes y, cuando íbamos cerca de los mil elefantes en una maldita telaraña dejamos de cantar. Jugamos también a las palabras encadenadas, al veo veo, hicimos mímica y multitud de cosas hasta ahora, que estamos cansados de estar aquí.
Connor salió hace media hora tanto para ir al baño como para llamar de nuevo a Frank, quien solo respondió que estaba ocupado haciendo su trabajo. ¡Ni siquiera sabemos dónde está Dante! Tampoco hemos descubierto cómo acabamos como lo hicimos. Tal vez simplemente nos desnudamos porque sí, por la borrachera.
Me recuesto sobre el regazo de Connor, quien acaricia mi pelo y yo cierro los ojos, cansada.
—¿Crees que vendrá a por nosotros? —inquiere en un susurro.
Me encojo de hombros, suspirando.
—Sí...Sólo intenta darnos una lección, tal y como le gusta.
Escucho la puerta abrirse y cerrarse y abro los ojos, viendo a Alex entrar a la celda con mi policía buenorro. Sonrío, cansada, y él me regala un asentimiento, para después marcharse. Miro a mi amigo y este se sienta, poniendo mis pies en sus piernas.
—He vuelto a llamar a Frank, estaba con Madison, cenando tranquilamente. —suspira y se frota los ojos exhausto.
Extiendo mi mano y él me da la suya, mientras yo lo hago recostarse para que descanse un poco, con su cabeza apoyada en mi pecho. Miro a Connor desde abajo y me encojo de hombros.
—Ya sabemos cómo es Frank. Le encanta ser el que manda, tener la situación bajo control. —beso la coronilla de Alex. —Le encanta darnos lecciones cuando hacemos algo mal.
—Esto más que una lección es un castigo. —se queja Connor. —No puede hacernos esto, somos sus amigos. Nosotros iríamos al instante a por él. —Noto cómo pasa su mirada a su amigo. —¿Te acuerdas cuando lo tuvimos que sacar el año pasado?
—¿Qué si me acuerdo? —ríe—Iba tan borracho cuando llegamos que nos confundió con unos cantantes famosos. —niega levemente con la cabeza. —Frank es estúpido. Si fueses su novia estoy seguro que habría movido cielo, mar y tierra solo porque no habías ido a pasar la noche en casa. —alza sus manos, gesticulando con rabia. —Pero claro, como estaba celebrando con Madison ni se habrá dado cuenta.
Sonrío y acaricio su pelo.
—No es justo que le echemos en cara que disfrute de su relación. Yo no formo parte de ella, por lo que es normal que no me tome en cuenta para muchas cosas, como anoche. —soplo. —¿Por qué lo encerraron cuando no estaba yo? —curioseo y Connor sonríe.
—Fue a tu casa después de que tu madre le informara que te habías marchado. Iba borracho como una cuba e intentamos contenerlo, pero era imposible, era un volcán en erupción.
Alex ríe y me mira, alzando su cabeza.
—Sí, le gritaba a tu madre un montón de cosas, "Sé que nunca me has querido para tu hija, pero déjame verla, solo hemos discutido un poco" —ríe. — Y tu madre estaba ya cansada de repetirle que no podía dejarlo verte porque ni siquiera sabía dónde estabas, solo le habías dicho que estabas bien y que ibas de viaje. —vuelve a recostarse. — Para todos fue un golpe bajo enterarnos de esa manera de aquello. Pero a Frank...Había conseguido mantenerse estable por ti, para ser el mejor novio del mundo, porque te amaba. —suelta el aire, sabiendo que su última palabra me ha dejado descolocada. —Eso hizo que soltara todo lo que tenía retenido. Se fue a una discoteca y peleó con todo el mundo, la policía terminó por llevárselo y nos costó bastante sacarlo después de que dejara hospitalizado a un chaval de dieciocho años.

ESTÁS LEYENDO
V I R A H A
Teen FictionUna relación estable, una enfermedad y un viaje. Así describiría yo lo que fue mi vida. Dejé todo, mi chico, mi casa, absolutamente todo por mí mejor amiga sin dudarlo. Así que, cuando volví con el rabo entre las patas, el que ahora era mi exnovio...