XV

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Pedri

A kiss is not enough. ʼʼ

Día de partido.
Me colocaba la equipación de la selección mientras mis demás compañeros correteaban nerviosos por el vestuario, Croacia parecía un rival potente, y añadiendo que mi estabilidad emocional no estaba en su mejor momento, más miedo me daba salir al campo.

Apenas quedaban unos minutos para que el partido empezara y los jugadores ya habían salido de los vestuarios completamente preparados para comerse al oponente, pero Unai seguía pegado al espejo del baño, observando las marcas que la noche anterior le había dejado en el cuello.
Me paré detrás suya y agaché la cabeza, él me vio a través del espejo, serio, y yo tragué saliva nervioso.

— ¿Te has fijado en cómo tengo el puto cuello? —apoyó sus manos en el lavabo mientras me seguía mirando.— cuando me enfoquen las cámaras lo va a ver todo el mundo.

— Lo siento... —me limité a decir.—

— Siempre es lo mismo, primero la cagas y luego pides perdón. —se dio la vuelta y se acercó a mí, los chupones se habían vuelto más visibles desde la noche anterior excepto el de la mejilla, que era una simple marquita roja casi imperceptible.—

— También me podrías haber dicho en aquel momento que no querías que te mordiera ni besara el cuello.

— ¡Me estaba dejando llevar! —habló obvio y yo me encogí de hombros.—

— ¿Entonces yo qué estaba haciendo?

— Da igual, déjalo, tenemos que salir ya.—me quiso dejar con las palabras en la boca y se dirigió a la puerta, pero antes de que la atravesara volví a hablar.—

— No quiero que juguemos si estás enfadado conmigo. —se giró sobre sus talones y me miró, primero serio, pero poco a poco fue relajando su expresión.—

— Joder, Pedri, no estoy enfadado. —volvió a acercarse a mí y apoyó sus manos sobre mis hombros.— pero tienes que tener un poco más de cuidado la próxima vez.

— ¿Próxima vez? —cuestioné.—

— Va, tenemos que irnos ya. —me dejó un casto beso sobre mis labios y salió corriendo del vestuario. Toqueteé el lugar besado completamente embobado, hasta que escuché a alguien gritar mi nombre, teniendo que salir casi a tropiezos del baño.—

[...]

El partido había sido una montaña rusa de emociones, el gol en propia puerta de Unai (o, mejor dicho, casi mío), le había bajado los ánimos por completo, aunque luego de ese pequeño error hiciera un gran trabajo.
Me encontraba en la habitación del hotel con Dani y Mikel, mirando la rueda de prensa que había dado Unai luego de la victoria contra Croacia, una y otra vez, se podía ver perfectamente lo afectado que estaba, aunque siempre fuera una persona seria en las entrevistas en esta era diferente, tenía algo en los ojos que me hacía preocuparme.

— Pero si la culpa no fue suya... —habló Mikel en un suspiro y cerró el portátil.—

— Eso explícaselo a él, pero no creo que quiera entenderlo. —arrastré mi culo por la cama para bajarme de ella y me senté en el suelo. Crucé mis brazos, los apoyé en el colchón y, sobre estos, mi mentón, mirándolos a ambos.— ¿sabéis dónde está? Le perdí la pista después de ducharnos.

 𝐁•𝐎•𝐘•𝐒 : pedri gonzález. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora