VII

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Pedri

Why can't I let go of it?
Gotta find somebody quickly. ʼʼ

Me desperté completamente destapado y sin almohadas en la cama, a veces me sorprendía lo revoltoso que era al dormir, o quizás el sueño que tuve con Nora hizo que me moviera toda la noche.
Era bastante pronto y Dani seguía durmiendo, pero mis nervios al tener que jugar el primer partido no me dejaban dormir, y tampoco el hecho de tener que ver a Unai después de lo que había pasado la noche anterior. No sabía cómo iba a actuar y ni siquiera estaba del todo seguro de si entendió bien a qué me refería cuando le dije que le quería.
Por una parte deseaba que pensara que se lo había dicho como amigos, pero por otra parte no me veía capaz de volver a 'declararme' y menos sabiendo que tenía novia, no me quería entrometer en ninguna relación.
Con cuidado y sin hacer ruido me puse el chándal de la selección y bajé al comedor, esperando poder desayunar tranquilo y solo, sin ningún compañero merodeando por la sala, pero olvidaba lo madrugador que era Oyarzábal.

— ¿Qué pasa, chaval? —preguntó mientras leía algo en su móvil y yo me senté a su lado con mi desayuno, aunque prácticamente tenía el estómago cerrado.— ¿preparado para el partido? —dejó su móvil en la mesa y le dio el último sorbo a su zumo, luego mirándome.—

— Más o menos, tengo miedo de cagarla. —admití y le di un mordisco a mi manzana, algo inquieto.—

— Bueno, lo preocupante sería que todo el equipo la cagásemos, así que no te preocupes demasiado. —comentó y se levantó de la silla para recoger lo que había comido. Al volver, volvió a sentarse a mi lado y se cruzó de piernas.— ¿ya se ha levantado Dani?

— Todavía no, quedaba durmiendo cuando me fui. —musité casi sin aliento al ver la foto que la novia de Unai había publicado con él en instagram y aparté mi desayuno, haciendo una mueca. Mikel me miró confuso, sin saber qué estaba pasando.—

— ¿Qué pasa?, ¿no te gusta?

— No es eso, es que ya no tengo hambre. —mentí de nuevo, estos últimos había mentido más que en toda mi vida, y no me sentía orgulloso de ello.—

— Pero si solo le has dado un bocado a la manzana, anda, come. —me volvió a acercar la comida y negué rápidamente, apartando la cara por si tenía pensado meterme la fruta en la boca.— bueno, pues haz lo que quieras, pero no puedes jugar sin desayunar.

— Ya comeré algo después, tranquilo. —me recosté en la silla y cerré los ojos, llevando mis manos a mi estómago.—

Escuché un "tú verás" por parte de mi compañero y poco después una voz femenina que se me hacía muy conocida, poco a poco esa voz se acercaba hasta sentirla casi enfrente mía.
Abrí los ojos y vi a Nora, sonriendo y charlando con nuestra fisioterapeuta. Me levanté rápidamente y me acerqué a ella, recordando la charla que había tenido la noche anterior con Dani.
Era hora de que mi heterosexualidad forzada saliera a brillar.

— Buenos días, Nora y Amaia. —saludé a ambas chicas con falsa amabilidad para convencerme a mí mismo de que la foto que había visto minutos antes no había hecho añicos mi corazón.—

— ¡Pedri! —exclamó Nora y se acercó a mí para darme un tierno abrazo, que me pilló un poco desprevenido, pero que  igualmente correspondí.— ¿qué tal has dormido?, ¿cómo estás?, ¿estás nervioso por el partido? —seguramente iba a formular alguna otra pregunta, pero su amiga la cortó.—

 𝐁•𝐎•𝐘•𝐒 : pedri gonzález. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora