XX

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Pedri

I never get
bored of lookin' at you.
'Cause every time
I see somethin' new. ʼʼ

Si no fuera porque estaba a la vista de todos, me hubiera ido por el pasillo dando saltitos de alegría, tener a Unai solo para mí era algo que esperaba desde hace mucho tiempo, aunque sabía que iba a necesitar tiempo para superar su ruptura, pero eso solo me serviría para estar aún más tiempo con él, con la excusa de querer consolarle.
No sabía a dónde ir, ni siquiera sabía cuáles eran las habitaciones de mis compañeros, prácticamente no había salido de mi cuarto desde que llegamos a Rusia y estaba más perdido que un pulpo en un garaje.
Bajaba y subía escaleras, me topaba con el personal del hotel y solo veía hileras de puertas, pero no sabía quién se encontraba detrás de ellas. No podía volver a mi habitación todavía, quería dejarle espacio a Unai y no agobiarle, pero ahora el que se estaba agobiando era yo.
Afortunadamente, vi a Mikel y a Pau salir de una habitación, que me sonrieron nada más verme caminando por el pasillo.

— Hombre, por fin te vemos el pelo, últimamente solo te dejas ver en los entrenamientos. —Mikel me pasó un brazo por los hombros y me revolvió el cabello, a lo que yo reí tímidamente.—

— Estoy un poco agobiado con todo esto, ya sabes. —mentí, sabía que no sería buena idea decirle que me pasaba todo el día encerrado en la habitación con Unai.—

— Hoy bajarás a cenar, ¿no? —esta vez preguntó Pau, a medida que avanzábamos por el pasillo sin saber cuál era el destino.—

— No sé... tengo que preguntarle a Unai. —me encogí de hombros mientras arrastraba mis pies por la alfombra del pasillo y todavía era agarrado por los brazos del vasco, que parecía no querer soltarme.—

— ¿Por qué a él? —volvió a preguntar.—

— Últimamente no os separais ni para ir al baño... —comentó sonriente Oyarzábal, pero parecía no sospechar nada. Aproveché su interrupción para no contestarle la pregunta al valenciano.—

— Le he cogido bastante cariño en éste viaje, además, ahora mismo necesita mucho apoyo. —sentí cómo los dos chicos se miraban tras yo decir esas palabras, una vez más sentí que la había cagado por hablar de más.—

— ¿A qué te refieres? —preguntó confuso Mikel y yo sonreí nerviosamente, pensando cómo podría salir ileso de esa incómoda situación.—

— Asuntos amorosos y demás, ya os lo contará él si quiere. —me adelanté a ellos con la idea de huir de ese tema de conversación, percatándome de que habíamos llegado a una de las salas de descanso del hotel, donde se encontraban gran parte de mis compañeros. Entré rápidamente en la sala, directo al sofá, donde me senté pesadamente al lado de Dani y Ferrán, que parecían charlar alegremente.— ¿qué hacéis? —pregunté y apoyé mi cabeza en el hombro del rubio, que respondió posando su mano en mi pierna.—

— Hablar de ti, rata escurridiza, nunca pasas tiempo con nosotros. —reí por el apodo que me había puesto Olmo y negué.—

— No me gusta socializar, me agobia. —cerré los ojos y suspiré, estaba feliz, y creo que se notaba demasiado.—

— Ya, solo te gusta socializar con una persona en concreto... —volvió a hablar el rubio y abrí los ojos de golpe, pellizcándole disimuladamente.— o sea...

 𝐁•𝐎•𝐘•𝐒 : pedri gonzález. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora