XXIX

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Pedri

— Y de lo que te contamos anoche, ni una palabra a nadie, ¿me entiendes? —amenazó Unai mientras se metía una cucharada de cereales en la boca.—

— Pero es que yo quiero saber quiénes son. —susurró Dani inclinándose hacia delante en la mesa para que nadie escuchara nuestra conversación.—

— Joder, y yo. —añadí en bajo.— yo ahora no me puedo quedar con la duda. —hablé llevándome el vaso con zumo a mi boca.—

— Oye, ¿y si montamos una especie de investigación? —sugirió Dani con una ceja alzada, mirándonos a ambos, Unai resopló pesadamente y se recostó en su silla con los brazos cruzados.—

— ¿Qué es esto, "Equipo de investigación"? Si queréis llamamos a Gloria Serra. —el vasco negó varias veces con la cabeza y pude escuchar a Dani hacerle la burla por lo bajo.—

— Nah, llamaríamos mucho la atención, con nosotros tres ya basta. —respondió Olmo.—

— Últimamente vosotros tres estáis muy juntos, ¿eh? —la voz de Ferrán entró por nuestros oídos y los tres nos sobresaltamos, con miedo a que nos hubiera escuchado. Pero parecía que no se había enterado de nada, se sentó en la única silla libre que había en nuestra mesa con su café en mano.— miedo me dais... —soltó una risita y le dio un pequeño sorbo a su bebida.—

— En mi defensa diré que estos dos me persiguen... —bromeó Dani, causándole una pequeña carcajada a Torres. Yo seguí comiendo tranquilamente mi desayuno, hasta que sentí la mirada de Ferrán observando fijamente a Unai, que todavía no se percataba de eso, hasta que llamó su atención.—

— Unai, ya comentan por ahí que la noche de la fiesta te lo pasaste demasiado bien, ¿eh, cabrón? —me atraganté con el zumo nada más escucharlo terminar de hablar y miré rápidamente a Dani, que se encogió de hombros excusándose. Como hubiera abierto la boca, no saldría vivo del desayuno.—

— ¿Quién anda diciendo eso? —preguntó el portero mirando de reojo al rubio, que miraba expectante a Ferrán esperando su respuesta.—

— Pues el míster, ¿quién iba a ser? Ahora parece que le va el cotilleo... —respondió Ferrán y pude suspirar tranquilamente, Dani se había librado de una buena.—

— Pues si quiere cotillear que se vaya al Sálvame. —expresó el más alto con un tono molesto y se levantó de la mesa, recogiendo lo que había dejado del desayuno.—

— Bueno, tranquilo, solo es una anécdota divertida. —Ferrán intentó calmar el ambiente, pero solo lo empeoró.—

— ¡No, joder, es mi puta vida privada! —me encogí en mi asiento, realmente su grito me había asustado. Unai cerró los ojos durante unos segundos y suspiró pesadamente.—

— Bueno, tan privada no, que también era la habitación de Pedri. —Ferrán intentó meterme en la conversación y velozmente cogí mi móvil, ignorándolos, al igual que lo hacía Dani, que recientemente se había sentado en la silla que había dejado libre Unai, a mi lado.—

— Pedri ni siquiera estaba. —masculló en voz baja mientras seguía recogiendo la mesa y yo mordí el interior de mi mejilla recordando lo que realmente había pasado aquella noche, intentando no sonreír tontamente.— y, ahora, dejemos el tema, por favor, no me quiero ir cabreado al entrenamiento. —suplicó antes de que los tres presentes asintiéramos con la cabeza rápidamente y se alejó de nosotros.—

Los tres nos miramos en silencio y segundos después, y casi al mismo tiempo, nos levantamos de las sillas, yendo hacia la salida.

— Joder, cómo se lo ha tomado...

 𝐁•𝐎•𝐘•𝐒 : pedri gonzález. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora